2. NACIMIENTO.
Aquiles era el hijo del mortal Peleo, rey de los mirmidones en Ftía y la diosa marina
Tetis. Zeus y Poseidón se habían disputado su mano hasta que Prometeo, predijo que
Tetis tendría un hijo mas grande que su padre. Por esta razón los dos prefirieron no
casarse con ella y Tetis fue obligada por Zeus a casarse con Peleo.
Cuando Aquiles nació Tetis intentó hacerle inmortal sumergiéndolo en la laguna
Estigia, pero olvidó mojar el talón por el que le sujetaba, dejando vulnerable ese
punto. No está claro si esta versión del mito era cierta. En otra versión de la historia,
Tetis lo ponía en la hoguera para quemar las partes mortales de su cuerpo. Fue
interrumpida en estos quehaceres por Peleo, que arrancó con violencia al niño de sus
manos y éste quedó con un talón carbonizado y Peleo sustituyó el talón quemado de
Aquiles por la taba del gigante Dámiso célebre por su velocidad en la carrera. De ahí
que se nombrara a Aquiles como ‘el de los pies ligeros’.
Peleo confió a Aquiles y Patroclo que era primo de Aquiles al centurión Quirón en el
monte Pelión para que los criase. Quirón los alimentó y además, les enseñó el tiro con
arco y la curación de las heridas. La musa Caliope les enseñó el canto, y el profeta
Calcante predijo que a Aquiles se le daría a escoger entre una vida corta y gloriosa o
larga en años y anónima.
Cuando Aquiles todavía era un niño, Tetis supo que, si su hijo participaba en la guerra
de Troya, no volvería con vida de ella. Por eso, decidió esconderlo en Esciro, en la
corte del rey Licomedes. La llamaban Pirra porque sus cabellos rubios eran como el
fuego.
3. AQUILES EN ESCIRO
Transcurrio el tiempo y, cuando ya el ejercito aqueo se preparaba para la guerra
contra Troya, el adivino Calcante hizo saber que Troya no sería vencida sin la
presencia de Aquiles en batalla; sin embargo nadie sabia donde se encontraba Aquiles.
Entonces Odiseo, el rey de Itaca, supo que el joven vivía en el palacio real de Esciro.
Allí se presento disfrazado de mercader y pidió permiso para mostrar a las princesas
sus mercancías. Entre las joyas, las telas y los bordados, Odiseo escondió un escudo y
una lanza. Alquiles, como una hija mas de Licomedes, observaba con desgana las
mercancías, pero, tan pronto como vio las armas, sus ojos brillaron y se lanzo a
cogerlas. Hay quien dice que para asegurar aun mas el éxito de su estratagema,
Odiseo ordeno de que improviso sonara una trompeta de guerra: Alquiles, creyendo
que atacaban sus enemigos, desgarro sus vestidos femeninos y se abalanzo sobre el
escudo y la lanza. Sea como fuere, su espíritu guerrero lo delato ante Odiseo.
Una vez que Aquiles se entero por Odiseo de la expedición que se preparaba, nada
pudo impedir ya que fuera a Troya. Tetis trato de disuadirle advirtiéndole que allí
encontraría gran fama pero acostá de su vida ya que ella sabia que iba a morir allí. No
obstante Aquiles prefirió la gloria a una larga vida y así, con la bendición de su padre
Peleo y al frente de cincuenta naves mirmidonas, se unió a la flota griega antes de
abandonar Esciro reconoció como propio al hijo que Deidaima estaba a punto de dar a
luz, que recibió el nombre de Neoptolemo.
4. LA CÓLERA DE AQULES
Nada mas llegar a la costa Troyana, conseguimos una rápida victoria sobre nuestros
enemigos, lo que nos permitió montar el campamento a orillas del mar y verificarlo.
Pero la conquista de Troya no era tan fácil como Agamenon Atrida, rey de Micenas nos
había prometido. Sus muralla habían sido construidas por los dioses y eran
indestructibles. Ademas, el rey Priamo recibía continuamente la ayuda de tropas
aliadas. Durante nueve años se sucedieron los combates, pero ninguno fue definitivo.
Muchos días no combatían ya que, para abastecernos nos veíamos obligados a realizar
expediciones de saqueo en las ciudades e islas vecinas a Troya; así los
aprovisionábamos de armas, alimentos y mujeres. En uno de estos saqueos, Aquiles
eligió del botín a una bella mujer llamada Briseida, con la que pronto tomo afecto.
Llevaban ya nueve años en Troya cuando Agamenon despidió de malas maneras a
Crises, un sacerdote de Apolo que vino al campamento con grandes regalos para
rescatara su hija a la que Agamenon había elegido como botín. Al poco tiempo,
apareció una peste que se cebo con el ejercito. Consultaron al adivino, e informo que
Apolo la había mandado como castigo por haber maltratado a su sacerdote. El atrida
se vio obligado a devolver a la joven pero exigió una compensación a cambio y amenazo
con apropiarse del botín de otra persona. Aquiles le censuro su injusticia pretencioso y
estallo una violenta disputa entre ambos. Entonces Agamenon, lleno de resentimiento y
escuadronarse en su condición de jefe del ejercito, decidió apoderarse del botín de
Aquiles y ordeno que le llevaran a Briseida; Esto provoco la cólera de Aquiles, que
decidió retirarse junto con su ejercito de mirmidones de la llamada guerra de Troya.
5. LA MUERTE DE PATROCLO
Envalentonado por la ausencia de Aquiles, el príncipe troyano Héctor estuvo apunto de
quemar nuestras naves y destruir nuestro campamento. Era como su Tetis hubiera
puesto en nuestra contra a los dioses para hacernos ver hasta que punto Aquiles nos
era necesario. La situación era desesperada, pues la mayoría de los reyes estábamos
heridos y las derrotas sucedían. Entonces Agamenon, se disculpo ante Aquiles y le
prometió que, si volvía al combate, no solo le devolvía a Briseida, a la que juraba no
haber tocado, sino que le daría a una hija suya en matrimonio junto con grandes
regalos. Pero Aquiles, empecinado en su enojo, no acepto sus disculpas ni sus regalos.
Finalmente Patroclo, intimo amigo de Aquiles, le robo su atuendo de combate y se hizo
pasar por Aquiles y engaño a los mirmidones para ir a la batalla; y esa fue su perdición,
pues sucumbió ante la lanza de Héctor. Me impresiona todavía el dolor de Aquiles ante
la muerte de su compañero mas querido,así como la furia con la que decidió volver a la
batalla. Icontable es el numero de los troyanos a los que dio muerte antes de vencer a
Héctor en un duelo, fue el mejor combate singular que se pudo presenciar en todos los
años de guerra
6. .
Después de la muerte de Héctor, la suerte de Troya estaba echada, a pesar del
respiro que le supuso la llegada de las amazonas. Recuerdo como nos empujo hasta
nuestro campamento ese ejercito de esbeltos jinetes, hasta que Aquiles se enfrento
con su jefe. Le costo trabajo derribar lo del caballo y, en el momento en que lo
atravesaba con su espada, descubrió el rostro de una de las mujeres mas bellas que
había visto nunca, lo que lo perturbo enormemente. Estuvo mucho tiempo intratable,
hasta el punto de matar de un puñetazo al miserable Tersites, que pago así la audacia
de burlarse de él por haberse enamorado de una muerta.
LA MUERTE DE AQUILES
Es cierto que la belleza de Pentesilea, la reina de las amazonas impresiono vivamente a
Aquiles, pero no tanto como la de Polixena, la joven hija del rey Príamo de Troya. La
vio por primera vez cuando acompaño a su padre hasta nuestro campamento para
recuperar el cuerpo sin vida de su hermano Héctor.
Un día, al volver de un ataque, en el que llegamos hasta las puertas de la ciudad, vimos
que Aquiles no había regresado. Fui a buscarlo y no pude dar crédito a mis ojos
cuando, cerca del templo de Apolo, vi como sus hombres luchaban por evitar que su
cuerpo, tendido con una flecha clavada en el talón, cayera en el poder de los troyano.
Los enemigos no tardaron en lanzar el rumor de Aquiles había ido al templo porque
Priamo le había prometido entregarle a Polixena, a cambio de que se volviera a su reino
con sus naves, y que, una vez allí Caris, que estaba escondido tras la estatua de Apolo
7. le hirió con su arco. Pero no fue así pues sus hombres juraron como el Apolo ordenaba
a Aquiles que se retirase y que dejase de perseguir a los troyanos que huían a
refugiarse en su ciudad; pero Aquiles no solo no le hizo caso, sino que le contesto con
gran arrogancia, provocando la ira de Apolo y su propia muerte.
Grande fue la tristeza de nuestro ejercito mientra le tributábamos los funerales
debidos, e inolvidables el momento en el que el mar vimos salir a su madre Tetis,
acompañada del resto de las nereidas. Hemos levantado un túmulo junto a la playa en
su honor, y ya han mandado a buscar a su hijo Neoptolemo para que lleve al combate a
los mirmidones.
La armadura de Aquiles fue objeto de una disputa entre Odiseo y Ayax, primo de
Aquiles. Ambos compitieron por ella dando discursos sobre por qué fueron los más
bravos tras Aquiles y los más merecedores del mismo. Odiseo ganó. Áyax se volvió loco
de dolor y angustia y juró matar a sus compañeros; empezó a matar vacas u ovejas,
creyendo en su locura que eran soldados griegos. Entonces se suicidó.