5. • Y así fue como arrancamos, pasando de cero a cien en dos segundos, y nos vimos
entre los ‘asmas y almas fantasmas’ de Hip Hop Kresía. Una letra que, a golpes,
parte la base y arrasa con los cimientos del bling bling y la doble moral del mundo
(no sólo) de la música. Una vez aclamado el último ’¡Hijos de puta!’ y recuperados
del tambaleo, nos encontramos profundamente into the wild. Después de la
tormenta, volvemos a la paz recorriendo levemente Melancolía con su Intro, Caja de
Pandora, Mi barrio y Cerca de ti, cuatro cortes que fluyen fáciles, con los que
hincharse los pulmones y henchirse el pecho de nostalgia de la que rebosa la
maqueta.
• Ya cerca del final, quizás fue tanta morriña lo que llamó a Zatu a acompañar un
‘ratico’ al escenario a Rapsusklei. Arquitecto e ingeniero juntos interpretaron su Está
to feo con mucho amol para decir adiós al público.
• Pero la verdadera despedida sonó a clásico de La historia más real de vuestras
vidas y dejó olor a huevos fritos: Jazz Elak Olé, porque lo que son las tradiciones, en
Zaragoza, se respetan.