2. L
ayla Jennings es ardiente, independiente y encabeza los
diecinueve años. Siempre siguiendo las reglas y haciendo lo
correcto, ha sido la niña de los ojos de su padre y el tesoro de
su madre. Pero el traslado a la universidad de Long Beach está a punto de
voltear el mundo de Layla al revés. Con el magnífico y perforado guitarrista
aspirante a estrella de rock Oliver viviendo al otro lado del pasillo, Layla
encuentra a sí misma arrojándose a un mundo de música, dinero, amistades
rotas y sangre que cuece a juego lento la tensión sexual.
Pero al tomar un trabajo en un café local, conoce al deliciosamente
guapo Jared Garrett. Convenciéndose de que es una pérdida de oxígeno, trata
de poner al joven hombre de negocios exitoso fuera de su mente. Pero cuando
continúa apareciendo, ella se encuentra constantemente pensando en él.
Deslumbrada por su belleza juvenil, descubre un nuevo mundo de placeres
carnales y eróticos. Layla se encuentra cayendo de cabeza sobre los talones
del amor. Sin embargo, Jared guarda un secreto vital y ella no está segura de
si realmente puede confiar en él.
Página
2
}
3. Amy
Un Delantal y un
Adonis
Jugando el Juego
Dinero, dinero, dinero
Me Haces Girar en
Redondo Nene
Mel, la Cena y Papá
Aclarándolo
El Rey y Yo
El Amor de una Madre
Puede Ser Doloroso
Oh, que Malvada
Telaraña
Toot, toot. Beep, beep
Cuatro Días
Proposiciones
Regalos, Glamour y
Charla de Chicas
Tienes un Amigo
Debe Ser Amor
Conociéndome,
Probándome con
Conociéndote
Nudos
El Jefe
Martes Rubí
3
Espacio Vacío
Todo ese Brillo es Oro
Blanco
Fuera de mis Sueños y
en el Coche
Quiero Ser una Estrella
de Rock
Mesas y Sillas
Página
Sinopsis
4. Jugando el Juego
Jugando Juegos
Infiel
Tiempo
Ponerse en Marcha
Pasando
Corazón a Corazón
Territorio Peligroso
Negocios Riesgosos
Escucha tu Corazón
Dando el Salto
Burning Up
4
Marie Coulson
Página
Loco
Apóyate en Mí
En la Tranquilidad de la
Noche
Una Charla Larga y
Caliente
Un Tequila, Dos
Tequilas, Tres Tequilas,
Piso
Esposas y Tacones
Un Retrato de
Destrucción en Masa
Fiesta Como una
Estrella de Rock
Invitados Inesperados
Adormecida
¿Deberíamos Bailar?
Invierno, País de las
Maravillas
Felices Fiestas
Manteniendo el Rumbo
5. Traducido por Clau
Corregido por Nanis
M
iré alrededor de la habitación vacía. Grandes cajas de cartón
marrón sustituyen ahora mi una vez brillante y lleno de
basura dormitorio. No puedo evitar sentirme un poco triste
por la habitación. Habíamos pasado por muchas cosas juntas durante los últimos
diecinueve años y ahora la estaba abandonando por una fría, sin vida y pre—
usada residencia.
Los dormitorios universitarios no eran precisamente conocidos por ser
amplios o de lujo, y dada la cantidad fraccionada de información que había
recibido, tampoco estaría viviendo sola. Mamá me había instado a optar por una
habitación compartida.
—Lo mejor es tener a alguien más contigo, Layla. Si no vuelves a casa
una noche porque algo malo te pasó, al menos tu compañera de habitación
puede alertar a las autoridades. Estadísticas de seguridad, querida. Además, ¿no
sería bueno tener a alguien con quien hablar y conectarte a nivel intelectual?
Mi madre estaba delirando. Estaba constantemente preocupada por mi
seguridad hasta el punto de que me había comprado un kit de “extraño
peligroso”, equipado con espray de pimienta, una alarma de seguridad personal
que podría reventarte el tímpano y un libro sobre autodefensa, que sin duda
podría derrotar al adolescente más letal de la escuela... probablemente del
Estado.
Era evidente que no tenía idea de cómo era la universidad. Yo estaba
bastante segura de que si no llegaba a casa una noche, mi compañera
Página
A) Tuve suerte.
5
seguramente asumiría que:
6. B) Me desmayé borracha en alguna parte
O
C) Decidí mudarme.
Tener una compañera de habitación no garantizaba automáticamente
que tuvieras a alguien que cuidara de tu bienestar.
Las personas que comparten una residencia de estudiantes no siempre
se convierten en mejores amigas y, en la mayoría de los casos, tendrían suerte
si incluso logran tolerarse. Estaba teniendo pensamientos sanamente pesimistas
sobre toda la situación, pero no podía dejar de preguntarme cómo sería mi
nuevo compañero de cuarto. Nos pasaríamos la mayor parte del año invadiendo
el espacio personal del otro y yo era una chica que necesitaba su propia pequeña
burbuja de territorio. Me gustaba mi privacidad y una perfecta existencia
pacífica. La persona más rebelde en mi vida era mi mejor amiga Mel y hasta ella
entendió mi necesidad de distancia. Tenía la esperanza de que esto no fuera a
ser un problema con la chica con la que pronto compartiré mi habitación y mi
intimidad. Y si lo era, siendo realistas, ¿qué podía hacer? ¿Podría obtener un
nuevo compañero de cuarto?
—¿Lista para partir, Lay? —Papá estaba de pie en la puerta. Su cabello
plateado estaba brillando en la luz del sol que se derramaba a través de la
ventana del pasillo. Él nunca se molestó en teñirlo, diciendo que era más que
feliz con su edad como insignia de experiencia. Llevaba sus jeans desteñidos y
su camisa de franela habituales, lo que le hacía parecer más apropiado para una
carrera como leñador que como mecánico.
Sosteniendo las llaves del auto en la mano, examinó las paredes
desnudas de mi habitación y dejó escapar un largo suspiro.
—Tanto como podría estarlo. Éstas son las últimas cajas. Creo que tengo
todo lo que necesito. —Hice un gesto a un par de cajas grandes apiladas al lado
de mi escritorio—. Esas dos son las más pesadas. Así que si crees que puedes con
última larga mirada a mi habitación. Sip. Ya era hora de seguir adelante.
Página
era difícil para él. Tomó una de las cajas del suelo y la llevó hasta el auto. Di una
6
ellas, yo puedo arreglármelas con las otras. —Papá sonrió, pero pude ver que
7. Recogiendo una de las cajas más pequeñas, la agarré con fuerza en mis manos y
lo seguí.
Cuando llegué al auto, él estaba apoyado en la puerta del pasajero,
mirándome con una expresión de dolor.
—Ya sabes, todavía puedes cambiar de opinión. Ir a alguna escuela local
y vivir en casa. —Lancé el cuadro que había estado cargando en el maletero y
me dirigí hacia él. Parándome de puntillas, le di un beso en la mejilla. No
necesitaba decir nada. Habíamos tenido esta conversación un millón de veces y
por su admisión, iba a la mejor universidad en el Estado. El Estado de California
era exactamente donde quería estar. Y en tan sólo unas horas, es allí
exactamente donde estaría.
***
El paseo en coche era muy tranquilo. La radio era el único sonido que
llenaba el silencio. Nunca lo dije, pero sabía que papá estaba luchando por no
dejar que sus emociones se mostraran. Traté de tranquilizarlo durante semanas
diciéndole que estaría en casa tanto como pudiera, pero eso parecía sólo
molestarlo más. En un momento pensé que iba a llorar. Estaba segura de que lo
había visto tragar un nudo en la garganta.
Habíamos sido apenas nosotros dos desde el divorcio. Mamá se había
mudado a San Francisco y no estaba dispuesta a dejar mi escuela en Pasadena
para seguirla allí. Ya había sido bastante malo que mis padres estuvieran
separándose y mi mamá se fuera. No estaba dispuesta a dejar también a mis
amigos atrás. Cuando ellos me sentaron para discutir los arreglos de vivienda,
declaré mi caso y mi papá me dijo que estaba bien con él siempre que estuviera
bien con mi madre. Teniendo en cuenta que era ella quien quería el maldito
divorcio, en primer lugar, habría estado furiosa si hubiera dicho que no, y creo
que la culpa por romper a nuestra familia la convenció para que me dejara
quedar.
de cada mes. Fue un acuerdo que funcionó para todos y no interfirió demasiado
con el horario de trabajo de mamá. Pero eso iba a tener que cambiar ahora. Con
Página
ella conseguir un traslado a un nuevo hospital. La visitaba dos fines de semana
7
Hablamos por teléfono mucho. Ella es enfermera, así que fue fácil para
8. todo el trabajo de la escuela y volver a casa a visitar a papá tanto como pudiera,
iba a ser difícil hacer el viaje para verla dos veces al mes. No se lo había
mencionado, sin embargo, pero sólo era una cuestión de tiempo para que lo
descubriera.
Papá no era bueno con este tipo de cosas. Como su única hija, había
puesto todo su amor paternal y energía en criarme. Después del divorcio, creo
que se sentía culpable de que no tuviera mamá a tiempo completo. Parecía darle
a su paternidad varias muescas, casi hasta el punto de asfixiarla.
Pasamos cada fin de semana haciendo algo juntos y siempre nos
tomábamos el tiempo para compartir una cena cada noche. Discutir cómo había
sido nuestro día durante la cena era el momento favorito de papá, me había
dicho. Una vez que fui creciendo, mis fines de semana los pasábamos con mis
amigos, pero la cena seguía siendo nuestro tiempo.
Ahora estaba a punto de convertirse en él y la casa vacía. Sentí una
punzada de culpabilidad. Tal vez debería haberme quedado cerca de casa, pero
este era mi futuro. Además, papá siempre había sido quien me había dicho que
nunca me conformara. Estaría bien. Todavía tenía a sus compañeros de trabajo
y nuestros vecinos eran geniales.
Pam, Eddie y su hija Mel habían vivido al lado desde que nos mudamos.
Mel y yo crecimos juntas y nos conocíamos íntimamente. Ella era mi ángel de
la guarda. Me apoyó a través del divorcio y me defendió siempre que la
necesitaba. Su cabello rojo fuego complementa perfectamente su temperamento
fogoso. Tenía una figura magra y pálida piel blanca con algunas manchas de
pecas en las mejillas. Pensaba que era una verdadera belleza natural, a pesar de
que siempre había tenido problemas con su autoestima e ignoraba los elogios
rodando sus grandes ojos verdes. Ella era muy leal a sus amigos y familia y tenía
un gancho de derecha que lo respaldaba. Incluso podía recordar la primera vez
que la había visto utilizarlo y todavía me sorprende cómo una chica de su
contextura tenía tal golpe escondido.
Incluso fue mi primer beso. Fuimos muy cercanos hasta décimo grado.
Página
de un chico llamado Chris. Él era divertido, elegante y súper lindo.
8
Cuando estábamos en la escuela secundaria nos habíamos hecho amigas
9. Fue entonces cuando conoció a Rebecca. No le gustaba que pasara el
tiempo con nosotras y le dio un ultimátum. Naturalmente, eligió a la barbie.
Hasta el día de hoy, todavía no sé cómo lo supo, pero ella había hecho mi vida
un infierno cuando se enteró que había sido mi primer beso.
Estábamos en la cafetería de la escuela un día, cuando Rebecca se acercó
a la mesa donde Mel y yo estábamos sentadas. Se sentó frente a mí y sin mediar
palabra, escupió directo en mi cara y me llamó puta. Todo el mundo estaba
mirándome, susurrando y señalando. Mi ex—amigo, Chris, simplemente miró
todo el asunto desarrollándose. Estuve a punto de ponerme de pie y caminar
antes de echarme a llorar. Fue entonces cuando Mel se lanzó sobre la mesa y
tiró a Rebecca al suelo. Cuando finalmente logró apartar a Mel de ella, trató
desesperadamente de escabullirse, pero Mel le agarró el tobillo y tiró con fuerza.
Rebecca se sacudió hacia atrás y su cara cayó con fuerza contra la superficie de
baldosas del piso de la cafetería. Había aterrizado con tanta fuerza, que perdió
tres de sus dientes frontales.
Mel y yo fuimos enviadas a la oficina del director y ella tomó la culpa
de todo. Fue suspendida por una semana, pero simplemente se levantó, se
sacudió, levantó la barbilla y dijo con calma:
—Lo haría de nuevo en un latido del corazón. Esa chica es una perra y
merece que le saquen todos sus dientes. —Nunca la había amado más.
Realmente extrañaría a Mel. Ella iría a una de las universidades locales,
y había estado un poco enojada conmigo por dejarla para ir a la estatal de
California. Después de recordarle que me reuniría con un montón de guapos
chicos universitarios y que sería invitada a fiestas a las que la traería, estuvo
bien con eso. Ella atraía a los hombres como abejas a la miel. Sin embargo, su
falta de confianza en su aspecto siempre terminaba alejándolos. Siempre
comentaba lo que deseaba poder parecerse a mí, y yo todavía no tengo idea de
por qué. Yo no tenía sobrepeso pero era curvilínea y por suerte tenía busto
suficiente como para que se viera bien. Todo era proporcional, pero quería
haber podido tener un poco menos de curvas y un poco más de abdominales de
y sin vida, descansando sobre mis hombros. Pero mis ojos eran otra cosa. Eran
Página
que tuviera la figura de mi madre y el cabello rubio de mi padre, que caía inerte
9
piedra, aunque sabía que nunca iba a suceder. La genética se había asegurado de
10. un poco de cada uno de mis padres. Un poco del azul de mamá y un toque de
verde de papá les daba el tono de un océano y me elogiaban a menudo por ellos.
Estaba tan ocupada escudriñando mi mirada que nunca me di cuenta de
que llegamos hasta que nos detuvimos afuera de los dormitorios. Esto era. Mi
nuevo hogar para el año que viene... por lo menos. Papá se inclinó hacia delante,
mirando a través del parabrisas.
—¿Elegiste esto por encima de nuestra casa de tres habitaciones? ¿Estás
segura de que esto es lo que quieres? —Bien, no era el lugar más atractivo que
había visto, pero parecía perfectamente normal teniendo en cuenta que había
sido utilizado por miles de estudiantes en su tiempo. ¿Qué esperaba? ¿La Casa
Blanca? Dejé escapar un suspiro de exasperación, levantando los ojos al cielo
mientras salía del auto. No podía esperar para ver mis nuevos espacios.
Después de explorar durante varios minutos encontré la recepción
principal y recogí mi llave. De acuerdo con la carta que tenía adherida, estaba
en la habitación 21 y la compartiría con una A. Brookes. Sonaba igual que la
rubia tipo animadora que había detestado en la secundaria. Me maldije por
juzgar a mi nueva compañera de cuarto y por hacer suposiciones basadas
únicamente en su nombre. ¡Ni siquiera la había conocido todavía!
Me dirigí al edificio indicado en el mapa y empecé a buscar mi cuarto,
pasando nuevos estudiantes como yo. Los pasillos emanaban un olor a humedad
muy desagradable que me recordaba al sudor y ropa sucia. Había gente que creía
que eran estudiantes descargando cajas, maletas, bolsos e incluso grandes bolsas
de basura. Los pasillos estaban atestados de personas y equipaje. Alguien incluso
tenía una enorme televisión y me pregunté si en realidad estaban autorizados
para tenerlo allí. Pero estaba aún más irritada por no haber pensado en traer mi
propia TV.
Recostándome a un lado para que pudieran pasar, miré por encima del
hombro y vi cómo dos hombres levantaron una caja muy pesada por el pasillo,
antes de caer con un ruido sordo en el suelo. Comenzaron a abrirla y tuve
Página
fuerza de dos grandes hombres para transportarlo.
10
curiosidad por saber qué podría alguien traer a la universidad que requiriera la
11. Atrapada en mi aturdimiento momentáneo, no tuve la oportunidad de
ver el contenido de la caja, porque un segundo después, estaba tropezando hacia
atrás y estrellándome en mi culo. Mis piernas volaron en el aire y el papel que
llevaba voló por el suelo, junto con mi llave. De alguna manera me las arreglé
para chocar de cabeza en una pared de músculos de la espalda de un chico que
ahora me estaba mirando, sobre mi espalda, desparramada sobre el suelo del
pasillo. Gracias a Dios que llevaba unos vaqueros o le habría dado una completa,
primera impresión que a este punto, imaginaba, no sería demasiado buena.
Quizás podría haber llevado una falda. Un vistazo a una panty podría haber
hecho esto un poco más soportable. Bueno, para él, al menos
Me tendió la mano y sonrió.
—¿Necesitas una mano ahí abajo? —preguntó.
Extendí mi mano y me puse de pie. Ahora que me encontraba cara a
cara con el chico, podía ver qué tan asombrosamente guapo era. Tenía el cabello
negro y descansaba justo por encima de su barbilla. No era recto, sino que lo
llevaba un poco revuelto por debajo de su gorro gris. Tenía un aro en su ceja a
derecha y un piercing anillo al lado izquierdo de su boca. Rápidamente me
encontré mirando sus labios. Eran regordetes y el anillo de labio apretaba y
presionaba en la esquina de su boca cuando sonreía. Me preguntaba cómo sería
besar a un hombre con un anillo de labio.
—¿Buscas tu dormitorio? —preguntó, sacándome de mis inapropiados
pensamientos.
Miré hacia arriba para descubrir los más profundos ojos marrones que
había visto en la vida.
—Sí. Lo siento, estaba a kilómetros de distancia. No te vi.
Negó con la cabeza y levantó las manos.
—No tienes necesidad de disculparte. Este lugar es mucho para tomar.
de él.
Página
Analicé el pasillo sólo para descubrir que mi dormitorio estaba enfrente
11
Por lo tanto, ¿en qué habitación estás?
12. —Um. Ésta. En realidad.
Inclinándose, tomó la llave que estaba sentada en el suelo junto a su pie
y me abrió la puerta.
La habitación era de un tamaño cómodo, iluminada por una gran
ventana en la pared del fondo. Empujado contra la esquina de la habitación
había una cama individual que separaba la sala casi a la mitad. Un pequeño y
modesto cuarto de baño con ducha se veía en la otra esquina. Todo el espacio
parecía tan desnudo en comparación con mi antiguo dormitorio, pero me dije
que con un par de fotos y algunos recuerdos se sentiría como en casa. Me di la
vuelta con una sonrisa de satisfacción en la cara. Estaba apoyado en mi puerta,
con las manos en los bolsillos.
—¿No es el Ritz, pero será bueno? —dijo antes de que yo tomara la llave
y le diera mi sonrisa más amable.
Estaba en lo cierto. Definitivamente no era el Ritz. Pero sí, lo haría.
—Así que creo que vamos a ser vecinos. —Traté de sonar como si no
fuera gran cosa, pero este chico estaba caliente y estaba tratando
desesperadamente de controlarme para evitar que mis ojos y manos vagaran
por todo su cuerpo. Saber que él estaría viviendo al otro lado de la sala me daba
ideas pecaminosas. Es decir, nuestras camas estarían literalmente a unos metros
de distancia.
Sí, sé que hay paredes y puertas también, pero todavía estaba bastante
cerca.
Se encogió de hombros y sonrió sin inmutarse.
—Supongo que sí.
Caminó por el pasillo hasta su habitación y yo lo seguí, pensando que
debí parecer la más grande y torpe idiota en el lugar. Mentalmente me regañé
por mi estupidez en el pasillo y también por mi inspección lujuriosa sobre él.
Me volví y asentí con la mirada.
Página
—¡Oliver Green, por cierto!
12
Acababa de empezar mi recorrido por el pasillo cuando él gritó detrás de mí:
13. —Layla Jennings.
La comisura de su boca se elevó casi como si estuviera entretenido por
esto. Luego se dirigió a su habitación y cerró la puerta.
Bueno, eso salió bien. La primera persona que me encuentro en la
universidad y no sólo me estrello contra él, aterrizando de espaldas con mis
piernas en el aire. Gran comienzo Lay.
Cuando finalmente regresé al auto, papá ya estaba descargando las cajas.
En general, la descarga del maletero le llevaría un segundo, pero hoy parecía
tomarse su tiempo. Supuse que lo hacía sólo para estar conmigo un poco más. O
quizás todavía estaba tratando de aceptar que realmente no iba a volver a casa
con él.
A pesar de que estaba tremendamente emocionada por comenzar mi
nueva vida en la universidad, siempre había sabido que este día iba a ser un reto
para los dos. Nunca me imaginé que me sentiría tan culpable por dejarlo. La
expresión de dolor de mi padre me recordó que mientras estaba haciendo
nuevos amigos, saliendo y divirtiéndome, él estaría teniendo cenas para uno en
una casa vacía.
Me acerqué y comencé a ayudarlo a descargar. Papá negó con la cabeza
hacia mí:
—Yo me encargo, cielo. ¿Encontraste tu habitación? —La sonrisa que
me dio no era la brillante y alegre de costumbre. Era forzada y pude ver que
estaba tratando de ocultar sus emociones, pero decidí seguirle el juego por el
bien de ambos.
―Sí, lo encontré. Sin embargo creo, que hice una gran primera
impresión sobre el chico que vive al otro lado. —Me rodé los ojos a mí misma.
¡Qué torpe!
Las cejas de papá se dispararon y sus ojos se estrecharon mientras me
discurso sobreprotector y altamente anti-chicos. Lo había escuchado cientos de
veces antes, pero algo me decía que estaba a punto de escucharlo de nuevo―.
Página
—¿Chico? ¿Hay un chico que vive al otro lado? —Me preparé para su
13
veía con una mirada dudosa en su cara.
14. Layla. Eres una mujer joven ahora. Sé que eres lo suficientemente inteligente
como para reconocer con quién debes y no debes relacionarte. Pero también
me doy cuenta de que esto es la universidad. Caray, recuerdo la universidad. Es
por eso que estoy preocupado. No te dejes atrapar por los chicos de aquí. Son
jóvenes, imprudentes y sólo buscan una cosa. No tengo que darte el otro
discurso, ¿verdad? No quieres retirarte por estar embarazada de algún chico de
fraternidad.
Rodé los ojos y al instante me arrepentí cuando alcancé a ver la mirada
severa que dirigía hacia mí. Sacudí la cabeza y corrí hacia él, lanzando mis
brazos alrededor de su cuello. Él me apretó con fuerza, me levantó del suelo y
enterró su cara en mi cabello. Podía sentir el escozor de las lágrimas en mis ojos,
pero no podía dejar que papá me viera tan afectada. Besó mi frente y me puso
de nuevo en pie. Pude ver las lágrimas comenzar a formarse en sus ojos también.
Mirando hacia mí con una expresión seria, atrapó mis manos
firmemente en las suyas.
—Si en algún momento quieres venir a casa, sólo llama. Vendré
directamente a buscarte. En cualquier momento. Noche o día. Siempre puedes
cambiar de opinión.
Puse mi dedo índice sobre sus labios para silenciarlo.
—Papá va a estar bien. Voy a estar bien. Tú vas a estar bien sin mí. No
es para siempre. Iré a casa este fin de semana y vamos a cenar. Va a ser bueno.
—Sonreí, con la esperanza de que no se diera cuenta de las lágrimas que
luchaban por salir. La presa estaba segura de estallar pronto.
Odiaba las despedidas largas. Necesitando que la separación fuera corta
y dulce, tomé una de las cajas grandes, lo miré.
—Bueno, mejor me voy desempacar. Nos vemos este fin de semana. Te
amo papá.
en el volante. Su mano se acercó y sabía que él estaba limpiando una lágrima.
Página
talones y me dirigí al edificio, mirando atrás para verle en el auto con la frente
14
Él asintió con la cabeza y centró sus ojos en el suelo. Giré sobre mis
15. Mis propias lágrimas saladas calientes comenzaron a fluir libremente por mis
mejillas. Iba a estar bien.
Me repetía a mí misma mientras entraba a mi habitación. Iba a estar
Página
15
bien y todo lo que tenía que hacer era creerlo.
16. Traducido por Clau
Corregido por Nanis
M
e quedé durante unos minutos escudriñando mi lado de la
habitación. Vi todo lo que había desempacado y
simplemente no podía creer que toda mi vida había cabido
en tan sólo cuatro cajas grandes de cartón. Todo tenía su lugar. Los libros
estaban sobre la mesa en orden alfabético, la ropa toda colgada perfectamente,
un código de color en mi armario, y la cama hecha con precisión militar. Mamá
siempre decía que mi necesidad de orden y organización era un poco
quisquillosa. Papá la llamaba peculiar. Yo la llamaba necesaria. Mi abuela
siempre me había dicho: "un hogar ordenado, una mente ordenada". Nunca
habría podido terminar nada si mi espacio vital estuviera desordenado y lleno
de basura. Sería distractor e improductivo. Mi mente estuvo casi al instante
inundada con pensamientos sobre mi compañera de cuarto. Había una buena
posibilidad de que no fuera tan "peculiar" como yo.
Tan pronto como había empezado a preguntarme qué diablos me
esperaba, la puerta se abrió de golpe. De pie en la puerta sosteniendo un bolso
Louis Vuitton, estaba la chica más sorprendente que jamás había visto. Su largo
cabello oscuro caía por los hombros y unos cuantos mechones colgaban
alrededor de la cara, destacando sus grandes ojos verdes. Era delgada y tenía una
impresionante figura atlética. Era casi todo lo contrario a mí.
Paseó y colocó su bolso en la cama vacía de la habitación. En cuanto se
dio la vuelta, la radiante sonrisa en su rostro indicaba que por fin se había dado
Brookes! Oh, esto es
maravilloso. ¡Nunca he tenido una hermana o incluso una mejor amiga y ahora
Página
—Tú debes ser L. Jennings. ¡Yo soy Amy
16
cuenta de que había otra persona en la habitación. Sus ojos se iluminaron.
17. tengo una compañera de cuarto! Sólo sé que vamos a ser MAPS 1. ¡Estoy tan
emocionada!
Era una locura. Saltando arriba y abajo en el lugar y riendo con deleite.
La miré con una ceja arqueada. Dos personas más entraron en la habitación,
pero eran chicos. Ambos parecían tener más o menos mi edad y estaban muy
bien construidos. Supuse que también eran estudiantes de la universidad.
Llevaban dos grandes maletas de Louis Vuitton. Por supuesto que tendría
maletas a juego.
—Gracias chicos, simplemente colóquenlas allí sobre esa cama. —Ella
les sonrió y saludó con la mano mientras se iban. Yo estaba estupefacta. Esta
chica simplemente había incursionado a esta habitación con su equipaje de
diseñador, su personalidad maníaca y enérgica y dos chicos al azar sirviéndole.
¿De qué planeta era? Esto iba a ser difícil. Me di cuenta.
Amy comenzó a desempacar mientras yo me sentaba en mi cama
leyendo el último número de Cosmo. Eché un vistazo de vez en cuando para
verla. Todo lo que sacó de su maleta fue recibido con entusiasmo y admiración.
Era agotadora.
La siguiente cosa que surgió fue un par de pompones rojo y blanco.
Estaba ciertamente en lo correcto acerca de su lado de animadora y el ondeo de
pompones.
Amy me atrapó mirando y los movió hacia mí. Sonreí, pero en mi mente
estaba imaginando que era probablemente una de esas chicas de la secundaria.
Se acercó y se sentó a mi lado en la cama. Inclinando su cabeza hacia un lado
parecía estar estudiándome.
—Entonces L. Jennings, ¿de dónde eres?
Levanté la vista de mi revista. Ella me miraba con esa sonrisa tonta en
Página
—Pasadena. Y es Layla.
17
la cara otra vez.
1
MAPS: Mejores amigas por siempre.
18. Pareció contemplar esto por un tiempo. ¿Por qué? No tengo ni idea. Nos
sentamos en un incómodo silencio durante varios segundos antes de que me
diera cuenta de lo que estaba esperando.
—Entonces, ¿de dónde eres Amy? ¿Eres de por aquí?
Bingo.
Sus ojos bailaban mientras me contaba todo acerca de su vida en Beverly
Hills.
El padre de Amy era juez y su madrastra era diseñadora de interiores
para los ricos y famosos. Su madre había muerto durante el parto. Ella había
elegido la universidad estatal de California después de que su padre le dijera que
tenía un historial impecable y reputación en el campo de la ciencia humana. Él
quería que fuera médico, pero Amy siempre había querido ser diseñadora de
modas. Se comprometieron y ella acordó tomar algunas clases de ciencias
humanas, mientras él estuviese de acuerdo con que tomara algunas clases de
arte. Él estaba pagando por ello, después de todo.
Después de escuchar a Amy hablar de su vida en casa, me puse a pensar
en mi mamá y papá. Ya echaba de menos a papá.
Mamá sabía que hoy era día de mudanza y había enviado un texto por
la mañana, diciéndome que me llamaría más tarde después de trabajar. Pero no
iba a aguantar la respiración.
Amy dejó escapar un largo suspiro, sacándome de mi sueño despierta.
—Me muero de hambre y me vendría bien un poco de cafeína. Hay una
linda y pequeña cafetería justo al lado del campus. ¡Ellos hacen un latte que
parece fabricado en el cielo! ¿Quieres un poco?
Me encogí de hombros y saqué mis pies de la cama, colocándolos en mis
zapatos negros. Asentí con la cabeza y ella me miró, a continuación, se lanzó,
***
Página
¿Qué tengo que perder?
18
agarrando su bolso antes de salir por la puerta.
19. Amy tenía razón, la cafetería era linda. Era un lugar pequeño con
grandes ventanales e iluminación tenue, lo que le daba un cálido resplandor.
Había varios juegos de mesas y sillas alrededor de los bordes de la habitación y
en el centro había dos sofás y una mesa de café. Las paredes eran de magnolia
con pinturas de colores llamativos de tazas de café colgando. Eran retro y me
encantaban. Todo el lugar tenía un ambiente acogedor e íntimo al mismo
tiempo. El ambiente era relajado e informal con un aire de camaradería. Las
esencias aromáticas de granos de café tostado y vainilla llenaban el aire y de
pronto me antojé de algo dulce y cremoso. Este lugar estaba muy lejos de las
grandes tiendas de cadena global.
Amy puso sus manos sobre mis hombros y me dirigió hacia el
mostrador. Pidió dos lattes con caramelo y se negó a déjame pagar. Nos
sentamos en una mesa en un rincón junto a una de las grandes ventanas y yo
miré por la ventana a toda la gente viviendo su día. Me gustaba observar a la
gente y podría haber pasado horas haciéndolo. Supongo que por eso la mayor
parte de mis clases consistían principalmente en comportamiento humano y
psicología. Pero tenía la sensación de que Amy me mantendría ocupada en una
conversación en lugar de dejar que me sentara en paz viendo el mundo pasar.
—Entonces, Layla, ¿sacaste una beca para venir aquí? ¿O estás pagando
tu paso por la universidad? ¿O tus padres? —Ella se echó hacia atrás y sopló el
café en su taza.
Un poco de espuma cayó por un costado y rápidamente la recogió con
su dedo antes de inhalar una risa y lamerlo. Esta chica era otra cosa.
—En realidad, mis padres están pagando, pero supongo que realmente
debería conseguir un trabajo para ayudar. Me refiero a que los libros y la comida
no son baratos. —Me senté y miré por la ventana. Realmente iba a tener que
salir pronto y encontrar un trabajo.
Amy se sacudió hacia adelante, casi derramando el café. Ella saltaba
pasando el otro día con papi. Estábamos mirando el campus y paramos para
tomar un café. De todos modos, mientras estábamos aquí oí a uno de los
Página
—Oh Layla, ¡qué suerte! ¡Tienen una posición vacante aquí! Estaba
19
animadamente en su silla.
20. camareros hablando sobre la necesidad de contratar a alguien para trabajar un
par de horas a la semana. ¡Deberías aplicar! ¡Está justo al lado del campus y
nunca más tendrías que beber café malo!
Ella sonreía y me miraba como si yo fuera su nueva muñeca favorita.
En ese momento, me sentí como su nuevo proyecto.
Me estremecí un poco y me encogí de hombros, frunciendo el ceño.
—No lo sé. Puede ser. Ni siquiera tengo mi horario de clases listo
todavía.
Amy puso los ojos en mí y chasqueó la lengua.
—Oh Layla. No estaría de más que preguntaras. Estoy segura de que
podrías encajar tus horas alrededor de clases. Además, una vez que estás dentro
puedes hacer tu propio horario. Dijiste que necesitabas un trabajo. Bien, esta es
tu oportunidad. Deja de rodarme los ojos, mueve tu trasero y anda allí.
Señaló al mostrador y me miró. Me mordí la orilla del labio y de mala
gana me puse de pie, agarrando mi café mientras me dirigía al mostrador.
Una mujer mayor estaba en la registradora buscando recetas. Parecía un
poco molesta y de vez en cuando negaba con la cabeza, mientras estudiaba los
pequeños trozos de papel en su mano. Era ahora o nunca.
Me acerqué al mostrador y se asomó por encima de sus gafas hacia mí.
—Hola, ¿te sirvo otro? —Señaló a mi taza y sacudí la cabeza con una
pequeña sonrisa.
—Eh, no gracias. Estoy bien aquí. En realidad estaba preguntándome si
tenían alguna posición vacante. Soy estudiante de la estatal de Cali y estoy
buscando un trabajo a tiempo parcial.
Ella ladeó la cabeza hacia un lado y me miró de arriba abajo, casi
en una tienda antes?
Negué con la cabeza, mordiéndose el labio otra vez.
Página
—Bueno, tengo algunos turnos disponibles. ¿Alguna vez has trabajado
20
inspeccionándome.
21. —Pero trabajo muy duro, aprendo rápido y siempre estoy dispuesta a
cubrir turnos. Soy dedicada, concentrada y le juro que no se arrepentirá.
Ella suspiró y se frotó la frente con la mano.
—Bueno, teniendo en cuenta que eres el único candidato que ha llegado
y no está cubierto de tatuajes, piercings o esmalte de uñas negro, no tengo
muchas otras opciones. Está bien, te daremos una prueba y veremos cómo lo
haces. Es bastante sencillo de aprender. ¿Puedes empezar mañana la formación?
¿Digamos a las 9 a.m.?
Asentí y le sonreí.
―Estaré aquí. A la 9 a.m. en punto. Muchas gracias... —Me incliné para
leer su nombre en la placa de identificación—. Lorraine. En serio. Gracias.
Suspiró de nuevo, sacudiendo la cabeza mientras buscaba algo debajo
del mostrador. Me dio algunas formas que llenar para impuestos y datos de
contacto. Los llené y se los regresé. Ella los estudio y me dio una sonrisa
—¿Alguno de tus padres es fanático de Eric Clapton? Esa es una gran
canción Layla.
Ella dijo las últimas palabras con un poco de ritmo y supe exactamente
de lo que estaba hablando. Papá amaba esa canción. Solía cantármela cuando
era pequeña. Dijo que solía reír y reír mucho, lo que le hacía querer cantarla
más y más. Había oído la canción muchas veces, pero la gente rara vez la
conectaba con mi nombre. Quiero decir, no mucha gente de mi edad la conocía.
Mel siempre lo había sabido. Pero se había criado conmigo. Papá la
había cantado en casa con tanta frecuencia que Mel podría haber caído de
espaldas riendo y tocando una guitarra imaginaria. La echaba de menos. Tendría
que llamarla más tarde como le había prometido. No podía esperar para hablarle
de Amy.
Terminé de hacer los arreglos para el día siguiente con Lorraine y volví
—¿Y?
Página
y ella levantó las cejas hacia mí.
21
a la mesa. Amy había estado observándome todo el tiempo. Me senté de nuevo
22. Le di una breve sonrisa y me encogí de hombros mientras me sentaba.
—Empiezo el entrenamiento mañana a las 9 a.m.
Ella dejó escapar un pequeño chillido y sonrió.
—Ves Layla Jennings. Estás en la universidad ahora. Es el momento de
tomar oportunidades, tal vez algunos riesgos también. Quién sabe, podría abrir
un nuevo mundo para ti. ¡Y ahora me tienes a mí, voy a estar asegurándome de
que tomes un montón de ambos!
Algo me decía que estaba hablando muy en serio. ¿Pero qué podía decir?
Ella tenía razón. Me arriesgué y ahora, después de sólo estar aquí por un par de
horas, tenía un trabajo. Había salido del campus, tomado un café con mi nueva
compañera de cuarto y conseguido un trabajo. Las cosas ya estaban mejorando.
Me recosté en la silla y sonreí para mis adentros mientras escuchaba hablar a
Amy acerca de todas las fiestas y eventos sociales a los que iríamos este año.
Como que tenía que admitir que este año podría en verdad resultar muy
Página
22
divertido.
23. Traducido por Clau
Corregido por Nanis
E
l sol era cálido y calentaba mi piel a la temperatura perfecta.
Podía sentir la brisa haciéndome cosquillas y enfriando mi nuca
mientras acariciaba mi piel expuesta. Estaba acostada sobre una
manta de algodón a cuadros rojos y blancos, en la más hermosa pradera que
había visto nunca. Me quedé allí por un tiempo, sólo pensando en cómo había
llegado hasta allí.
Podía ver la silueta de un hombre en la distancia. Alto y ancho,
caminando a grandes zancadas y muy rápido. Sólo podía distinguir su hermoso
rostro, los ojos oscuros y penetrantes, la ligera y pequeña sombra de su afeitada
matutina y su espeso cabello castaño. Era delicioso. Mi corazón latía con fuerza
mientras se acercaba a mí y mi respiración era cada vez más fuerte y más rápida.
Se inclinó sobre mí, lentamente movió su mano hasta mi muslo, sus
dedos acariciando mi piel mientras se deslizaban hacia arriba. Acercándose a
mi cara, sus labios casi tocando los míos, dejó escapar un suspiro y sopló mi
nombre...
—¡Layla!
Eso no era lo que esperaba...
—¡Layla despierta! ¡Llegas tarde al trabajo!
tarde. Sólo había estado trabajando en el café de Lorraine por una semana y
definitivamente no quería ganarme una mala reputación por haber llegado
Página
Mis ojos se abrieron de golpe y fueron directo al reloj. 9: 15 am. Era
23
¡Mierda!
24. tarde. Salté de la cama y corrí hacia el cuarto de baño. Me duché, me puse mi
ropa lo más rápido que pude y me puse mi nuevo cabello húmedo en una
apretada cola de caballo. Me apliqué rápidamente algo de mascara de pestañas
y brillo de labios. No había tiempo para las obras completas esta mañana.
Parpadeando revisé mi reflejo. No es genial, pero lo sería.
Me precipité nuevamente hacia afuera para encontrar a Amy
manteniendo la puerta abierta con una mano y una barra de granola en la otra.
—Eres un ángel.
Le agradecí mientras tomé la barra de granola, que tendría que servir
de desayuno y corrí a la puerta.
—¿Qué harías sin mí? —gritó ella detrás de mí.
―¡Pasar hambre! —grité sobre mi hombro antes de correr tan rápido
como mis pies podrían llevarme a trabajar.
Esto no era bueno. Podía ver la tienda y estaba claramente ocupada. Las
horas de desayuno y almuerzo eran las más agitadas para nosotros. Estaba
segura de que estaba en problemas. Crucé la calle y apresuradamente caminé
unos metros hasta la tienda. Buscando mi delantal en mi bolso, me incliné hacia
atrás contra la puerta y le di un empuje duro con mi trasero para abrirla
mientras continuaba buscando el delantal.
—¡Mierda!
Levanté de pronto mi cabeza, di la vuelta y abrí la boca con horror.
Sosteniendo su café en una mano y su ahora goteante nariz con la otra estaba
parado un hombre alto, muy irritado.
—Oh mi Dios. Lo siento. Aquí. Déjame ayudarte. —Agarré unas
servilletas de la mesa cercana y comencé a tratar de detener el sangrado de la
nariz del hombre.
—No, no. Mi error. ¿Cómo me iba a imaginar que alguien estaría
caminando de espaldas hacia la tienda? Quiero decir, ¿quién mira por dónde
Página
dedos.
24
Me despachó con la mano y se pellizcó el puente de la nariz con sus
25. anda en estos días? —Su voz era rebosante de sarcasmo. Yo estaba un poco
molesta por su actitud. No era como si lo hubiera hecho a propósito.
—Fue un accidente. No vi porque estaba buscando mi delantal.
Claramente tú tampoco me viste. ¿Cuál es tu excusa para no verme a través de
una puerta de vidrio?
Me miró estupefacto, levantó las cejas y movió la cabeza. Me levanté y
me quedé mirándolo. Abrió la boca para responder, pero fue interrumpido por
una frenética mirada de Lorraine que había dejado su lugar en el mostrador y
ahora estaba caminando hacia nosotros. Ella exploró nuestras caras y se llevó
las manos a la boca.
—Oh mi bondad Jared. ¿Estás bien? ¿Necesitas ir al hospital? —Bueno
al menos ahora sabía el nombre del hombre que acababa de agredir con la puerta
de la cafetería. Retiró sus dedos de su nariz y revisó para ver si seguía sangrando.
No. Lorraine lo llevó a la oficina y la seguí, sintiendo que debía pedir disculpas
otra vez, aun cuando él había actuado como un idiota. Me detuve en la puerta
y miré a Lorraine. Realmente no había tanta sangre. ¡Qué bebé! Jared estaba
sentado en la silla del amplio escritorio frente a Lorraine, mientras ella le
limpiaba con un paño húmedo.
Una vez que hubo terminado la limpieza, le levantó la barbilla para
poder inspeccionar su nariz.
—Allí. Bueno como nuevo y guapo como siempre —dijo sonriendo a
Jared antes de darme una mirada de advertencia mientras caminaba fuera de la
oficina. YEP. Yo estaba en problemas.
Rodé mis ojos y miré fijamente a un Jared ahora limpio y sereno.
Lorraine estaba equivocada, él no era guapo. Era magnífico. Tenía penetrantes
ojos azules que se asomaban debajo de sus largas pestañas. Tenía un hoyuelo en
su barbilla y un precioso y luminoso cabello castaño mezclado con volutas
rubias; dándole una apariencia dorada cuando la luz atrapaba cada filamento.
físico. Era alto, con hombros anchos y su camisa blanca, ahora manchada con
café caliente, se aferraba a su cuerpo. Pude ver su pecho impresionante y
Página
recién salido de la cama. Cuando se levantó, no pude evitar admirar su increíble
25
Lo llevaba corto y obviamente utilizaba productos para darle esa apariencia de
26. abdominales duros como rocas debajo de la camisa ahora arruinada. Mis mejillas
se sentían calientes y esperaba que no me atrapara ruborizada.
Vi cuando empezó a limpiarse con un pañuelo, tratando en vano de
deshacerse de la mancha. Di un fuerte suspiro y caminé hacia él. Mirando el
piso comencé a hacer mis disculpas.
—Mira. Siento realmente lo de la puerta. Y tu camisa. Y tu nariz. Pero
realmente fue un accidente. No tengo por hábito caminar hacia atrás. Estaba
atrasada para el trabajo y...
Se detuvo de frotar su camisa por un momento y fijó su mirada en mí.
Levantó su mano izquierda para silenciarme.
—Espera. ¿Trabajas aquí? ¿Con Lorraine?
Asentí. Su cabeza cayó hacia atrás y cerró los ojos. Corrió sus manos
sobre la cara y luego miró hacia mí.
—Bien, me aseguraré de hacerte llegar la factura de mi ahora
totalmente in-usable camisa Armani. La nariz que dañaste, lamentablemente
voy a tener que vivir con ella.
¡Qué idiota! Pedí disculpas y él me responde con este trato. Por Dios,
¿era siempre tan idiota?
Llevé mis manos a mis caderas y con una frente surcada miré hacia él.
—¡Hey! Ya me disculpé y estaré encantada de pagar por la limpieza de
tu camisa. Después de todo, fue mi culpa. Pero si piensas por un momento que
voy a estar parada aquí aguantando tu actitud, entonces estás muy equivocado.
Me encontrarás aquí casi todas las tardes, así que por favor pásate cuando tengas
algo útil para mí. Como la factura por la camisa. —Glorioso o no, seguía siendo
un idiota.
Me giré sobre mis talones y salí de la habitación. Estaba claramente
allá de mí saliendo unos minutos más tarde. Alcanzando la manija en la puerta,
miró hacia mí y sacudió su cabeza antes de salir. ¡Qué grosero, ignorante!
Página
mi cintura y comencé a recoger las tazas de café de las mesas vacías. Él pasó más
26
aturdido en silencio porque nunca respondió. Envolví mi delantal alrededor de
27. Traducido por Vanehz
Corregido por Nanis
A
my rodó sobre su cama, agarrando su estómago. Había reído
tanto en los últimos cinco minutos que pensé que había
perdido el control de su vejiga. Las lágrimas corrían por su
rostro como si tratara de calmarse a sí misma. Sentada en el borde de su cama,
se secó los ojos.
―Déjame calmarme. Has estado aquí por una semana. Has conocido
dos calientes chicos que fuman y de alguna forma te las has arreglado para caer
sobre tu espalda en frente de uno y arruinar una camisa muy cara y romper la
nariz del otro.
Cubrió su boca con las manos, tratando de esconder su risa. Me
estremecí y le clavé mis ojos muy cerca.
―Sí, pero en mi defensa, no sabemos con seguridad que rompí su nariz.
Solo… sangró… un poco.
Eso era.
Amy tenía ataques histéricos y reía otra vez. Se deslizó de la cama, su
trasero aterrizando sobre el piso y empezó a rodar sobre su espalda y reír
fuertemente. Me alegraba que alguien encontrara esto divertido porque yo
estaba mortificada.
Lorraine había sido bastante indulgente conmigo. Me había dado una
pero le aseguré que no pasaría otra vez. Sobre el asalto de Jared, ella
Página
eran demasiado, podía hacer un nuevo horario para mí. Aprecié el pensamiento,
27
advertencia sobre llegar tarde y también había dicho que si el trabajo y la tarea
28. simplemente había reído y me había dicho que vigilara a dónde iba en el futuro.
Además le aseguré que el incidente de Jared ciertamente tampoco iba a volver
a pasar otra vez, nunca.
Me recosté en la cama y miré el techo. Amy había terminado su
espectáculo de histeria en el piso y ahora estaba un poco más compuesta. Se
levantó y se sentó en el borde de mi cama.
―¿Vas a ir a casa por el fin de semana, Layla? Porque oí que habrá una
gran fiesta de las casas de fraternidad. Primera semana de novatos. ¡Totalmente
tenemos que ir!
Sonaba divertido pero le había prometido a papá que iría a casa el fin de
semana. Además, quería ver cómo le estaba yendo por su propia cuenta. Me
senté y sacudí mi cabeza hacia ella.
―No puedo ir. Le prometí a papá que lo visitaría el fin de semana. Pero
tú realmente tienes que ir. Conocer gente. Conocer chicos. Encajarás
perfectamente. ―Sonreí y la palmeé en el hombro―. Además, eso te dará
mucho de qué hablarme cuando regrese el domingo. Podemos discutirlo con
algo de comida chatarra para llevar.
Eso pareció funcionar. Ella regresó mi sonrisa y asintió.
―Está bien, pero no sabes lo que te estás perdiendo.
Había sido un largo día. Con el incidente en el café y toda la semana de
conocer y agradecer, estaba exhausta. Recostada en mi cama con mi brazo
escudando mis ojos, estaba solo empezando a permitirme a mí misma dormitar
cuando alguien tocó ruidosamente la puerta. Amy estaba inmediatamente sobre
sus pies. Me senté y miré hacia la puerta.
―¿Quién demonios es?
Se paró y abrió.
interrogante.
―Hey, Layla.
Página
jeans viejos y una capucha. Me sonrió mientras Amy le daba una mirada
28
Parado en nuestra puerta, estaba Oliver. Estaba vistiendo un par de
29. Entró a nuestra habitación, simplemente pasando a Amy. Ella colocó
sus manos en puños sobre sus caderas y lo miró.
―¿Y tú eres?
Él se giró para encararla y dejó salir una risa corta.
―Oh, sí, perdón. Oliver. Vivo al frente del pasillo. Conocí a Layla aquí
en el día movido. Tú debes ser su compañera de habitación.
―Amy.
Ella lo miró y entonces volvió su atención hacia mí. Me encogí de
hombros y le di una media sonrisa.
―Sobre mi espalda ―dije. Ella se burló con una risa, repentinamente
dándose cuenta quién era Oliver. Él se sentó en el borde de mi cama.
―De cualquier forma, solo vine a ver qué hacías esta noche. Hay un
bar a un par de cuadras y está abierto con micrófono por la noche. Estaba a
punto de ir allá con mi compañero Nick, y pensé que podrían querer ir allá un
rato.
Amy me miró con ojos esperanzados. Obviamente estaba desesperada
por salir. Además del café, no había estado fuera del campus y era viernes por
la noche.
―Seguro. Qué infiernos. Dame cinco minutos y estaré lista.
Amy me guiñó un ojo y se giró hacia Oliver. Sonriendo hacia mí, él
asintió, se levantó y caminó saliendo por la puerta. Amy cerró detrás de él y
saltó arriba y abajo entusiastamente.
―Oh mi Dios, ¡esto va a ser tan divertido!
***
mirada alrededor y ya podía decir que la decoración obviamente no había sido
modernizada en un largo tiempo. El oscuro y monocromático bar de largos
Página
viniendo de la desbordante multitud eran penetrantes pero no repulsivos. Una
29
El bar estaba cargado de gente y los olores de sudor y cervezas amargas
30. pilares estaba lleno de polvo y tenía varias grietas, lo cual probablemente era
causado por las numerosas peleas y riñas.
Las paredes estaban cubiertas con viejas fotografías de cantantes como
Elvis y Johnny Cash. Había una señal luminosa en azul fluorescente sobre el
escenario, con el nombre de “Benny’s” en él e inmediatamente asumí que ese
era el nombre del bar. Los instrumentos estaban colocados y un único
micrófono puesto junto al pizarrón color negro que tenía las palabras “Micro
abierto en la noche” trazado sobre él.
Las meseras avanzando precipitadamente entre las mesas y el bar,
tomando órdenes frenéticamente. Todas las mesas estaban hacinadas,
incluyendo la nuestra. Oliver y Nick habían invitado a un par de chicos de
nuestro edificio para unírsenos, pero Amy y yo éramos las únicas mujeres en
nuestro pequeño grupo.
Nos sentamos en la mesa junto al escenario y los chicos inmediatamente
empezaron a hablar sobre la necesidad de encontrar una chica y tener sexo.
Oliver me miró y medio sonrió. Rodé mis ojos hacia él. Hombres.
Siempre buscando un pedazo de trasero fácil. No me molestó, pero por alguna
razón, me encontré esperando que Oliver no fuera así. Se inclinó y susurró en
mi oído.
―Solo ignóralos. Son todo palabreo y nada de acción. ―Me guiñó un
ojo con una sexy sonrisa en su rostro.
Sentí mis mejillas sonrojarse y esperé que él no lo notara. Su aliento
caliente sobre mi cuello hizo mis cabellos pararse y mi cuerpo levantarse y
repentinamente prestar atención a la sensación. Asentí en dirección a tres
chicas escasamente vestidas quienes ahora estaban apreciando a los chicos. Dejé
salir una pequeña risa.
―Espero que ninguna de esas chicas vaya a estar muy decepcionada.
¿Tienes a un chico en casa, escribiéndote dulces cartas y llamándote todos los
días?
Página
―Sí, supongo que estás en lo cierto. Así que, ¿qué hay de ti, Layla?
30
Él rió y sacudió su cabeza, levantando su vaso y sonriendo.
31. Levantando mi cabeza, dejé salir una risa burlona.
―Nop. Estoy sola y ha sido desde hace casi un año. ―Quería agregar:
“Es cierto, Oliver. Estoy en el mercado”, pero decidí darle una pequeña sonrisa
misteriosa para jugar con él.
Había estado con Josh, mi novio de la secundaria por dos años. Fue mi
primero en todo. Primer beso, primer amor, y el primer y único chico con el
que había dormido. Pero el verano pasado antes del año de ir a la universidad
había conseguido trabajo en la tienda de su padre. Nos vimos menos y menos y
supe que estábamos separándonos. Difícilmente llamaba y cuando yo lo
llamaba, siempre estaba demasiado ocupado o había salido. Mel había sugerido
que fuéramos a la playa para “sacarme de mi estúpido humor de estropajo”.
Había accedido y me hizo sentir un poco mejor. Eso fue hasta que vi a Josh
caminando por la playa tomado de la mano con una chica de piernas largas que
llevaba un bikini de la escuadra de porristas. Se detuvieron y lo vi besarla
profundamente. Marché hacia allá, empujándolo fuertemente en el pecho y
diciéndole que nunca quería hablar con él otra vez. Y nunca lo hice. El último
año, se transfirió fuera del Estado para vivir con su mamá.
Oliver se inclinó hacia adelante, poniendo sus codos en la mesa.
―¿Qué pasó?
Lo miré, entonces de vuelta hacia abajo a la bebida en mi mano.
―Lo usual. Joven. Primer amor. El chico resulta ser un asqueroso
pedazo de imbécil babeante.
Puso su mano sobre la mía y sonrió.
―Bien, diría que es un idiota y un completo imbécil.
Sabía que estaba tratando de calmarme, pero el toque de su mano sobre
la mía me estaba dando ideas pecaminosas. Pensé en su mano deslizándose por
mi brazo hasta mi cuello, acariciándolo mientras me besaba con esos hermosos
Página
sonreí de vuelta mientras él quitaba su mano de la mía.
31
labios. Podía sentirme sonrojando otra vez. ¿Qué estaba mal conmigo? Asentí y
32. Oliver no era como los demás chicos. Podía decirlo. Pero chico,
esperaba que él fuera el tipo de chico que no le gustaba solo hablar. Podía
valerme de un poco de acción en mi vida.
Estaba empezando a relajarme y disfrutar de mí misma cuando un
hombre grande y calvo se acercó hacia mi lugar, bramando hacia la multitud,
buscando el primer sacrificado que viniera y tomara el micro. Las personas
estaban hablando entre ellas sin prestarle mucha atención y unas cuantas
cabezas se giraron en su dirección, pero ninguno parecía lo suficientemente
valiente para ofrecerse de voluntario. Entonces. De ninguna parte, la mano de
Amy se disparó hacia arriba como un globo. La miré abriendo los ojos
ampliamente. ¿Qué estaba haciendo?
―¡Nosotras!
Casi escupo mi bebida. ¿Quiénes demonios eran nosotras? La fulminé
con la mirada y rogué porque se refiriera al “nosotras” real y no al yo y su
nosotras. El chico del micro sonrió y la invitó a subir. Rápidamente se puso de
pie y agarró mi mano, la cual trataba frenéticamente no dejar, pero su agarre de
muerte me mantuvo cautiva en su palma.
―No Amy. De ninguna forma. No, ni en un millón de años me llevarás
a ese escenario. ¡Estás loca! No puedo tocar un instrumento y no canto.
No había cantado en un escenario desde la secundaria cuando era la
líder vocalista de una pequeña banda. Pero eso fue años atrás y estaba
extremadamente fuera de práctica.
Amy tiró de mi brazo tan fuerte que pensé que podría dislocarlo. Sin
embargo. Estuve volando fuera de mi silla y sobre mis pies.
―Oh, tonterías, te he oído cantar con tu iPod en la ducha. ¡Rockeas! Y
yo toco el piano y canto. Vamos, ¡seremos como nuestra propia banda de chicas!
Esto es la universidad y se supone que tengamos diversión, recuerda, así se juega
hacia el escenario. La fulminé con la mirada y luego miré hacia atrás hacia
Página
No entendí eso porque antes de darme cuenta, estaba empujándome
32
el juego, Layla.
33. Oliver, rogándole con los ojos que me ayudara pero él simplemente se encogió
de hombros hacia mí, sacudiendo su cabeza y sonriendo de oreja a oreja.
―Muchas gracias ―articulé, sintiéndome un poco enojada porque mi
nuevo mejor amigo estuviera deleitándose con mi predicamento. Pero eso solo
lo hizo sonreír. Dándole a Nick un asentimiento, nos señaló en el escenario.
Rodando sus ojos, Nick se puso de pie, siguiéndonos y sentándose detrás de una
gran batería roja que estaba en el escenario. Uno de los chicos de nuestra mesa
también había saltado y estaba conectando una gloriosa guitarra azul metálico
a un amplificador. Sintiéndome en una banda apropiada, sonreí interiormente
mientras la adrenalina empezaba a burbujear hacia la superficie de mi piel.
Mariposas inquietas pululaban dentro de mi estómago y peleé contra la urgencia
de abandonar mientras Amy se sentaba en el piano.
―¡Tocaremos ésta! ―Amy me lanzó una hoja de papel que tenía la
música de la canción.
“Fading like a Flower”, de Roxette. Amaba esa canción y la conocía
bien, pero cantarla en la ducha era una cosa, cantarla sobre un escenario, en
frente de una multitud de extraños, era otra. Pero no había tiempo de
acobardarse ahora. Amy ya estaba tocando la introducción con Nick y el otro
extraño rubio no muy atrás. Dándoles una rápida sonrisa nerviosa, tomé un
profundo aliento, caminando hacia el micro, cerrando mis ojos y cantando.
Realmente sonaba bien. Realmente bien. Espié sobre mi hombro hacia Amy y
ella estaba reluciendo hacia mí tan brillantemente que pensé que iba a explotar.
Esto era divertido. Mis pulmones transmitían las notas que nunca supe que
podía alcanzar. Me sentía increíble. Agarré el parlante y lo acaricié con mi mano
libre mientras cantaba. El bar estaba zumbando mientras la gente empezaba a
caminar hacia el área del escenario para mirar. La gente estaba rockeando y
cantando los coros conmigo. La descarga de adrenalina hacía a mi confianza se
disparó, dejándome sin aliento mientras cantaba cada nota perfecta y alta. Mis
oídos zumbaban mientras el sonido de las grandes bocinas retumbaba a través
del bar. Estaba haciendo a la gente rockear, bailar y cantar con el ritmo. Nunca
pies silbando hacia nosotros. Sonreí y mordí mi labio, repentinamente
Página
Cuando la canción terminó, todo el bar vitoreó y Oliver estaba en sus
33
me sentí tan eufórica.
34. sintiéndome un poco auto consciente. Mientras bajaba del escenario, Amy
envolvió sus brazos alrededor de mí, riendo.
―Oh mi Dios, ¡eso fue genial! Te dije que rockeabas.
Volviendo su atención a los chicos, los abrazó a ambos igualmente
agradecida.
―También ustedes chicos, ¡totalmente rockean! ¡Asombroso!
El guitarrista rubio se sonrojó mientras ella presionaba sus labios contra
su mejilla, dejando su chocante lápiz de labios rosa sobre su pálida piel.
Aun podía sentir la adrenalina tronando a través de mi cuerpo cuando
regresé a nuestra mesa. Oliver aún estaba aplaudiéndome cuando llegué. Le di
una pequeña sonrisa, inclinándome graciosamente en broma y sentándome de
vuelta a mi asiento, exhalando audiblemente. No me di cuenta siquiera que
había estado sosteniendo mi aliento.
―Bien, bien, bien. ¿Quién hubiera sabido que el nombre musical de
Layla sería también una estrella de rock?
Sintiéndome un poco tímida, le di otra sonrisa rápida y tomé un gran
trago de mi bebida. La necesitaba.
Mi corazón palpitaba tan fuertemente en mi pecho, que pensé que
estaba tratando de escapar de mi caja torácica. Podía sentir sus ojos sobre mí
mientras trataba desesperadamente de concentrarme en el vaso en mi mano.
Pero estaba penetrando mis pensamientos. Miré de lado hacia él y las comisuras
de su boca se curvaron hacia arriba un poco en sus labios. Entonces, casi
simultáneamente, desviamos nuestra atención, yo a mi vaso y el a su grupo de
chicos, ahora llenando el escenario. Una sacudida de emoción recorrió mi
cuerpo. Él estaba coqueteándome con los ojos. ¿O lo imaginé? Si lo hice,
entonces Amy también lo había hecho. Nuestro intercambio no había pasado
desapercibido para ella mientras me daba una mirada conocedora. Estaba segura
en el escenario y discutiendo las clases. Ellos empezarían el lunes y todos
hablaban de algo diferente. Nick y el guitarrista rubio, quien resultó llamarse
Página
El resto de la noche, la pasamos hablando sobre nuestra presentación
34
de que hablaríamos de esto más tarde.
35. Eric, tenían deportes y música y su otro amigo, Henry, llevaba Medios y
Periodismo. Me giré hacia Oliver y arqueé una ceja.
―¿Y tú qué llevas?
Tomó su bebida y sonrió.
―Psicología y música. Así que supongo que tendremos algunas clases
juntos en este semestre. Y yo que pensaba que iba a ser aburrido.
Está bien, definitivamente estaba coqueteando conmigo y estaba
disfrutando cada último momento de ello. Esta cosa de la universidad iba a ser
Página
35
más divertida de lo que pensaba.
36. Traducido por whiteshadow
Corregido por Laurence15
F
inalmente era la mañana del sábado y yo estaba trabajando. Le
prometí a papá que estaría en casa el fin de semana, así que
cuando lo llamé para decirle que estaba haciendo el turno de la
mañana en la tienda, se empeñó en recogerme en la tarde y llevarme él mismo.
Me dio la sensación de que estaba desesperado para que volviera a casa.
Estaba más tranquilo en la tienda hoy. Supuse que era porque las
personas no estaban en el trabajo los fines de semana por lo tanto no tenían que
tomar un café en el camino La mayoría de los clientes eran estudiantes de Cali
Estate. Reconocí a unos cuantos de mi dormitorio, pero no los conocía lo
suficientemente bien como para mantener una conversación.
Nadie había entrado durante casi media hora, así que tiré de un taburete
y me senté en el mostrador. Agarrando un latte con caramelo, abrí una de las
revistas que se encuentran en el estante junto a la caja registradora. Apoyé los
codos sobre la encimera y soplé mi café caliente. Acababa de leer un artículo
sobre cómo los zapatos pueden curar la depresión cuando fui distraída por
alguien que aclaraba su garganta.
El sonido me sobresaltó, lo que hizo que casi derramara mi café. Salté
del taburete tratando de parecer profesional. Puse la revista a un lado junto con
mi café y levanté la vista de la barra.
Llevaba unos vaqueros y una camiseta blanca que mostraba sus impresionantes
brazos. Fijé en mi rostro la más genuina sonrisa y lo miré.
Página
De pie frente a mí con una sonrisa irónica en su rostro estaba Jared.
36
¡¿Oh, qué nuevo infierno era éste?!
37. —Hola. ¿Qué le sirvo?
Él me miró casi divertido por un momento antes de escanear el tablero
detrás de mí. Todos los menús especiales del día figuraban en él y todos los días
cambiaban. Por el momento, Lorraine tenía el tema.
—Cafés del mundo.
Tamborileaba los dedos sobre el mostrador con impaciencia y lo miraba
fijamente, esperando a que tomara una decisión. Estaba segura de que vi las
comisuras de su boca elevarse. No era una sonrisa, pero estaba, sin duda,
divertido por mi irritación.
—Tanto de donde elegir. ¿Qué puede uno hacer? —Tenía la cabeza
inclinada hacia la derecha y se mordía el labio. Mis ojos se fijaron en su boca
mientras miraba los dientes hundiéndose en su carne, deseando poder estar
haciendo lo mismo.
Él podía ser un idiota, pero mi Dios era sexy. Yo sólo era un ser humano
después de todo. Continuando con los um y ah sobre el menú me di cuenta de
que ahora estaba tratando de provocar deliberadamente mi irritación.
Feliz de hacerlo, me crucé de brazos sobre el pecho y golpeteé con
fuerza el pie. Sus ojos se clavaron en mí.
—Lo siento, no me di cuenta que tu servicio venía con algo de actitud.
No podía creer lo completamente grosero que era. Justo cuando pensaba
que no podía llegar a ser más descortés o irritante, lo era. Había tenido suficiente
de este juego. Él me estaba haciendo enfadar enserio y, malditamente, me
aseguraría de que lo supiese.
Me incliné sobre el mostrador con las manos agarrando fuertemente el
borde.
—Mira, yo no sé cuál es tu problema. Me disculpé por el café. Me ofrecí
habrías visto a través del cristal. Eres tú quien pasea por aquí con su actitud
Página
es menos cierto que de haber estado apuntando en la dirección correcta me
37
a pagar por la camiseta e incluso me disculpé por tu estúpida nariz, aunque no
38. relajada, haciéndome esperar con tus idioteces lo que realmente hace rechinar
mis engranajes.
Oh. Mi. Dios. ¡¿Eso acaba de salir de mi boca?!
Dio un paso atrás del mostrador y me devolvió la mirada. Sus cejas se
levantaron y su boca se contrajo en una línea apretada. Me aparté y crucé mis
brazos otra vez, clavando la vista en él. Se aclaró la garganta y me sonrió
maliciosamente. ¡Ugh!
—Lo siento mucho. No me di cuenta que estabas ocupada. No me
gustaría arrancarte de la muy importante tarea de sentarte en tu culo y leer
artículos sobre cómo el chocolate es mejor que el sexo. —Miró a mi revista que
todavía estaba apoyada en el mostrador. Ah mierda—. Por cierto, puedo
asegurarte que no lo es.
Podía sentir mis mejillas calentarse. Esto se estaba poniendo pesado.
Tenía un trabajo que hacer y él era un cliente. No podíamos seguir así. Decidí
tomar la autoridad moral, que en sí misma era muy difícil para mí. Yo siempre
tenía que tener la última palabra.
—Tienes razón. Pido disculpas por mi comportamiento grosero. ¿Qué
te parece si empezamos de nuevo? —Negué con la cabeza un poco hacia atrás y
traté de recuperar mi carácter sereno e impasible. Me acerqué al mostrador y le
sonreí.
—Buenos días, señor. ¿Qué le sirvo? —Él me miró con cautela y luego
echó la cabeza hacia atrás y soltó una carcajada tan fuerte, que pensé que podría
romper las ventanas. Sus fuertes hombros rebotaron hacia arriba y abajo cuando
una risa profunda retumbó a través de él. Secándose los ojos, sacudió la cabeza
y me sonrió.
—En primer lugar, llámame Jared. En segundo lugar, esa fue, por
mucho, la mejor actuación que he visto. Sin embargo, te recomiendo un
dentista, porque estuviste apretando duro los dientes todo el tiempo, creo que
con su puño.
Página
deberías trabajar en tu falsa sonrisa porque eso fue divertido. —Ahogó otra risa
38
puede ser que necesites un tratamiento de conducto. Probablemente, también
39. Mi boca se abrió ampliamente en irritación y puro shock. ¡¿Cómo se
atreve?! ¡Aquí estaba yo, tratando de ser amable, tratando de ser educada y tuvo
la audacia de insultarme! Estaba a punto de decírselo cuando alzó su mano para
silenciarme.
—Siendo esto dicho, aprecio el esfuerzo. Tomaré lo que sea que tú estás
bebiendo allí. —Señaló mi taza que estaba apoyada sobre el mostrador.
Rodé mis ojos y me acerqué a la máquina de café. Fue entonces que se
me había ocurrido mirar alrededor de la tienda. Levanté la vista y mis ojos se
fijaron en la habitación. Había un puñado de personas sentadas en sus mesas
mirándome. Algunos habían comenzado a hablar en voz baja entre sí y fueron
asintiendo en dirección a mí. Sentí la vergüenza arrastrándose por mi piel hasta
llegar a mis mejillas. Al igual que si estuviera en la cafetería del instituto. Me
maldije a mí misma por dejar a este hombre meterse debajo de mi piel. Causar
una escena en el trabajo era sólo una cosa más que añadir a mi lista de horribles
experiencias esta semana. Ésta era sin dudas la primera de la lista junto con
yacer desparramada a los pies de Oliver.
Lo puse en la parte trasera de mi mente y le preparé a Jared su café para
llevar. Colocándolo sobre el mostrador le di mi más genuina sonrisa. Bueno,
tanto como podía obligarme a darle a este hombre. Él me dio una mirada
cautelosa mientras agarraba la taza de la encimera.
—Eso es $ 1.96, por favor —le recordé. Él me dio una mirada
inquisitiva—. He dicho que es $ 1.96. ¿Sabes? ¿Dinero? Por aquí la gente por lo
general paga por el café.
Las comisuras de sus labios se curvaron y tomó un sorbo de su café con
leche, que todavía tenía que pagar. ¿Quién diablos se creía que era este chico?
Frunciendo el ceño hacia él, puse mis manos en mis caderas, apretando con
firmeza, sobre todo para detenerme a mí misma de bofetearle con fuerza la cara.
—Bueno, yo no lo hago normalmente, pero como eres tú estoy más que
golpeara. ¿Qué fue eso?
Página
la mano y apretó el billete entre nuestras palmas. Sentí como si un rayo me
39
feliz de hacerlo. —Metió la mano en el bolsillo y sacó un billete de $10. Le tendí
40. Agarrando mi mano se apoyó en el mostrador y pude oler su colonia.
Era profunda, sensual, almizclada y, sin embargo, dulce al mismo tiempo. O tal
vez era sólo él, su aroma natural. Su esencia inflamando mi nariz y sentí mi
sangre comenzar a hervir. ¿Qué demonios estaba haciéndome? Él era un
grosero, insensible e imbécil y, sin embargo, su toque me había dejado despojada
de mis sentidos.
—Y porque eres tú incluso voy a dejar te quedes con el cambio. Llámalo
una propina por la cálida atención. —Él me dio un guiño y se volvió sobre sus
talones. Abrió la puerta y luego me lanzó la sonrisa más sexy que había visto
nunca.
Con los ojos abiertos y sorprendidos me acerqué a la ventana, con un
billete de 10 dólares en la mano y lo miré mientras caminaba por la calle.
Una vez que estuvo fuera de la vista me di la vuelta y me apoyé en el
mostrador. Negué con la cabeza y masajeé mi sien. Contrólate chica. ¿Qué
demonios había sucedido? Había pasado de absolutamente indignada un
momento a intensamente excitada en cuestión de segundos.
Él era tan exasperantemente frustrante. Así que, ¡¿por qué demonios no
podía yo dejar de pensar en su contacto?! Mi corazón estaba golpeando y podía
escuchar mi respiración acelerada mientras pensaba en todo. Necesitaba un
poco de aire. Corrí a la parte posterior de la tienda y abrí la puerta. El aire frío
se apoderó de mí mientras trataba de calmar mi pulso acelerado.
Lancé mis ojos sobre el reloj al lado del marco de la puerta. 11:30. Sólo
treinta minutos más y me iba a casa. Gracias a Dios. Yo no creía que mi corazón
y mis nervios pudieran tener un encuentro más como ése. Y, sin embargo, en el
Página
40
fondo, realmente esperaba que fuera a suceder de nuevo. Pronto.
41. Traducido por PaulaMayFair
Corregido por Laurence15
N
o pude entender lo que pasó aquella mañana en mi mente.
¿Cómo podría esa pequeña conexión entre nuestros dedos
hacerme sentir tan viva? La electricidad que había sentido
seguía latiendo a través de mis venas mientras caminaba de regreso al
dormitorio. Esto era una locura. Apenas lo conocía y lo que sabía de él
ciertamente no me gustaba. Era grosero, engreído, arrogante e insensible y
como si eso no fuera suficiente, era un total idiota también. Así que, ¡¿por qué
no podía dejar de pensar en él?!
Tan pronto como mi dormitorio estuvo a la vista, prácticamente corrí a
mi habitación. Necesitaba un poco de espacio. Tenía que olvidar todo el asunto.
Amy estaba sentada en su cama con su computadora portátil en frente.
Cerré la puerta y me apoyé en ella. Dejando mi cabeza caer hacia atrás y
cerrando los ojos, dejé escapar un largo suspiro. Cuando por fin los abrí para
mirar hacia ella, me observaba con una mirada inquisitiva en su cara. Genial,
iba a tener que revivir todo de nuevo.
Inclinado su cabeza a un lado, me miró con preocupación.
—¿Estás bien cariño? No te ves tan caliente.
Página
sobre mis ojos. Esto era agotador.
41
Me acerqué a la cama y me desplomé sobre ella. Arrojé mi antebrazo
42. —Entró en la tienda de nuevo hoy. Traté de ser educada. Decidió ser
un asno. —Suspiré fuertemente y me senté con las piernas colgando sobre el
borde de la cama—. De todos modos, entramos a ella en el centro de la tienda
y lo regañé. Y no en voz baja tampoco. —Miré a mis pies y luego levanté
tímidamente la cabeza para mirarla.
Amy me miraba con los ojos abiertos y la mano sobre su boca.
—Traté de ser profesional, así que me disculpé por mi comportamiento
y traté de volver a empezar. ¡El imbécil se rió en mi cara! Anduvimos un poco
más de un lado a otro y luego finalmente pidió su café. Cuando le pregunté por
pagar, parecía confundido. Era como si nunca hubiera pedido utilizar dinero en
efectivo para comprar bienes o algo. Cuando finalmente me dio el dinero,
nuestras manos se tocaron y... —Tragué saliva y tomé dos relajantes
respiraciones profundas—. Fue como electricidad Amy. Mi corazón latía con
fuerza y mi pulso estaba acelerado. Su olor era increíble y fue persistente
durante lo que pareció una eternidad. Todavía recuerdo el olor, incluso ahora.
No puedo dejar de pensar en eso. Cuando él me guiñó un ojo te juro que sentí
mis bragas aflojarse. —Sólo pensar en ello otra vez estaba calentando mi sangre.
Mis mejillas estaban rojas y pude sentir el calor que irradiaba de mi piel.
Amy se levantó y se sentó a mi lado en la cama. Puso un brazo alrededor
de mí y apoyó la cabeza en mi hombro.
—Bueno, yo diría que has tenido una semana de mierda. Primero
chocas a Oliver, que está tan dentro de ti, por cierto, vamos a llegar a eso en un
minuto. Entonces, casi le rompes la nariz a un chico en el trabajo. Y por si fuera
poco te vas a pelear con él y consigue que estés toda caliente bajo el cuello.
Maldición chica. ¿Qué demonios les haces a esos chicos? Oliver estaba
prácticamente desnudándote con la mirada anoche. Todo el tiempo que
estuvimos en ese escenario no podía quitártela encima. No cambió una vez que
se sentó de nuevo. Y vi la forma en que le sonreíste. Sus ojos, cuando se mordió
el labio, ¡estaban prácticamente rogándote que hundieras tus dientes por él! Y
tienda de nuevo sólo hace como si no te importara. Ya sabes, estar al margen,
Página
haciéndolo! Ten un poco de diversión. Ten una oportunidad. Si entra en la
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ahora hay un tipo en la cafetería. Sea lo que sea que estás haciendo... ¡sigue
43. ¡incluso si estás hirviendo por dentro! —Ella me guiñó un ojo y sonrió
ampliamente, pude ver sus perfectos dientes blancos.
Después de regresar del bar la noche anterior, estábamos tan cansadas
que nunca tuvimos la oportunidad de discutir todo el asunto de Oliver. Pero yo
tenía la sensación de que iba a llegar. Tenía razón. Me encogí de hombros y me
puse de pie. Papá no tardaría en llegar y necesitaba recoger mis cosas.
—Gracias Amy. Creo que voy a improvisar. —Le di una sonrisa a
medias, y esperaba que la hiciera sentir que yo estaba bien. Por dentro estaba
tan confundida que hacía girar mi cabeza. Amy tenía razón acerca de Oliver,
sin embargo. Ese momento que compartimos en el bar era más que un simple
coqueteo. Era casi sugerente. ¿Pero podría realmente leer en él tanto como Amy
hacía? Tal vez no era más que un tipo coqueto. Tal vez tenía un pequeño libro
negro lleno de mujeres con las que había compartido "momentos" a pesar de
que realmente no pareciera del tipo que disfruta de encuentros sin sentido y
casuales. Por lo menos yo esperaba que no lo fuera. Esos labios se veían
deliciosos. Y había cruzado mi mente sólo inclinarme y darle a ese labio inferior
el más pequeño de los mordiscos. Pero por desgracia, no era ese tipo de chica.
Después de los acontecimientos de hoy ni siquiera estaba segura de qué tipo de
chica era ahora. ¿Cómo pudo este hombre que casi no conocía hacerme sentir
tan caliente? Yo había oído que la gente cambia en la universidad, ¡pero esto
era ridículo!
Negué con la cabeza y puse los ojos en blanco. Cogí una bolsa de viaje
del armario, metí algunos cosméticos y una muda de ropa. Agarrando mi
celular, me di cuenta de que papá me había enviado un texto.
En camino cariño. No puedo esperar a verte. Te llamaré cuando esté afuera.
Recibido: 13.38.
De: Papi.
Escribí un simple “Ok” en respuesta, envié. Estaba a punto de deslizar
saber quién había adquirido mi número sin mi conocimiento.
Página
Era otro texto, pero no reconocí el número. Abrí el mensaje, curiosa por
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el teléfono en mi bolsillo delantero cuando sonó en mi mano.
44. Hola Layla. Siento molestarte, pero pensé en dejarle saber que la factura por
mi cara camisa Armani es $275, exactamente. Voy a estar en la tienda el lunes.
Puedes pagar en efectivo o darme un cheque. Ten un fin de semana agradable.
Jared J
Recibido: 13.42
De: Desconocido
—¡Qué! —Amy saltó un poco y me miró fijamente. Estaba agarrando el
teléfono con tanta fuerza en la mano pensé que podría romperse en mil
pedazos—. ¡Ese imbécil! ¡Sólo mira esto! —Le pasé el teléfono y comencé a dar
vueltas por la habitación—. ¿Cómo diablos incluso consiguió mi número?
¿Habla en serio? ¿$ 275 para una factura de tintorería? ¡Él tiene un descaro!
Amy sacudió la cabeza con incredulidad. Su mandíbula se había caído
y parecía estar tan sorprendida como yo. ¿Y qué demonios era esa cara sonriente
al final? Como si eso lo dejara todo bien. Casi podía imaginar esa estúpida
sonrisa en su cara presumida mientras lo mandaba. ¡Qué idiota!
Estaba furiosa. Todo mi cuerpo estaba temblando de la rabia que sentía
construyéndose dentro de mí. Mis puños estaban cerrados a mis costados y mis
dientes estaban apretados con tanta fuerza que pude haber roto el esmalte.
Realmente estaba jodiendo conmigo ahora. Idiota. Por supuesto que era un
magnífico, sensual y oh tan dulce olor ese idiota. Pero un idiota, no obstante.
Caí sobre la cama y traté de recuperar mi buen humor antes de que papá llegara.
Amy chilló mientras sonaba el teléfono en su mano. Salté de la cama y se lo
quité.
—Hey, cariño. Estoy abajo.
Página
44
Demasiado tarde, ya estaba aquí.
45. Traducido por vanehz
Corregido por Laurence15
S
ubí al auto, arrojando mi bolsa de viaje sobre el asiento. Le di a
papá mi sonrisa más dulce y me incliné para besar su mejilla. Su
enorme sonrisa era completa de oreja a oreja. Me había
extrañado. Sus ojos bailaban mientras me decía cómo no podía esperar para
llevarme a cenar y oír todo sobre mi primera semana. Gracias a Dios. Estaba tan
distraído por los planes que estaba haciendo para nuestro fin de semana que no
notó el mal humor que aún tenía. Me recosté en mi asiento y nos fuimos a casa.
No podía esperar a regresar a donde estaba a salvo de todo el drama que la
semana me había traído.
El camino a casa se sintió eterno. Aún estaba tratando de sacar de mi
cabeza todo lo que había pasado esta mañana. Debía haber hablado con Mel de
todo esto. Era mi mejor amiga y me conocía mejor que nadie en el mundo.
Estaba segura de que tenía cierta información o algún consejo sobre los
acontecimientos de la semana. Giramos en nuestra calle y vi nuestra casa.
Hogar. Sentí mi cuerpo entero relajarse mientras dejaba salir un suspiro
satisfecho. Era bueno estar de vuelta.
Entramos en el camino y papá se giró hacia mí.
—Es bueno tenerte en casa, pequeña.
Le sonreí. Un sentimiento puro de alegría corrió a través de mí.
el porche tenía una nueva capa de pintura y el postigo de la ventana que había
Página
Mientras salía del auto, examiné el exterior de la casa. La mecedora en
45
—Es bueno estar en casa, papá.
46. estado roto, había sido reparado. El césped había sido cortado y había algunas
flores frescas plantadas alrededor del borde. Obviamente papá había estado
ocupado.
Estaba a punto de seguir a papá dentro de la casa cuando fui emboscada
por detrás. Sentí el suelo con un duro ruido sordo y me giré para encontrar a
Mel, sus brazos envueltos apretadamente alrededor de mí y su cabeza enterrada
en mi pecho. Reí sin aliento y traté de empujarla, pero ella se envolvió más
apretadamente. Renunciando, yací sobre mi espalda en el gras y descansé mis
manos bajo mi cabeza.
—Hey, Mel. ¿Cómo has estado?
La miré con diversión mientras gateaba retrocediendo fuera de mí.
Levantándose sobre sus pies, empezó a sacudirse. Dándome un encogimiento
de hombros, puso la mejor expresión de indiferencia que podía manejar.
—Oh, ya sabes. Tiempo libre, compras y perfeccionando mi ataque
furtivo. La misma mierda de siempre.
Rió y me puse de pie. Sacudiendo mis ropas, le sonreí. Estaba
sonriéndome como si no me hubiera visto en un año. Agarrando mis hombros
me atrajo hacia ella para un abrazo.
—Te extrañé tanto, Layla. ¡Cómo te atreves a dejarme para ser un pez
gordo de estudiantes de california! Difícilmente hablé contigo en toda la
semana. ¿Dónde demonios has estado? —Finalmente me soltó y fue mi turno
de encogerme de hombros.
—Larga historia. ¿Quieres entrar por un bocadillo? Estoy hambrienta.
Asintió y me siguió dentro de la casa.
Sentadas en mi habitación, la llené con todos los eventos de la semana
pasada. Le dije todo. Mi encuentro con Oliver, Jared, Amy, conseguir un trabajo
en lo de Lorraine, pelear con Jared y finalmente el mensaje que me había
Página
y rió. Cuando finalmente hube acabado, dejé salir un suspiro exasperado.
46
enviado. Cuando le dije sobre mi presentación en el Bar de Benny, me aplaudió
47. —Bien, una cosa es segura, Lay, tienes dos chicos que quieren estar en
tus bragas.
¿Lo decía en serio? Podía entender sus asunciones sobre Oliver, ¿pero
Jared? Debió haber visto la confusión en mi rostro.
—Layla no seas tan ingenua. ¡Está tirando de tus coletas! Si hubiéramos
estado en la secundaria, habría estado poniéndote apodos y pretendiendo que
no le gustas. Pero no estamos en la secundaria. Así que está actuando como un
imbécil para sacar esa reacción de ti, que aparentemente, estás más que
dispuesta a darle. Apuesto a que le gustan las mujeres con un poco de fuego en
ellas. Y es obvio que también te gusta.
Mi boca cayó abierta y casi me atoré con mi propio aliento.
—¡No me gusta él! Lo odio. Te dije que lo que me dijo. Cómo me trató
con desprecio absoluto. Incluso te mostré el texto que me envió. ¿Cómo
infiernos puedes creer que me gusta? Sí, es caliente y sí, esta mañana en el café
sentí algo entre nosotros. Pero no soy una mujer de sangre caliente. Un chico
se acerca a mí y mi cuerpo reacciona. Es un instinto primario. No me gusta.
Mel sacudió su cabeza y reí.
—Oh, Layla. Protestas demasiado. Además si realmente no te gustara y
si a él realmente le irritaras tanto, ¿cómo explicas tu reacción acalorada hacia él
cada vez que está alrededor? Okey, así que él dice cosa que te hacen rechinar
los dientes, pero si realmente no te importara, realmente no te molestarías. ¿O
sí? Pero cualquier cosa que digas, cariño, lo creeré. Así que, ¿qué le dijiste luego
de que te enviara el mensaje de texto?
Se sentó de vuelta en la cama y me miró, esperando por mi respuesta.
Me estaba dando una mirada conocedora. Sabía malditamente bien que no había
respondido.
—Bien, realmente, decidí no responder. No entraré en su pequeño
—Oh, vamos Layla. Ambas sabemos que no durarás tanto.
Página
Mel se inclinó y rodó sus ojos hacia mí.
47
juego. Simplemente lo discutiré con él el lunes.
48. La empujé a un lado, agarré una almohada y la golpeé con ella. Riendo
tontamente como niñas, caímos de vuelta a la cama. Me giré hacia ella y le saqué
la lengua, pero ella simplemente se encogió de hombros.
—Te doy hasta el final del día. Incluso apostaré mi mejor vestido DKNY
a que ya piensas en él ahora.
Me dio una sonrisa maliciosa.
Demonios. Estaba en lo cierto, estaba pensando en él. No había parado
de pensar en él toda la mañana. Y estaba tentada a responder a ese mensaje,
pero tenía que mantener la moral alta aquí y ser la mejor persona… otra vez.
No dejaría que Jared me hiciera esto. Pero tenía curiosidad por saber cómo
consiguió mi número en primer lugar. Quizás podría simplemente llamarlo. Era
un pequeño mensaje de texto, ¿cierto? Sacudí mi cabeza para mí misma. No. Lo
confrontaría en persona el lunes. Probablemente.
***
Papá me llevó a mi restaurante italiano favorito. La Pequeña Pizzería
de Mama era una pequeña familia que poseía un negocio. Los dueños, Marco y
Marie, eran una vieja pareja y junto con sus dos hijos, manejaban todo el
restaurante. Obviamente eran una familia cercana y siempre estaban felices de
vernos cuando veníamos por nuestra usual cena de noche de sábado.
—¡Andrew! ¡Layla! Es tan bueno verlos. ¿Quieren su mesa habitual?
Vamos, les traeré un menú.
Marco estaba tan acogedor como siempre. Nos mostró una pequeña
mesa cerca a la ventana y colocó dos menús en frente de nosotros.
—Entonces, Layla, ¿cuándo te casarás con mi chico, huh? Acaba de
graduarse como primero de su clase, ya sabes.
Sentí mis mejillas calentarse y miré hacia mi padre, rogando con mis
la cabeza metida en los libros. Y espero que así se quede hasta los 21.
Página
—Ah, Margo, ya sabes cómo va. Es una chica universitaria ahora. Tiene
48
ojos que me ayudara a salir de esto.
49. Se estiró y sostuvo mi mano en la suya, dándome una sonrisa.
—Además, nadie será nunca lo suficientemente bueno para mi niña. —
Guiñándome un ojo, se giró hacia Marco, quien sonreía y sacudía la cabeza.
—El lugar de siempre, por favor, Marco, y dos vasos de limonada.
Papá había venido en mi rescate justo como siempre hacía. El hijo de
Marco, Roberto, tenía veintiún años y acababa de graduarse en el Estado de
California. Había estudiado Biología y Ciencias Humanas y le iba bien en su
camino a la escuela médica. Era un lindo chico, y solíamos hablar cuando papá
estaba en el baño o hablando con Marco y Marie. Una vez incluso, me había
pedido salir y tuve que declinar lo más gentilmente que pude. Era un chico
genial, pero con su cabello oscuro, sus ojos negros y constitución delgada,
simplemente no era mi tipo. No estaba segura si incluso tenía un tipo en ese
momento, pero cual fuera el caso, Roberto ciertamente no lo era.
Papá y yo pasamos la noche hablando de mi nuevo trabajo y le dije sobre
Amy y Oliver. Decidí dejar a Jared fuera de la conversación. Papá era muy
protector y sabía que no encontraría gracioso que nadie molestar a su niña.
Además podía manejar a Jared por mi propia cuenta.
Estaba pensando en él otra vez. ¿Qué estaba mal conmigo? Aquí estaba
yo, en mi restaurante favorito, mi papá hablando animadamente sobre cómo
había reparado cada aparato en la casa en la semana y yo estaba pensando en
ese imbécil de Jared. Traté de enfocarme en lo que mi papá estaba diciendo.
Finalmente estuve cautiva en su semana de proyectos de H.T.M2 y cenas cuando
sentí mi teléfono vibrar en mi bolsillo.
Disculpándome, caminé hacia el baño. Una vez a salvo dentro y lejos de
los ojos inquisitivos de mi papá, saqué mi móvil. Había un mensaje de texto y
sabía exactamente de quién era. Había guardado su número en mis contactos
Página
el mensaje.
49
bajo el nombre de “El Imbécil”. Exhalé una profunda y larga respiración y abrí
2
H.T.M. En inglés, D.I.Y. Do. It. Yourself: Hazlo tú mismo. Se refiere a cuando las personas hacen
reparaciones o tareas en sus casas sin llamar a expertos.
50. Layla. Espero que no estés ofendida por mi mensaje anterior. No era mi
intención que te enojaras o insultarte de ninguna forma. Sin embargo, debo
admitir que estoy un poco decepcionado por no haber recibido un mensaje de
respuesta tuyo. Casi esperaba ver tu nombre saltar en la pantalla seguido de un
mensaje sarcástico comentando o alguna respuesta enojada. Asumiré por tu
silencio que has encontrado la propuesta de los $275 conveniente. Esperando
verte el lunes. Jared.
Recibido: 20:21
De: El Imbécil.
¡¿Qué demonios?! ¿Hablaba en serio? ¿Y a qué se refería con que estaba
decepcionado por no haber oído de mí? No podía dejar de leer la misma oración
una y otra vez. “Casi esperaba ver tu nombre saltar en mi pantalla”. ¿Casi? ¿Qué
significaba eso, para el caso? ¿Estaba siendo sarcástico? ¿O Mel estaba en lo
cierto?
Primero una cara sonriente y ahora un guiño. Esto se estaba volviendo
demasiado para manejar. Me sentía mareada y me tambaleaba hacia atrás un
poco. Me giré y agarré el borde del lavabo para intentar mantenerme en pie.
Mirando hacia abajo en el lavabo, sacudí mi cabeza, tratando de recuperar mi
compostura. Levantando mi cabeza, me examiné a mí misma en el espejo. Mis
ojos estaban rojos, y la falta de sueño que había obtenido de esa semana, se
mostraba en los círculos oscuros que los rodeaban. Hice correr el agua fría y
salpiqué un poco en mi rostro. Sintiéndome un poco más refrescada, caminé de
vuelta a nuestra mesa.
Papá había pagado la cuenta y estaba parado en la puerta.
—¿Lista para irnos, pequeña?
Asentí y lo seguí de vuelta al auto. Tan pronto como estuve en casa le
di un beso de buenas noches y fui a la cama. En el momento en que mi cabeza
cayó en la almohada, estaba fuera. Pero la semana del drama invadió mi sueño.
iba a estar en paz mientras mis pensamientos sobre Jared y ese mensaje se
cernieran sobre mí. Recogí mi celular y tipié un nuevo mensaje.
Página
vueltas; tratando desesperadamente de regresar a dormir. Pero no funcionó. No
50
Desperté y miré hacia arriba al reloj. 2:28 a.m. Agarrando mi almohada, di
51. Cuando asumes, nos conviertes en idiota a ti y a mí. Pero en tu caso, ser un
idiota parece venirte natural. Layla
Enviado: 2:36
A: El imbécil
Presioné enviar e inmediatamente deseé poder traerlo de vuelta. Pero
ya estaba volando a través del mundo de las comunicaciones digitales. Oh chico,
estaba en problemas. Eran pasadas las dos de la mañana y ahí estaba yo,
enviándole un mensaje de texto, jugando su estúpido juego. Claramente
necesitaba ayuda. Apagué la condenada cosa y la dejé caer sobre el piso antes de
que la tentación de enviar otro pudiera embargarme. Estaba en el infierno y
Página
51
claramente dormir no era una opción, especialmente ahora.
52. Traducido por esti
Corregido por Laurence15
L
a cabeza me latía como si alguien me hubiera golpeado con un
martillo en mi frágil y delicado cráneo. Abrí mis ojos y escaneé
la habitación. Un pequeño rayo de luz estaba radiante por la
ventana y podía oír el canto matinal de un pájaro. Lentamente levanté mi
cabeza fuera de la almohada, me froté los ojos doloridos y cansados. Ellos se
sentían pesados y el aguijón de otra noche de inquietante sueño estaba
empezando a arder en ellos. Me arrastré de la cama y balanceé mis pies en el
piso. En cuanto aterrice, mi pie golpeó algo y miré con curiosidad. Era mi
teléfono. Oh. Querido. Dios. ¡No!
Los acontecimientos del día anterior y los textos de repente vinieron
corriendo hacia atrás a través de mi mente, jugando como un montaje de una
película. Era mi propia película de terror, la cafetería, sus textos y oh santo cielo
mi texto. Me estremecí y sostuve mi cabeza en mis manos. ¿Qué estaba mal
conmigo? Él acosaba mis pensamientos y yo lo alentaba. No me había
contestado, pero estaba segura de que estaría escuchando de él en algún
momento del día. Basado en lo que sabía hasta ahora, estaba bastante segura de
que nunca me dejaría tener la última palabra.
Tratando de poner todo en la parte trasera de mi mente me duché, me
vestí, deslicé mi celular en el bolsillo y bajé a desayunar. El masaje de la ducha
había recorrido un largo camino para aliviar el dolor de cabeza. Al entrar en el
pasillo pude oler la fragancia aromática de canela, lo cual hizo que bajara de
mientras lanzaba una en el aire. Aterrizó con un tortazo en el mostrador.
Página
Papá estaba en la cocina preparando panqueques. Él me sonrío
52
prisa por las escaleras.
53. Sofoqué una risa y él sonrió hacia mí con un encogimiento de hombros. Me
senté en la barra de desayuno y me serví un vaso de jugo de naranja. Papá me
entregó un plato de panqueques y empujó mi mano con la suya para llamar mi
atención.
—Así que nena, ¿a qué hora estabas pensando en regresar? No es que
esté tratando de deshacerme de ti, sólo tengo algo planeado para hoy y necesito
una escala de tiempo.
Tragué una bocanada de panqueques y me encogí de hombros.
—No lo sé supongo que a la hora del almuerzo, ¿si eso está bien? —Él
asintió y se sentó en un taburete junto a mí. Me encantaba comer con mi papá.
Podíamos hablar de cualquier cosa.
Terminé el desayuno, besé a mi padre en la mejilla y me dirigí por el
césped a donde Mel. No tuve la oportunidad de incluso llamar a la puerta
cuando ella la abrió y me abrazó.
—Hey Lay. Entonces, ¿cómo fue tu noche? ¿Paso algo interesante? —
Puse los ojos en blanco. Ella me cogió y se rió en voz alta—. ¡Lo sabía! Sabía que
no podías resistirte. Así que confiesa. ¿Qué ha pasado?
Sentadas en la mecedora del porche, le dije sobre el restaurante y le
mostré el mensaje de Jared. Me sonríe con una malvada sonrisa mientras me
devuelve el teléfono.
—Te lo dije Layla. Este tipo está tras de ti. ¿Por qué si no le importaba
te respondió? Yo incluso diría que lo tienes mal. Obviamente él piensa en ti
tanto como tú piensas en él. ¿Le respondiste? —Pude ver la esperanza en sus
ojos mientras escuchaba mi mini desarrollo del drama. Me sentí como si
estuviera en una telenovela y Mel, que era mi mayor fan, quería saber todos los
detalles de la historia. Sin una palabra le entregó mi celular y le mostré el
mensaje "enviado".
—Oh Layla. Parece que lo tienes mal también.
Página
Entregándome el teléfono ella negó con la cabeza.
53
Su boca se abrió y se llevó la mano a la boca para tapársela.
54. Estaba a punto de protestar, pero ella levantó la mano para hacerme
callar.
—Niégalo todo lo que quieras. Pero se te ha metido en la cabeza. Tú
misma has dicho que es precioso y seamos honestos no ha habido nadie
hurgando en tus bragas desde Josh. Solo digo que te diviertas un poco. Déjalo
jugar su juego y tú juega el tuyo. No tiene que ser nada serio. Él está viendo
hasta dónde puede empujar antes de que te rompas, pero sigues saltando hacia
él. Ese tipo quiere avanzar lentamente sobre ti y tú estarás jadeando como un
perro en celo cuando lo haga. Apostaría mi vida en ello.
Por mucho que quería decirle que estaba equivocada, una parte de mí
esperaba que tuviera razón. Él no sólo era caliente. Él era una llama caliente, y
había pasado mucho tiempo desde que había sido calentada por ese tipo de
fuego. Habían pasado meses desde que rompí con Josh y no había habido nadie
desde entonces. Yo era una mujer de sangre caliente con necesidades y apareció
Jared para atrapar mis sentidos e invadir mis pensamientos en cada momento.
Así que tal vez podría jugar su juego. Estoy segura como el infierno de que
podría tener un poco de diversión.
La miré juguetonamente y sonreí mordiéndome el labio inferior. Sus
cejas saltaron arriba y abajo sugestivamente. Ella sabía exactamente lo que
estaba pensando.
—Oh Layla. Lo tendrás sobre tus rodillas en un abrir y cerrar de ojos.
—Ella me guiñó un ojo y se rió.
Nos sentamos un rato hablando de la escuela. Mel empezaba las clases
el lunes igual que yo. Ella tomaba Artes sobre todo, pero tenía unas cuantas
clases de Inglés.
Mi atención se desvió cuando oí que mi papá me llamaba.
—Hey nena, ven un momento tengo algo que mostrarte. ¡Tú también,
estaba apoyado en la puerta del garaje con el control remoto en la mano. Me lo
ofreció mientras me acercaba dándome una enorme sonrisa.
Página
Nos dimos una mirada de asombro y caminamos por el césped. Papá
54
Mel!
55. —Adelante. Ábrelo.
La puerta zumbó y resonó a la vida, levantándose lentamente para
revelar un nuevo Ford Focus. Mi barbilla casi cayó al suelo y mis ojos se
dirigieron a mi padre. Él me sonrió y me lanzó un juego de llaves. En mi estado
de aturdimiento apenas las pude coger mientras volaban hacia mí a través del
aire.
Era un hermoso tono de color azul cielo, el tipo de azul que puedes ver
en un día claro de verano. El interior era un negro inmaculado y papá ya había
colgado un novedoso ambientador de aguja en el espejo. Salté hacia arriba y
abajo de alegría y corrí hacia él lanzando mis brazos alrededor de su cuello. Él
me levantó del suelo y se rió mientras besaba mi pelo.
—Pensé que sería mejor si tenías tu propio coche. De esa manera
puedes venir a casa cuando quieras. También puedes conducir para visitar a tu
madre. Sé que ella se muere por verte.
Estaba sonriendo como una loca cuando él me puso de nuevo en mis
pies.
—La llamaré más tarde para organizarlo. No sé qué decirte papá. Es
increíble.¡ Me encanta! —grité con entusiasmo y lo besé con fuerza en la
mejilla.
Había obtenido mi licencia desde hace casi un año, pero el único coche
que había conducido era el de papá e incluso eso era sólo los fines de semana al
centro comercial. ¡Este pequeño bebé era todo mío!
Me volví hacia Mel que estaba brillando positivamente de felicidad.
—Te das cuenta Layla que ahora no tienes absolutamente ninguna
excusa para no venir a recogerme para todos aquellos partidos que vas a ser
invitada. —Ella me dio un abrazo y nos despedimos. Los dos teníamos que
prepararnos para las clases del día siguiente, y Mel odiaba las largas despedidas
casa, pero con un golpe repentino, me he caído de nuevo a tierra. Él había hecho
un punto válido de mamá y una punzada de culpabilidad se arrastraba hasta mi
Página
Yo estaba en el séptimo cielo como papá y me dirigí de nuevo hacia la
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tanto como yo.
56. estómago. Habíamos hablado por teléfono durante la semana, pero los horarios
de trabajo habían hecho difícil tener cualquier tipo de conversación real. Ahora
que tenía el coche, realmente no tenía excusa para no conducir a San Francisco
y visitarla. Yo había decidido ya que iría y la visitaría durante una semana
durante las vacaciones de invierno y ella estaba en la luna al respecto. Ella
comenzó a hacer todo tipo de planes para nosotras como días de spa, compras,
cenar y al cine. Sonaba maravilloso y no podía esperar a tener algún tiempo de
calidad madre/hija.
Para cuando terminé con mi papa el "tour del coche” y había llenado
mi bolsa de viaje otra vez, eran casi las 3 de la tarde y sabía que tendría que irme
temprano o seguramente me iba a atascar con el tráfico de fin de semana.
Caminó hacia el coche conmigo y lo abracé con fuerza.
—Muchas gracias, papá. Eres el mejor y te amo.
Abrió la puerta del lado del conductor y me indicó que entrara antes
de que él la cerrara detrás de mí. Baje la ventana y se inclinó para darme un
beso.
—Yo también te quiero nena. Ahora, ten un viaje seguro. Llámame
cuando estés en tu habitación. —Asentí y salí de la calzada. Dando una última
mirada comencé mi viaje de vuelta a la universidad. Volver a las cafeterías,
cantar en bares y seguramente otra ronda de boxeo verbal con Jared. Ese último
pensamiento me había dejado con una sonrisa peligrosa en la cara. Oh, él
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realmente no iba a saber que lo golpeó.
57. Traducido por Brendy Eris
Corregido por Akanet
A
parqué fuera del edificio de dormitorios y saqué mi celular,
enviando un mensaje de texto rápido a mi padre para hacerle
saber que había llegado bien. Por lo general, toma una hora en
auto desde casa hasta Long Beach, pero las carreteras habían estado bastante
despejadas así que no me había tomado el tiempo que yo había previsto para
volver. Me recosté en mi asiento y miré hacia abajo al teléfono. Jared aún no
había respondido a mi mensaje y ahora estaba preguntándome si él se había
ofendido. ¿Lo había llevado demasiado lejos? Maldiciéndome agarré mi bolsa de
viaje del asiento de atrás y salí del auto. Dejando escapar un suspiro de
satisfacción, me quedé parada para admirarla por última vez antes de dar vuelta
y caminar a mi dormitorio.
Estaba poniendo la llave en la puerta cuando un fuerte par de brazos se
envolvieron alrededor de mi cintura. Me quedé helada y mi cuerpo se sentía
débil. Sentí que me iba a desmayar. Esto fue todo. Iba ser atacada a pocos metros
de la seguridad de mi habitación. Cuando él bajó su boca a mi oído y sentí el
frío metal de un anillo en su labio, todo mi cuerpo se relajó con alivio puro.
―Hola superestrella. ¿Cómo estuvo tu fin de semana?
Me di la vuelta y lo empujé con fuerza.
―¡Oliver me asustaste totalmente! Pensé que eras una especie de
Página
Frunció el ceño y sus cejas se juntaron en su frente.
57
intruso o algo así. ¿Qué demonios?
58. ―Lo siento. Nunca fue mi intención asustarte. Esa es la última cosa que
quería hacer. Nunca te haría daño Layla.
El olor de su cabello y el olor a menta en su aliento se arremolinaban e
intoxicaban mis sentidos mientras hablaba. Conteniendo mi ira, rodé mis ojos
hacia él y tome una respiración profunda tranquilizante.
―Está bien. Estoy bien. Solo no me sorprendas así de nuevo. ¿Ok? ―Él
asintió con la cabeza y entonces me dio un rápido saludo―. Sí, señora―. Sonreí
levantando una ceja mientras abrió la puerta de nuestro edificio y la sostuvo
para dejarme entrar.
Agachándome bajo su brazo, le di un beso en la mejilla.
―Fanfarrón.
Se encogió de hombros y me sonrió.
―Bromista.
Giré mi cabeza y asomé la lengua juguetonamente.
―Así que, Amy me dijo que pasaste el fin de semana en casa con tu
papá. ―Estábamos caminando por el largo pasillo hacia las habitaciones. Le di
una sonrisa de satisfacción.
―Fue genial. Pasé tiempo con mi mejor amiga Mel, y papá me llevó a
cenar. Él me consiguió un auto, sabes. Está estacionado en el frente, el Ford
Focus azul cielo. No tenía ni idea, así que fue una sorpresa total.
Yo estaba prácticamente saltando arriba y abajo mientras le contaba lo
que había sucedido ese fin de semana. Estaba efusiva, pero él me siguió la
corriente, sonriendo y asintiendo con la cabeza mientras hablaba.
―Sí, estaba haciendo un trabajo en mi moto cuando te vi salir del
coche, así que corrí a saludar y no pude resistir la tentación de darte un abrazo.
aceleraba mi motor. Tal vez fuera la idea de tener una enorme maquinaria
Página
como un cohete. Había algo acerca de un hombre en una moto que realmente
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¿Tenía una moto? La puntuación de que tan caliente es Ollie se disparó