El resumen del documento en 3 oraciones o menos es:
La novela El año de Gracia de Cristina Fernández Cubas sigue la historia de Daniel, un ex seminarista que naufraga en una isla aparentemente desierta pero que no lo está. La prosa de la novela es rica pero en ocasiones excesiva con el uso de adjetivos y sinónimos. El final de la historia es demasiado conveniente y no cierra de forma satisfactoria.
2. Javier Ceballos Jiménez
EL AÑO DE GRACIA
Idioma original: Español
Año de publicación: 1985
Valoración: Se deja leer
3. Javier Ceballos Jiménez
¿Cómo os resumo esta novela?
Es complicado hacerlo sin destripárosla un poco, de
modo que en esta reseña habrá algún que otro spoiler leve.
Aclarado esto, volvamos a la sinopsis de El año de Gracia:
Daniel es un seminarista que, por azares del Destino,
naufraga en una isla desierta
Sinopsis
En realidad, esta síntesis no le hace justicia a la trama de
la primera novela de Cristina Fernández Cubas. Para
empezar, porque cuando Daniel naufraga ya no es
seminarista. Además, porque la isla en la que se encuentra
confinado no está desierta.
4. Javier Ceballos Jiménez
La prosa
A Cubas, cultivadora habitual de la narración breve, se le atraganta un poco El año de
Gracia, que es, como he adelantado antes, su primera aproximación al formato largo.
La autora despliega un léxico rico y variado en todos sus textos, vale, pero aquí, al no
tener una extensión limitada, se excede. Abusa de los adjetivos (si bien a mí el regusto
barroco que deja El año de Gracia no me disgusta en lo más mínimo), y, sobre todo, de
los sinónimos. Como muestra de esto último, dejad que os cite las rebuscadas palabras
que emplea para designar a unas ovejas durante dos páginas seguidas: «rumiantes»
(nueva noticia de que esto existe), «pécoras» (¿comour?) o «cuadrúpedos» (va, visto lo
visto, esta te la acepto).
Otro de los problemas de la prosa con que Cubas teje El año de Gracia se debe al
protagonista, que es quien narra la historia. Daniel apela a un hipotético lector, al que
desea «inteligente e instruido». Es por ello que algunos pasajes de su relato adolecen de
florituras innecesarias («recabar su permiso»), cuando no inexcusables. Por otro lado,
emplear a un hombre culto como narrador tiene sus aciertos. Y es que es una auténtica
delicia ver cómo este texto está trufado de referencias religiosas y literarias. Aunque
quizás, eso sí, esta citación constante de referentes convierte a la historia en algo
forzadamente metaliterario; es decir, en algo artificial.
5. Javier Ceballos Jiménez
Y, ya puestos a hablar de la trama de la novela, remarquemos lo evidente: el final es
demasiado conveniente. Encima, El año de Gracia no termina donde debería, donde
se nos había hecho creer, donde la historia se cerraría con fuerza. Termina, más
bien, aterrizando en lo fácil y, hasta cierto punto, positivo, cosa que una narración
impregnada en su mayor parte por la desesperación y el desasosiego no debería
consentir. Porque una cosa es engañar al lector con las fluctuaciones del género en
que se inscribe El año de Gracia (novela de aventuras, novela de misterio...), pero
otra bien distinta es frustrar las expectativas de dicho lector eligiendo un final que, por
inesperado, no es mejor al previsible.
No voy a mentir: El año de Gracia me ha parecido una novela la
mar de entretenida. Se lee con agilidad pese a su prosa algo
beligerante; narra eventos bastante interesantes, por más que en
conjunto no acaben de funcionar; y, a través de ella, su autora nos
regala fogonazos metaliterarios aquí y allá. No obstante, no creo
que tarde demasiado en olvidar este libro. Además, dudo que algún
día opte por releerlo. Carece de ese toque hipnótico y fascinante
que caracteriza a la Cubas querida, a la Cubas del formato breve.
Y por nada del mundo es el giro de tuerca de clásicos como
Robinson Crusoe, como he oído decir a algunos. Mas tiene ovejas
asesinas, y la parte en que Daniel está en la isla es, en general,
muy buena, de modo que tampoco es que no os lo recomiende.
6. Javier Ceballos Jiménez
También de Cristina Fernández Cubas en ULAD:
La puerta entreabierta (como Fernanda Kubbs), Parientes pobres
del diablo, La habitación de Nona, Cosas que ya no existen
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