La Gran Pirámide de Guiza fue ordenada construir por el faraón Keops en el 2570 a.C. y es la pirámide más grande y antigua de Egipto, siendo considerada una de las Siete Maravillas del Mundo.
2. La Gran pirámide de Guiza es la más antigua de las Siete maravillas del mundo y la única que aún
perdura, además de ser la mayor de las pirámides de Egipto. Fue ordenada construir por el faraón de la cuarta
dinastía del Antiguo Egipto Keops. El arquitecto de dicha obra fue Hemiunu.
La fecha estimada de terminación de la construcción de la Gran Pirámide es alrededor de 2570 a. C., siendo la
primera y mayor de las tres grandes pirámides de la Necrópolis de Guiza, situada en las afueras de El Cairo, en
Egipto. Fue el edificio más alto hasta el siglo XIV (siendo superado por el chapitel de la Catedral de Lincoln, en
Inglaterra[1] ) y el edificio de piedra más alto del mundo hasta bien entrado el siglo XIX, siendo entonces
superado por la aguja de la iglesia de San Nikolai, en Hamburgo.
3. Los Jardines Colgantes de Babilonia son considerados una de las Siete Maravillas del Mundo Antiguo. Fueron
construidos en el siglo VI a. C. durante el reinado de Nabucodonosor II en una ciudad a orillas del río Éufrates
(la Babel de los textos bíblicos).
Hacia el año 600 a. C., Nabucodonosor II, rey de los caldeos, quiso hacer a su esposa Amytis, hija del rey de
los medos, un regalo que demostrara su amor por ella y le recordara las hermosas montañas de su florida
tierra, tan diferentes de las grandes llanuras de Babilonia.
Según una leyenda, en cambio, los jardines habrían sido construidos en el siglo XI a. C. Pero entonces reinaba
en Babilonia Shammuramat, llamada Semíramis por los griegos, como regente de su hijo Adadnirari III. Fue
una reina valiente, que conquistó la India y Egipto. Pero no resistió que su hijo conspirara para derrotarla, y
terminó suicidándose. Pertenece a la Mesopotamia antigua y es parte de las siete maravillas del mundo
antiguo
4. El Templo de Artemisa fue un templo ubicado en la ciudad de Éfeso, Turquía, dedicado a la diosa Artemisa,
denominada Diana por los romanos. Su construcción fue comenzada por el rey Creso de Lidia y duró unos 120
años.
De grandes dimensiones y hermosa arquitectura, es considerada una de las Siete Maravillas del Mundo Antiguo,
tal como lo describió Antípatro de Sidón
El templo de Artemisa se encontraba en la antigua ciudad de Éfeso, a unos 50 km al sur de la moderna ciudad
portuaria de Esmirna, en Turquía, en el valle a los pies de Ayasoluk.
A Artemisa, hermana de Apolo, se le rendía en Éfeso un culto en cierto modo prehelenístico, representando más la
fertilidad que la virginidad que significaba para los griegos. A la diosa se la representa con una corona amurallada,
símbolo de Cibeles, y, al igual que ella, la Artemisa de Éfeso era servida por esclavas llamadas megabyzae.
5. La Estatua de Zeus en Olimpia fue una escultura crisoelefantina elaborada por el famoso escultor clásico Fidias sobre el
432 a. C., en lo que actualmente se conoce como Olimpia, Grecia, y forma parte de las Siete Maravillas del Mundo Antiguo.
La estatua ocupaba la totalidad del ancho del pasillo del templo construido para albergarla. De acuerdo con una fuente
contemporánea medía aproximadamente doce metros de alto. Zeus fue esculpido en marfil (o modelado, pues en la
realización el marfil se remojaba en un líquido que lo hacía más maleable).Según Pausanias, Zeus aparecía sentado en un
trono con el torso desnudo y el manto en torno a las piernas, llevaba la cabeza coronada de olivo y la mirada, dirigida hacia
abajo le confería aspecto paternal. En la mano derecha sostenía una Niké y en la izquierda el cetro rematado por un águila; el
manto estaba adornado de lirios y las sandalias eran de oro. El trono era en sí mismo una obra de arte, hecho a base de
marfil, ébano, oro y piedras preciosas; el respaldo, los brazos, los pies y los travesaños entre ellas iban labrados y decorados
con relieves posteriormente copiados y reproducidos por separado, como en el caso de la escultura Atenea Partenos. Especial
repercusión tuvo el relieve con la matanza de los hijos de Níobe, esculpido en el travesaño de las patas delanteras del trono.
6. El mausoleo de Halicarnaso era una tumba monumental de mármol blanco, considerada una de las Siete Maravillas del Mundo Antiguo. Fue
construida en honor a Mausolo (en griego, Μαύσωλος – Maúsōlos), rey de Caria.Según los historiadores, la vida de Mausolo no tiene nada
destacable exceptuando la construcción de su tumba. El proyecto fue concebido por Artemisia II de Caria, su esposa y prima hermana de segundo
grado. La construcción fue comenzada durante el reinado de Mausolo y fue terminada alrededor de 350 a. C., 15 dias despues de su muerte y un
año después del fallecimiento de Artemisia.La construcción de esta monumental tumba fue encargada a los arquitectos Sátiros y Piteos, quienes
construyeron una estructura rectangular de 30 por 40 m, sobre ella 117 columnas jónicas en dos hileras sosteniendo el techo en forma de
pirámide escalonada, y sobre este último la estatua de una cuadriga con las efigies del rey y la reina, alcanzando en conjunto unos 50 m de altura.
Para completar esta maravilla, los mejores escultores griegos de la época tallaron figuras y relieves en su estructura. El número total de estatuas
ascendió a 444, aproximadamente. Soportó las invasiones y destrucción de la ciudad por parte de Alejandro Magno, los bárbaros y los árabes,
pero, finalmente, fue destruido por un terremoto en el año 1404.En 1522 los Caballeros de San Juan utilizaron los restos para la reparación del
Castillo San Pedro de Halicarnaso.
7. El Coloso de Rodas era una gran estatua del dios griego Helios, realizada por el escultor Cares de Lindos en la isla de Rodas
(Grecia) en el 292 a. C. y destruida por un terremoto en el 226 a. C. Es considerada una de las Siete maravillas del mundo
antiguo.[1]Todo lo que se conoce sobre esta estatua se debe a las noticias que dejaron los escritores antiguos Plinio el
Viejo, Polibio[2] y Estrabón, y a las crónicas bizantinas de Constantino VII Porfirogéneta, Miguel el Sirio y FilónEn el año
305 a. C., Rodas, que en las luchas de los diádocos se había alineado con Ptolomeo I, fue invadida por un poderoso ejército
dirigido por Demetrio Poliorcetes, hijo de Antígono I Monóftalmos.Para apoderarse de la ciudad, Demetrio mandó construir
varias torres de asedio con el fin de asaltar las murallas. La primera de estas torres fue montada en seis barcos. Este primer
intento no dio resultado porque los barcos naufragaron en una tormenta antes de que la torre pudiera ser utilizada.
Demetrio volvió a intentarlo con otra torre aún mayor construida sobre la tierra. Este tipo de arma de asedio era denominada
helépolis. Sin embargo, los defensores rodios repelieron el ataque inundando el terreno ante los muros para que la helépolis
no pudiera ser desplazada.
8. El faro de Alejandría fue una torre construida en el siglo III a. C. (entre los años 285 y 247 a. C.) en la isla de Faro en
Alejandría, Egipto, para servir como punto de referencia del puerto y como faro. Con una altura estimada entre 115 y 150
metros (383 - 450 pies) fue una de las estructuras hechas por el hombre más altas por muchos siglos, y fue identificada como
una de las Siete Maravillas del Mundo por Antípatro de Sidón.Fue construído por el arquitecto Sóstrato de Cnido por orden
de Ptolomeo II en la isla de Faro (Pharos), frente a Alejandría. Consistía en una gigantesca torre sobre la que una hoguera
nocturna marcaba la posición de la ciudad a los navegantes, dado que la costa en la zona del delta del Nilo es muy llana y se
carecía, por tanto, de cualquier referencia para la navegación marítima.Su altura alcanzaba los 134 metros y en su
construcción se utilizaron grandes bloques de vidrio que fueron situados en los cimientos para evitar la erosión y aumentar la
resistencia contra la fuerza del mar. El edificio, erigido sobre una plataforma de base cuadrada, era de forma octogonal y
estaba construido con bloques de mármol ensamblados con plomo fundido. En la parte más alta un gran espejo metálico
reflejaba la luz del sol durante el día, y por la noche proyectaba la luminosidad de una gran hoguera a una distancia de hasta
cincuenta kilómetros.