1. El Subjetivo
El escriba sentado
Eugenio Fouz
Netizen poet & blogger, profesor de inglés.
Me llamo @eugenio_fouz y soy twitter-adicto.
@eugenio_fouz
Gol en propia puerta. Facebook aclara que la caída, registrada este martes, de esa red social y
de Instagram durante casi una hora no ha sido causada por hackers sino por cambios
realizados por la propia empresa en sus sistemas.
(DADO RUVIC/Reuters)
06.02.2015 – “¿Adicto?... ¿Quién? ¿Yo? Perdona pero no. Vale, me has pillado
contestando WhatsApps, ¿y qué? La gente quiere saber qué estás haciendo. Llevo el
móvil encima porque para mí es importante estar localizable. No te confundas, tío. Yo
no soy de esos que pasan el día enganchado … ¿Por qué estoy tirado en el suelo con el
Mac si acabo de conectarme con el smartphone? Hombre, el portátil es más cómodo
para subir archivos y eso”… [en ese instante se retuerce y vibra el celular caliente sobre
la alfombra en la que estamos y el usuario lo intercepta nervioso]
La mayoría de nosotros considera normal salir de casa con las llaves, la cartera y el
móvil. Olvidar una de las tres cosas supone hoy en día un problema en España y el
mundo entero. Con todo lo que hemos aprendido sobre los males de la dependencia y el
estrés que supone el materialismo, a veces parecemos menos inteligentes que los
androides que viven en nuestro bolsillo. El planeta azul ha cambiado de azul muy
oscuro a casi negro gracias a la invasión de una telaraña gigante de cables enredados
por todos lados. No creo que los astronautas vean otra cosa ¿Quién iba a decirnos hace
unos años que el teléfono fijo se moriría, que dejaríamos de escribir postales por
Navidad o que el objetivo de nuestras cámaras seríamos nosotros mismos?
Sí, nos hemos convertido en adictos a la red social más reciente. Somos internautas
devotos de un becerrito de oro. La tentación es grande. Queremos acceder a la Tierra
Prometida donde “impossible is nothing”, desnudarnos de Baltasar Bastián Bux y crear
nuestro propio avatar. Somos ese escriba sentado que sostiene la cabeza con la siniestra
mano mientras la otra acaricia el ratón y medita su próximo tuit.