Fidel Castro hablaba a una multitud en Cuba cuando apareció un hombre parecido a Jesucristo. El hombre hizo varias preguntas comparando las acciones de Fidel con las de Jesucristo, a lo que la multitud respondió afirmativamente cada vez. Finalmente, el hombre preguntó por qué la gente no crucificaba a Fidel como lo hicieron con Jesucristo.