1. ¿Qué obtienes orando a Dios?
1 tesalonicenses 5:17 – 18 (17
Orad sin cesar. 18
Dad gracias en todo, porque esta es la
voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús.
′′ Una vez le preguntaron al predicador evangelista pentecostal Yiye Avila
_ Qué obtienes ′′ orando a Dios regularmente?
El respondió:
_ Generalmente ′′ no gano nada ", sino que ′′ pierdo cosas."
Y citó todo lo que perdió orando a Dios regularmente es qué:
_ Perdí el orgullo.
_ Perdí la arrogancia.
_ Perdí la codicia
_ Perdí la envidia.
_ Perdí mi ira
_ Perdí la lujuria.
_ Perdí el placer de mentir
_ Perdí el gusto por el pecado.
_ Perdí la impaciencia, la desesperación y el desánimo.
A veces oramos, no para ganar algo, sino para perder cosas que no nos permiten crecer
espiritualmente.
La oración educa, fortalece y sana.
La oración es el canal que nos conecta directamente con Dios."!
¿Por qué orar? ¿Cuál es el propósito de la oración?
Oramos porque es un privilegio. Dios está muy por encima de nosotros, completamente
santo y solo comprensible en la medida en que Él se nos revela. La oración es su invitación a
conocerlo. Dios nos permite acercarnos a Él. De hecho, Él lo desea. La oración es nuestra
manera de comunicarnos con Dios. Así como los amigos y los miembros de la familia pasan
tiempo hablando entre ellos para profundizar sus relaciones, la oración profundiza nuestra
relación con Dios.
Podemos ejercer el privilegio de la oración porque Jesús ha hecho un sacrificio por nosotros:
Él cierra la brecha entre Dios y nosotros. Hebreos 4: 15-16 se refiere a Jesús como nuestro
Sumo Sacerdote: “Porque no tenemos un sumo sacerdote incapaz de compadecerse de
nuestras debilidades, sino uno que ha sido tentado en todo de la misma manera que
nosotros, aunque sin pecado. Así que acerquémonos confiadamente al trono de la gracia
para recibir misericordia y hallar la gracia que nos ayude en el momento que más la
necesitemos." Gracias a Jesús, somos libres de orar y de orar audazmente.
Oramos también porque se nos manda a hacerlo. El Salmo 100: 4 dice: "Entren por sus puertas
con acción de gracias; vengan a sus atrios con himnos de alabanza; denle gracias, alaben su
nombre." Agradecer a Dios, alabarlo y bendecirlo son todos aspectos de la oración.
La oración nos acerca a Dios y es un medio por el cual lo alabamos, pero también tiene un
efecto en nuestras vidas. Santiago 1: 5 dice: "Si a alguno de ustedes le falta sabiduría, pídasela
a Dios, y él se la dará, pues Dios da a todos generosamente sin menospreciar a nadie." La
oración nos puede llevar a la sabiduría. Primera de Pedro 5: 6-7 dice: "Humíllense, pues, bajo
la poderosa mano de Dios, para que él los exalte a su debido tiempo. Depositen en él toda
ansiedad, porque él cuida de ustedes." La oración puede aliviar nuestra ansiedad. Mateo 7:
7-8 dice: "Pidan, y se les dará; busquen, y encontrarán; llamen, y se les abrirá. Porque todo el
que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que llama, se le abre." Cuando nos acercamos
a Dios con los deseos de nuestro corazón, Él nos responde.
a oración es tanto una interacción íntima con Dios como un evento corporativo. Aporta gloria
a Dios, nos da una idea de quién es Él y tiene un efecto tangible en nuestras vidas. La oración
es un privilegio y una disciplina espiritual que vale la pena desarrollar.