Esta historia se desarrolla en el pequeño pueblo de San Gerardo, cerca de Riobamba. Un obrero llamado Juan trabajaba lejos del pueblo y debía cruzar un espeso bosque para llegar a su trabajo y regresar a casa. Un día, Juan sintió que alguien lo seguía en el bosque y escuchó una voz que le pidió un cigarrillo. A partir de entonces, una pequeña criatura comenzó a pedirle cigarrillos y luego a azotarlo con un látigo. Juan logró ahuy
2. En el poblado de San Gerardo, una localidad sumamente cercana a Riobamba, un
sujeto de nombre Juan laboraba en un lugar apartado del bosque, el cual se en-
contraba muy lejos de la parroquia del pueblo.
De hecho, para llegar a su sitio de trabajo, el hombre tenía que cruzar un espeso
bosque. Por eso, todos los días salía de su domicilio antes de que el reloj marcara
las 8:00 de la mañana.
Luego de un par de horas de incesante caminar, llegaba a su destino y comenza-
ba a trabajar hasta después de las 8:00 de la noche, momento en el que retorna-
ba a su hogar.
En una de esas veces en las que Juan regresaba a su casa, tuvo la sensación de
que alguien lo venía siguiendo. Al principio, decidió no darle importancia a ese
hecho, pues pensó que se trataba del viento que movía las hojas de los árboles.
Después de un rato de seguir caminando oyó una fuerte voz que le dijo:
– Por ninguna razón mires para atrás. Lo único que quiero es que me des el ciga-
rro que llevas en la mano.
No se sabe por qué razón Juan le hizo caso a la misteriosa voz. Lo importante es
que, al día siguiente, para no quedarse sin pitillos que fumar, el hombre se llevó
una cajetilla completa.
Una vez más a medio camino de su casa, la voz le pidió que le diera un cigarrillo.
Juan se hizo el despistado, pero logró ver a través del rabillo del ojo que quien le
pedía los cigarros era un hombre de muy baja estatura que en su mano izquierda
llevaba un látigo y en la derecha un sombrero demasiado grande.
Al arribar a su casa, esta vez el hombre le contó lo que había pasado a su mamá,
quien le aconsejó que, desde el día siguiente, no saliera de su casa sin llevar una
cruz consigo, a fin de que ese amuleto lo protegiera.
El sujeto se llevó la cajetilla de cigarros y el crucifico en su pantalón. En esa oca-
sión, el duende no le pidió cigarrillos, sino que simplemente empezó a darle lati-
gazos por la espalda.
El dolor que Juan sentía producto de los azotes era casi insoportable. Por eso, se
armó de valor y tomó la cruz con una de sus manos y se la enseñó al enano.
En ese instante, la criatura desapareció en la oscuridad del bosque y nunca más
se le volvió a ver. Como esta hay otras historias que cuentan los encuentros que
tuvieron los lugareños de Riobamba con el duende de San Gerardo.
Sinopsis
3. Aquí es donde se origina una de las grandes leyendas.
Todo comenzó en el pequeño pueblo de San Gerardo.
Este pequeño pueblo era muy
aledaño al pueblo de Riobamba
lo único que toca hacer era
pasar por un pequeño puente
que cruzaba por un puente.
En esta pequeña ciudad del
bosque habitaba un obrador que
laboraba fuera de pueblo…
Para que este trabajador llegara a su traba-
jo debía pasar por un bosque…
Pasando este pequeño tramo se encon-
traba la linda y emblemática ciudad de
Riobamba.
Me gusta mi
trabajo en
el campo
4. El hombre siempre que salía o
llegaba del trabajo siempre
estaba muy pendiente de su
reloj.
Siempre se tenían que estar
pendiente de que salía antes de
las 8 y llegaba antes de las 8 de
la noche.
Y también alejarse bastante de su pueblo
en el dónde habitaba.
Cruzaba un largo puente en donde cada vez
se divisaba menos la ciudad
Y se acercaba cada vez más un bosque
espeso.
Vaya
Vaya bosque
que tengo
que cruzar
Hoy a sido
un buen dia
5. Luego de que Juan salió de su casa, cami-
naba por el bosque
Luego de vario rato de caminar llego su
lugar de trabajo
El obrero empezó con sus labores de sacar
los sembríos verificar que todo estuviera
bien con los cultivos.
Juan observo su reloj y
pudo notar como se
acercaba la hora en la
que tenía que salir para
llegar bien a su casa.
Hoy es un dia
increible de
trabajo
Tendré que salir
lo más rápido
para llegar a
la hora
indicada.
6. Juan mientras caminaba pensaba en su
casa y en la entrada de su hogar.
Pero pensó que tal vez era producto de su
imaginación o de algún animal.
Tal vez son los arboles moviéndose por el
viento que hay
Él tenía la sensación de alguien o
algo lo estuviera persiguiendo.
Que
extraño!
debieron ser los
árboles o
algún animal.
7. Al siguiente día que juan sale de trabajar va por el mismo sitio
Juan intentaba ver quien era quien hablaba a sus espaldas.
En ese momento mientras camina-
ba escucho algo que lo dejo
completamente atemorizado
Una pequeña sombra
recorria los árboles
Escucho una vos fuerte que le dijo…
hoy no dejare
que nada
me asuste
que está
sucediendo?
Por ninguna razón
<mires para atrás.
Lo único que quiero es
que me des el cigarro
que llevas en la mano
No puede
seeer!
8. Juan levanto su mano
y le dio el único
tabaco que tenía.
Al finalizar su trabajo
Juan cruzo por el
espeso bosque,
fumando su tabaco.
Y su bolsillo
con una
cajetilla
entera de
tabacos que
hizo que ya
no tomara
por desaper-
cibido
A la siguiente mañana Juan salió a su trabajo y fue
contento a su trabajo
Ahora sí,
tendré para seguir
fumando mis
tabacos.
9. día de salida de su trabajo
paso por el espeso bosque.
Juan se seguía alejando de
la silueta que lo seguía.
Juan con su ojo intento ver
que era lo que le seguía y lo
que le pedía tabacos.
Juan al momento
de cruzar por el
bosque y escu-
char algo se hizo
el loco que no es-
cucho nada.
Esta vez no
le hare caso.
No puede
seeer!
10. Juan no presto atención y continuo con su
camino hasta llegar a su casa.
En este momento Juan vio que el pequeño
hombre tenía en su mano izquierda un
látigo
Y en su otra mano
agarraba un grande
sombrero.<
No mires.
Madre me sucedió
algo increíble, y
muy extraño.
Al fin puedo estar
un poco tranquilo
en mi casa.
en medio del bosque se
me apareció un hombre
de pequeña estatura
que llevaba un
látigo y
un sombrero.
Desde mañana
debes salir con un
amuleto de
protección.
11. Juan escucho entre
los árboles y arbus-
tos como se movían
y entre las nieblas
aparecía una silueta
pequeña.
Esta vez no
escaparas de mi
De repente Juan
caminando
sintió un dolor
en su espalda
PARA!
No
porfavor
estos seran
mis amuletos
de proteccion
12. Juan no soportaba el dolor sentía que se iba a morir.
Juan armándose de valentía quito su cara de dolor
y de angustia por una cara de enojo.
Ya...
BASTA!!!
No te
libraras
tan fácil
Levanto su mano
en donde tenía
la cruz y
la levanto.
Volvere!!!!!!
13. Mi nombre es Daniela Marisol Tru-
jillo Burbano, actualmente estoy
estudiando Diseño gráfico en el
instituto tecnológico Cordillera.
Gracias al apoyo que tengo de mis
padres para poder completar con
todos mis estudios necesarios.
Mi anhelo que tengo al terminar la
carrera es poner en practica mis
conocimientos para poder trabajar
y emprender mi negocio de todo lo
que pude aprender en el ITSCO.
Me siento orgullo de poder estu-
diar y de en un futuro poder culmi-
nar mis estudios ahí, ya que más
que enseñanzas me ha dejado una
huella en el corazón por mis maes-
tros y compañeros.
Autobiografia