Análisis de las relaciones entre gobierno, iglesia y sociedad sobre el aborto y otros temas
1. PALABRAS EN LIBERTAD
Guillermo de Miguel Amievai
APUNTES y PREGUNTAS
Anoto que Obama y Zapatero son amigos. Me pregunto ¿ La
visión que tiene Zapatero de Estados Unidos depende del
inquilino de la Casa Blanca y de sus buenas relaciones con
él o, sin embargo, de una comprensión profunda de la
compleja realidad sociológica de este país y de su enorme
influencia en la historia contemporánea?.
Anoto que el presidente provoca una crisis de gobierno. Me
pregunto ¿El presidente sería capaz de provocar una crisis
considerando que el principal factor de la misma es él?
¿Sería capaz, en ese caso, de sustituirse?
Anoto que el Partido Popular no parece disponerse a
plantear una moción de confianza. Me pregunto ¿Por qué no
lo hace si tan seguro está de que el gobierno no merece
confianza? ¿Será que duda de la propia confianza que el
parlamento le pudiera dar? En ese caso ¿Estamos ante una
situación en la que ni el presidente ni el líder de la
oposición tendrían confianza? ¿Por qué entonces no convocar
elecciones generales?
Anoto en mi agenda que la presidenta de la Academia de Cine
será ministra de cultura. Me pregunto ¿Los académicos del
cine tienen una postura mayoritaria de izquierdas?
¿Subvencionamos entonces una opinión crítica únicamente de
izquierdas? ¿Es acertado nombrar como ministra a quien hace
poco representaba un sector que debería mantener su
independencia?
Anoto en mi agenda que la Iglesia y el Gobierno están
enfrentados en lo que se refiere a la nueva regulación del
aborto. Me pregunto, ¿Tenemos derecho, como civilización, a
cercenar la vida potencial de un ser humano? ¿Sabemos si,
desde la concepción, ya es vida? ¿Sabemos si un feto de
catorce semanas sufre ante la práctica de un aborto? ¿Se
puede dictar una ley sin saber de la realidad que se
regula? Anoto en mi agenda que, hace unas cuantas décadas,
Hitler estaba plenamente convencido de que los judíos no
tenían derecho a la vida. ¿ La convicción de que el aborto
no cercena la vida de un ser, -en el caso de que eso no
2. fuera así-, podría ser como una venda puesta en los ojos
que nos impidiera ver la atrocidad de nuestros actos?.
Anoto en mi agenda que debería escribir un relato de
ciencia ficción y, entonces, se me ocurre que podría
imaginar una sociedad futura, para dentro de tres o cuatro
mil años, que hubiera alcanzado capacidad técnica para
viajar en el tiempo y regresar al pasado. Es sugerente.
Sigo imaginando. Imagino que esa sociedad tiene regulada
una ley del aborto que le permite practicarlo
indiscriminadamente con carácter retroactivo para todo ser
nacido en el pasado. Es una sociedad sin religión, muy
crítica con el pasado. Entonces a alguien se le ocurre que
se podría viajar en el tiempo para practicar abortos
eugenésicos sobre seres que hubieran nacido en el pasado y
que, luego influyentes, hubieran tenido repercusión en la
historia del mundo. Sencillamente se podría eliminar su
influencia de la historia impidiendo que nacieran. Bastaría
encontrar a la madre en el momento de la concepción,
viajando en el tiempo, y todo sería posible. A Herodes, que
no tenía recursos técnicos, se le ocurrió la atrocidad de
segar la vida de todos los recién nacidos, pero estos seres
del futuro que imagino no necesitarían tanta crueldad.
Bastaría eliminar la vida potencial de un concebido
regresando al pasado.
¿Cuántos seres concebidos y no nacidos, cuya interrupción
vital puede ser asumida por una ley nuestra, podrían tener
influencia radical en nuestro futuro? ¿Cuántos tendrían una
influencia positiva dentro de sus familias?. Creemos que el
presente puede dominar el futuro, creemos que los actos
realizados en el pasado, si los consideramos como errores,
pueden ser eliminados de la Historia. ¿ Tenemos legitimidad
para borrar lo que consideramos un error nuestro cuando
implicamos el derecho esencial a la vida de otro ser?. ¿
Escucha el gobierno de buena fe a la Iglesia o simplemente
descarta su posicionamiento porque, en esta sociedad, no
sabemos reconocer el correcto pensamiento de los otros?.
Fin de la agenda.
Post data. Sin que sirva de precedente, creo, que, en este
caso, la Iglesia tiene razón.
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Guillermo es amigo, abogado defensor, esposo, padre y, a mi juicio, un genial poeta y magnífico
escritor. Ah, y nos conocimos en un Osorno que acababa de estrenar la actual Democracia.