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Esperas para el recuerdo
1. Acto presentación del libro Esperas para el recuerdo de Manuel Verdier
por José Luis Lobo Moriche
Generalmente,el autor de un libro de caza ofrece el prólogo a un compañero que haya
compartido con él sus vivencias cinegéticas. No es mi caso, pues nunca practiqué con
Manuel Verdier la espera nocturna a los jabalíes. Pese a mi ausencia en sus noches
alunadas, las historias que me contaba se fueron entrelazando con las mías porque, sin
saberlo, los dos habíamos cazado en muchos de los escenarios que ofrece nuestra Sierra
y también ambos conocíamos a algunos de sus cazadores singulares. Cuando leí sus
relatos, quedé impresionado porlos valores que encierran y creo que fue la causa de que
yo me ofreciera a escribirle el prólogo.
Esperas para el recuerdo es el resultado de una concatenación de trances maravillosos,
mágicos y plenos de misterios.Nos descubre los valores positivos que conlleva la espera
de noche y nos aparta de las connotaciones negativas derivadas de cuando no se siguen
unas pautas éticas, porque la caza debe ofrecer la oportunidad de la supervivencia.
Veinte relatos de un cazador intenso que hace de la espera a los jabalíes una parte
sustancialde su vida: "Todo es mío, soy dueño del tiempo y el lugar" nos revela Verdier
quien se nos presenta como un hombre en continuo esfuerzo y que encarna, o por lo
menos se acerca al ideal de un buen cazador que memoriza los escenarios y que domina
sus miedos. Unas esperas en la noche para vivir múltiples emociones, serenarse,
sensibilizarse, hacerse reflexiones vitales, fortificar sus actitudes ante el mundo o
desarrollar sus aptitudes. Un cazador que lucha para no ser un intruso en el medio sino
hacerse de piedra cuando llegue el caso y transformarse en Naturaleza, pero sin dejar
nunca de sentirse humano en sus constantes diálogos interiores para darse respuesta a
los envites sobre la certeza, la duda, la esperanza o el desánimo. Preguntas y respuestas
en medio de las sierras casi vírgenes de nuestra Sierra o del Andévalo y que, a veces, se
prolongan en noches enteras de pesadillas. Montes en los que el cazador se sumerge en
unos mundos ideales y en donde descarga sus emociones placenteras del éxito o de la
angustia y la desesperación por la derrota tras la pieza fallada como consecuencia de la
fatalidad del exceso de confianza.Es entonces, rumiando sus errores, cuando Verdier se
nos muestra como un auténtico cazador.
Veinte relatos con mucha fuerza expresiva y ricos en contenidos, expresados con un
vocabulario amplio y adecuado, donde no faltan sus piruetas lingüísticas en la propia
lengua portuguesa o en el habla valenciana cuando nos lleva a tierras más lejanas. Como
recurso narrativo, a veces, Verdier corta repentinamente la acción e incluye ciertos
avatares personales. Ese parón en la narración desconcierta de principio al lector que
estaba inmiscuido de lleno en la historia contada, pero él lo hace con tanta destreza que
enseguida se agradece las pausas espacial y temporal porque reconocemos que el lapsus
completa y enriquece el fondo de la escena.
Si los lectores de Esperas para el recuerdo se sienten felices mientras leen los 20 relatos,
esos instantes que a Manuel Verdier le parecieron eternos se harán realidad y será
entonces cuando de verdad el cazadorhabrá conseguido pausarel imparable caminar del
tiempo.