Alex era un chico de 14 años que usaba una silla de ruedas debido a un accidente. Su sueño era ser basquetbolista profesional, pero sentía que su discapacidad se lo impedía. Un día, sus amigos lo invitaron a jugar baloncesto y demostró tener talento a pesar de su problema. Su madre grabó el partido y envió el video a un club de baloncesto para discapacitados, quienes invitaron a Alex a unirse al equipo.

1. LA HISTORIA DE ALEX
Alex, un chico alto, tiene 14 años y es de contextura normal como todo niño de
su edad, pero lo que lo diferenciaba de los demás es que este era un chico
discapacitado, pues este niño sufrió un grave accidente desde muy temprana
edad y desde entonces utiliza una silla de ruedas para poder desplazarse. Alex
desde muy pequeño soñaba con ser un basquetbolista profesional, pues este
adolescente disfrutaba mucho ver los partidos de básquet.
Sin embargo, las esperanzas de Alex de llegar a ser un basquetbolista iban
disminuyendo poco a poco al sentirse diferente físicamente a los demás y a los
basquetbolistas que el admiraba. Un día por la mañana María, su madre, se
dirigió a su dormitorio a despertarlo, para que tomase su respectivo desayuno de
todas las mañanas, pero esta se dio con la ingrata sorpresa que Alex estaba
llorando. Su madre al verlo así decidió conversar con él, exigiéndole que le
cuente el motivo de su tristeza, sin marcha atrás Alex decidió decirle a su madre
su gran sueño que quería lograr y también lo que lo detenía. Su madre solo lo
escucho y después de unos minutos se marchó de aquella habitación, mientras
que Alex continúo con su llanto.
Al día siguiente, Alex recibió una invitación de sus amigos y el lugar de encuentro
era la loza que se encontraba a una cuadra de su casa. Al llegar saludo a todos
sus amigos y en ese mismo instante uno de ellos saco un balón de básquet y lo
invito a jugar con ellos, él al principio no quiso pero después acepto. Mientras
jugaban, sus amigos de Alex apreciaron el gran talento que tenía este niño para
el básquet a pesar del problema que tiene. María pasaba por aquella loza y al
ver a su hijo jugando básquet, decidió grabarlo y mandar aquel video al club de
básquet para discapacitados. A los pocos días Alex recibió una carta de aquel
club, pues este adolescente formaría parte de dicho grupo.