Este poema describe la vida en un barrio pobre y trabajador desde la perspectiva de un gatito. El gatito ama su barrio y disfruta de los sonidos como el camión que pasa por la mañana y las campanas de la iglesia que suenan por la tarde. También menciona a los perros ladrando en las colinas y a las chicharras cantando.
1. GATO DE BARRIO
Un gatito me decía: - Yo soy de barrio,
de un barrio pobre y trabajador,
y me lavo la carita con saliva
y luego salgo a echarme al sol.
Qué bonito es mi barrio,
sobre todo en las mañanas
cuando pasa echando chispas el camión.
Y lueguito por la tarde,
se columpian las campanas
invitando a todo el mundo a una canción.
A lo lejos, por los cerros,
ladran juntos veinte perros
y no dejan las chicharras de cantar.
Las Heras
Iberá
En la calle Iberá
hay un médico oculista
que le dice a sus pacientes:
“Para tener buena vista,
buena vista de verdad,
venga a esta calle, y verá”.
2. Demaría
Está llegando el momento
de descubrir con detalle
las misteriosas sorpresas
que guardan algunas calles.
De talle más bien pequeño
y deslumbrante mirada
un tallador va tallando
historias de las barriadas.
Batallando con el ritmo
de las noches y los días,
en el taller de la vida
va tallando su poesía.
Se le ve en cualquier momento
del verano o el invierno
desparramando palabras
por las calles de Palermo.
No hay una sola calle
donde calle su poesía
donde se arrima a cantar
desventuras y alegrías.
Y una de esas callecitas
es la calle Demaría,
en un rincón de Palermo
donde brota esta poesía:
Andar a diario por mi barrio
y recorrer la calle Demaría
salpicando al vecindario
con un poco de poesía.
3. Vivo en una casa
que tiene un balcón;
un balcón que da a la calle,
un balcón que da a la vida,
muy cerca de una avenida.
Vivo en una casa
que tiene un balcón;
los árboles lo acarician,
un farol brilla en la esquina,
y a cada rato se asoma
el gato de la vecina.
Vivo en una casa
que tiene un balcón;
le da el sol de la mañana,
le da el sol del mediodía
y le da el sol de la tarde:
el sol brilla todo el día
Vivo en una casa
que tiene un balcón;
por la noche, los aviones
vuelan sobre la arboleda,
por el cielo ellos se van
pero la luna se queda.
Vivo en una casa
que tiene un balcón;
la mañana del domingo
muy quieta y tranquila pasa,
y el silencio es más silencio
en el balcón de mi casa.
4. La plaza tiene una torre,
la torre tiene un balcón,
el balcón tiene una dama,
la dama una blanca flor.
Ha pasado un caballero
-¡quién sabe por qué pasó!-
y se ha llevado la plaza,
con su torre y su balcón,
con su balcón y su dama,
su dama y su blanca flor”.