1. La reina de las hormigas.
Había una vez en un país, muy lejano, una hermosa jovencita llamada Victorina. Tenía los cabellos
rubios como el oro, sus mejillas sonrosadas como un clavel. Una vez su madre la llamó y le dijo
- Victorina, yo ya soy vieja y no quisiera morirme y dejarte sola. No quisiera que te casaras
pero tampoco que dejaras de hacerlo.
Victorina le contestó
- Madre un hombre nos daría mucho trabajo
Y su mamá le contestó
- ¿Nos daría? me suena a peregrinación.
Pero llegó el triste día que su madre murió y Victorina quedó sola. Un día llegaron las hormigas
y le dijeron
- Victorina, venimos a proponerte que seas nuestra reina, pero la condición es que jamás
pongas tus ojos en un hombre, porque si lo hicieses nosotras te mataríamos.
Y Victorina aceptó con gusto ser la reina de las hormigas y se fue a vivir con las hormigas. Y
todos eran muy felices. Le prometieron que no le iba a faltar nada, y así fue. Victorina vivió
muy feliz siendo la reina. Pero llegó el príncipe y Victorina se enamoró y le confesó a las
hormigas que se había enamorado de ese joven. Y promesa cumplida: las hormigas la
mataron.
MORALEJA: Si una hormiga te habla, sal corriendo.
(Adaptación de Juana Trujillo)