Las necesidades mas esenciales e importantes de toda mujer no pueden ser satisfechas por el agua común de las relaciones, el dinero, la imagen, el apellido, los triunfos, la familia, la seguridad. Pues el tratar de buscar con afán estas revela que en lugar de estar satisfechas, algunas personas se encuentran vacías y sedientas de la verdadera agua de vida que llena nuestros mas grandes vacíos, nuestro Dios Jesucristo, esto fue lo que aprendió la samaritana. Jesús expone nuestros pecados para que nos demos cuenta de nuestra gran necesidad de Él, por lo tanto es necesario renunciar al orgullo, al pecado, a la auto conmiseración y volvernos a Jesus, para saciarnos de Él.