La arquitectura indígena venezolana se desarrolló a partir de 1498 como una combinación de la cultura indígena con estilos arquitectónicos extranjeros. Se caracteriza por el uso de materiales naturales locales y métodos de construcción transmitidos de generación en generación unidos con técnicas foráneas. Incluye viviendas como la choza, los palafitos, las rucas y los wigwams, construidos principalmente con madera, palma y otros materiales, destinados a ser hogares multifamiliares adaptados a diferentes entornos como