1. “He posado mis ojos sobre la muralla de la dulce Babilonia, que
es una calzada para carruajes, y la estatua de Zeus de los alfeos, y
los jardines colgantes, y el Coloso del Sol, y la enome obra de las
altas Pirámides, y la vasta tumba de Mausolo; pero cuando vi la
casa de Artemisa, allí encaramada en las nubes, esos otros
mármoles perdieron su brillo, y dije: aparte de desde el
Olimpo, el Sol nunca pareció jamás tan grande”. Antípatro de
Sidón. —Antología Griega (IX.58)
2. Templo de Artemisa
El gran Templo fue dedicado a la diosa Artemisa (o Diana para los
Romanos) en la ciudad de Éfeso (Turquía) hacia el 550
a.C., empleándose 120 años en su construcción, y fue destruido por un
incendio en el año 356 a.C. por un mendigo demente, Eróstrato, con el
único fin de lograr fama. Artemisa, hermana de Apolo, era la diosa
griega de la Luna, la naturaleza y la fertilidad.
La reconstrucción del primer templo comenzó por orden de Creso, rey
de Lidia, conocido por ser protector de sabios y artistas, e inventor de
las monedas. Abrió una suscripción pública, a la que todos los
ciudadanos podían aportar para su ejecución.
Sus dimensiones le conferían una gran majestuosidad, haciéndolo
mayor al Partenón. Contaba con 127 impresionantes columnas de 20
metros de altura, algo descomunal para su época y contaba en su
interior con incalculables riquezas, como esculturas de mármol de
Escopas, escultor griego.
3. El sepulcro de Mausolo
(Mausoleo) en Halicarnaso
Situado en la ciudad de Halicarnaso, actual Bodrum
(Turquía), era una tumba monumental de mármol
blanco construida en honor a Mausolo, rey de Caria. El
proyecto fue concebido por Artemisa, su esposa y
hermana. La construcción pudo haber comenzado
durante el reinado de Mausolo y pudo haber sido
terminado alrededor del 350 A.C., tres años después de
la muerte de Mausolo y un año después del
fallecimiento de Artemisa.
4. Faro de Alejandría
En el año 290 a. de C., el rey Ptolomeo decide construir
una gran torre que sea vista desde la lejanía y sirva para
guiar a los numerosos barcos que acuden constantemente a
Alejandría (Egipto). Para ello elige la pequeña isla
de Faros, según la leyenda variación de la "Isla de los
Faraones”.
En la cima de la Torre de Faros se hacían hogueras por las
noches para guiar a los barcos de camino a Alejandría...
Los cálculos detallados para la estructura y sus accesorios
se efectuaron en la famosa Biblioteca de Alejandría.
Cuando se finaliza, la torre mide más de 117 metros. En su
cima está equipada con espejos metálicos para señalar su
posición reflejando la luz del sol; y por las noches, a falta de
luz, se enciende una hoguera.
5. Coloso de Rodas
El Coloso fue realizado con una estructura de hierro, sistema de
construcción empleado en la actualidad...
La última de las maravillas, situada en la isla de Rodas, se erige la
colosal estatua para celebrar el triunfo ante el temible guerrero
Demetrio I Poliarcetes, que pretendía apoderarse de este importante
emplazamiento por su situación geográfica, privilegiada para comerciar
con Grecia, el Asia Menor e incluso Egipto. Con un armazón de hierro y
forrada con placas de bronce, la estatua, cuando se termina, mide nada
menos que 32 metros de altura y 70 toneladas de peso (70.000 kg). Su
fama atraerá a viajeros de todo el mundo antiguo para verlo.
Cincuenta y seis años después de su construcción, en el 223 a. de C., un
terremoto derribó al Coloso. Los habitantes de Rodas, siguiendo el
consejo de un oráculo, decidieron dejar yacer sus restos donde cayeron.
Y así fué, durante cerca de novecientos años, hasta que en el 654 d. de
C. los musulmanes se apoderaron del bronce como botín en una
incursión.