El ensayo de Umberto Eco discute las ideas clave de los fenómenos comunicativos, el sistema de signos, y la negativa de un código único, argumentando que la realidad es más rica que los modelos estructurales y usando ejemplos para mostrar lo que la semiótica puede enseñar sobre el mundo y sus códigos culturales mientras reivindica las posibilidades imaginativas de la semiótica.