Este poema es una maldición dirigida a una persona no especificada. Usa lenguaje muy crudo y violento para condenar a esta persona, describiéndola como una plaga y peste que debe alejarse del mundo. El poema repite constantemente la palabra "maldita" y ordena que la persona se marche y muera. Al final, el autor insiste en que esta persona se aleje.
2. ¡Malditas!
Las flores que nacen de sus manos
¡Maldita!
La estirpe de todos sus cantos
Tediosas sus lamentaciones, absurdos sus
silencios
Incomprensibles letanías que conducen al
hartazgo
Taladras el cráneo a picotazos,
sofocas la mente, aturdes
3. ¡Maldita!
Es su sangre ensuciándome los zapatos
¡Malditos!
Son sus pasos, su vida, su aliento
Y su voz ensordecedores graznidos de
agónicos cuervos
Y sus llantos manantiales de espeso y negro
fango
Y sus viseras carne despreciable para perros
4. ¡Maldita!
Mil veces maldita por no jalar del gatillo
Por la confusión de sus emociones,
por su existencia
Por sus versos fatales, aburridos, difíciles, oscuros
Por sus tétricas alucinaciones,
por sus gritos absurdos
Por su frío beso,
por la defensa nunca pronunciada,
Por sus infortunados y transfigurados miedos
5. Maldita prostituta adornada de falsos oros y
turquesas
Eres infinito dolor, asqueante concierto de
blasfemias
A nadie le importan sus fétidos alaridos
¡Muérete!
Carga tu lápida, no las exhibas,
es solo mala fotografía
¡Aléjate!
Peste funesta, ráfaga criminal,
emperadora del mal
¡Traidora!
¡Traidora!
¡Traidora!
6. Márchate de este mundo de ojos cristalinos
¡Aléjate!
Vieja sórdida, engendro del cuarto infierno
No deseo ver tu desnudez,
lastima tu féretro sobre la espalda
No corrompas con tu crueldad las altas murallas
¡No!
No mutiles de quién nada te debe
la ultima sonrisa
9. “…Logré que se desvaneciera de mi espíritu toda
esperanza humana. Salté sobre toda alegría, para
estrangularla, con el silencioso salto de la bestia
feroz. Llamé a los verdugos para morder, al morir, la
Culata de sus fusiles. Llamé a las plagas para
ahogarme Con arena, con sangre. La desgracia fue
mi dios. Me revolqué en el fango. Me sequé con el
aire del crimen. Y jugué unas cuantas veces a la
demencia. Y la primavera me trajo la horrible risa del
idiota …"
UNA TEMPORADA EN EL INFIERNO (Fragmento)
RIMBAUD, ARTHUR
(1854-1891)
POETA FRANCÉS, UNO DE LOS MÁXIMOS
REPRESENTANTES DEL SIMBOLISMO