Las 28 doctrinas fundamentales de la iglesia adventista del séptimo día
Fidelidad de guardia
1. Fidelidad de Guardia
Los profesionales de la salud ¿tienen permiso para trabajar en sábado?
¿Pueden los adventistas del área de la salud trabajar los sábados? Esta es, sin duda, una de
las preguntas que se repite en mis conferencias, sin importar el lugar o la cultura. La respuesta es
simple y directa: No. Y voy a explicarlo.
EI otro día leí el siguiente comentario en un sitio de relaciones: "Nosotros, los adventistas
del séptimo día que trabajamos en área de la salud, tenemos permiso para trabajar los sábados".
¿Permiso? ¿Quiere decir que el cuarto mandamiento de la Ley de Dios (Exo. 20: 8-11) dice:
"Acuérdate del sábado para santificarlo... excepto si eres médico, enfermero o empleado de
salud"?
Lamentablemente, hay varios adventistas que piensan así. Creen que, por el hecho de ser
profesionales de la salud, Dios les concedió una autorización especial para transgredir el séptimo
día. Sin embargo, hay algo peor: basándose en este pretexto, muchos realizan concursos públicos
para aspirar a un cargo, porque creen tener un "permiso" de Dios.
También están los que cambian el turno de trabajo, pero le pagan a otros colegas para que
los reemplacen. Se olvidan de que el versículo 10 dice: "No harás ninguna obra tú, ni tu hijo, ni
tu hija, ni tu siervo, ni tu sierva..." El problema no está en cambiar el horario, aunque puede
parecer una salida fácil; sino pagar de tu propio bolsillo a quien te reemplazará el sábado.
Alguien puede decir: "Es imposible ser un profesional adventista del área de la salud y no
trabajar los sábados". En una de las iglesias que visite, conocí a una enfermera que tenía más de
15 años de profesión y nunca había trabajado los sábados. No es imposible. Solo es necesario
saber hasta qué punto estas dispuesto a jugarte por tu fe.
¿Y qué hay de los profesionales que trabajan en instituciones adventistas? Ellos tampoco
gozan de una licencia especial para transgredir la Ley de Dios. Lo que cambia es la forma de
adorar durante el sábado: en vez de ser dentro de la iglesia se lleva a cabo al lado de la cama de
los pacientes. Se trata de una obra medico-misionera, es decir, la persona deja de lado la figura
del profesional y asume la de benefactor. Usa sus dones para aliviar el dolor y el sufrimiento,
para llevar consuelo y cariño a los que padecen, uniendo cuidados médicos con alabanzas, con la
lectura de la Palabra de Dios, con la oración y, por supuesto, sin recibir nada a cambio por las
tareas de ese día.
Sin embargo, hasta en nuestros hospitales se necesita sabiduría. "Hay peligro de que
penetre en nuestros sanatorios un espíritu de irreverencia y negligencia en la observancia del
sábado [...] La indolencia de sus deberes le induce naturalmente a sentirse justificado por hacer el
sábado muchas cosas que no debiera hacer. En lo posible debe planear su trabajo de modo que
pueda dejar de lado sus deberes comunes" (Elena de White, Consejos sobre la salud, pp. 232,
233).
2. Queda claro que, si el médico está realizando una cirugía y, por alguna complicación, se
extiende hasta las horas sagradas, por ejemplo, deberá cumplir con el deber de terminar el trabajo
de forma responsable. Jesús dijo: "Si uno de ustedes tiene un hijo o un buey que se le cae en un
pozo, ¿no lo saca en seguida aunque sea sábado?" (Luc. 14:5). Sin embargo, el profesional debe
programarse para que esto no ocurra. Y si fuere necesario, el dinero obtenido ese día debe ser
donado.
"Puede que sea necesario dedicar las horas sagradas del sábado al alivio de la humanidad
sufriente. Pero los honorarios por ese trabajo deben ser entregados a la tesorería del Señor, a fin
de ser usados en favor de los pobres que necesitan un tratamiento médico y no pueden pagarlo"
(Elena de White, Health, Philanthropic, and Medical Missionary Work [Salud, filantropía y obra
medico misionera], p. 42).
Notamos que no hay "licencia" pero si "excepción". Esta solamente debe ser usada en
casas de emergencia y no para tratamientos habituales durante el sábado. Durante el santo
sábado, la única licencia que Jesús le dio a sus seguidores es la de adorar a Dios, descansar,
dedicar tiempo a la familia, hacer el bien al prójimo, cuidar de los que sufren, orar, cantar y
compartir la Palabra de Dios. Haciendo estas cosas tendremos la seguridad de estar haciendo la
voluntad de Dios, porque Jesús también lo hacía, y se supone que debemos seguir su ejemplo.
"Imítenme a mí, como yo imito a Cristo" (1 Cor. 11:1, NVI). Recuerda: más que los pacientes, tu
vida espiritual también necesita que la atiendas, para que no se enferme. ~
- Cristiano Stefenoni es Periodista, consultor y escritor.
- Publicado en la Revista CONEXIÓN JA, Julio – Setiembre 2010.