1. El amor es lo primero.
El amor es el primer sentimiento que aparece en el
corazón humano. Y del amor surgen todos los demás
sentimientos.
– el deseo es “el amor en movimiento”, que se dirige
hacia lo que amamos.
– la alegría surge cuando se produce el encuentro con
lo que amamos.
2. – el odio detesta todo lo malo que pueda afectar a
las personas o cosas que amamos.
– el rechazo intenta poner distancia entre “eso
malo” y las realidades amadas.
– la tristeza sufre cuando lo malo afecta a esas
realidades amadas; o cuando las deseamos y no las
alcanzamos; o las teníamos, pero las perdimos (y todo
esto también es “malo”).
3. – la ira y el coraje se encienden para luchar por lo que
amamos;
– pero –si los obstáculos son muy grandes– puede aparecer
en nosotros el miedo.
– Y, si el temor crece, desembocamos en la desesperación.
4. – Pero, si –finalmente– aparece la esperanza de
vencer,
– recuperamos el coraje, superamos los
obstáculos
– y, alcanzada la meta, recuperamos la paz.
5. ¿De qué hablamos cuando hablamos de amor?
– experiencias muy diversas: amor entre un hombre y
una mujer, de amor a la música o al deporte, de amor
a los hijos, de amor a Dios. Incluso, la Biblia dice que
“Dios es Amor”.
– denominador común: amamos a un ser porque lo
percibimos y sentimos como “bueno”; esa realidad
amada despierta nuestra aprobación, y nos alegramos
de que exista
6. El impacto del amor.
Cuando el amor sucede, se produce en nosotros un
impacto, un movimiento en nuestro corazón.
La intensidad de ese impacto puede variar: puede ser
desde un pequeño cambio, hasta un vuelco
incontrolable del corazón.
Y esta intensidad parece que varía de acuerdo a “qué
tan bueno” es aquello que hemos percibido.
7. Los dos modos básicos del amor
– es distinto “querer” o “amar”.
– Si es la hora de comer, y yo veo o huelo alguna
comida que me gusta, “quiero” comer eso.
– Cuando por primera vez tengo un hijo en mis
brazos, un amor nuevo inunda mi corazón.
– Y, si veo a “la mujer de mis sueños”, el amor inunda
mi corazón, y también la quiero para mí…
8. Amar = “amor de benevolencia”: “queremos el bien”
para la persona, desinteresadamente. Es una salida de
nosotros mismos hacia la otra persona (amor
centrífugo).
Querer = “amor de deseo”: quiero la realidad amada
“para mí”, porque me hace bien y me agrada.
Nosotros mismos somos el centro, y atraemos la
realidad amada hacia nosotros... (amor centrípeto).
9. Formas del amor
1. Expresiones del amor de deseo.
– El “amor” a las cosas.
– El eros.
2. Expresiones del amor de benevolencia.
– La amistad.
– La caridad.
3. Expresiones mixtas del amor.
– El amor a los hijos: afecto y benevolencia
– El amor nupcial: benevolencia y eros.
– El amor a Dios: súplica y alabanza.
10. Sensación, emoción, sentimiento, voluntad.
– Sensación: es corporal y generalmente breve
(sensación de frío).
– Emoción: es afectiva y también es breve, aunque
puede ser intensa (emoción de soledad y desamparo).
– Sentimiento: es afectivo y mucho más estable
porque tiene raíces más profundas, normalmente
asentadas en la realidad que lo provoca (enamorarse).
– Voluntad: es espiritual y genera decisiones y
compromisos conscientes y libres, reconociendo –con
sabiduría– que así obtiene algo bueno (amor
matrimonial).
11. La sabiduría como estilo de vida
– Los sentimientos son componentes naturales de la
vida humana.
– Pero no son lo único de “la totalidad de lo
humano”; también conviene que seamos: inteligencia
lúcida, voluntad buena, libertad fuerte, conciencia
recta, vida sana…
– Si integramos todas estas componentes nuestra
vida producirá los mejores frutos.
– Y la instancia que tiene la capacidad integradora
es la sabiduría.
12. Para vivir plenamente, lo único que tenemos
que dejar de lado es la maldad.
Todo lo bueno de la vida tendrá su lugar en un
estilo de vida sabio: desde la contemplación de
la verdad, hasta un buen vino; desde la oración
y la meditación, hasta una sexualidad vivida
plenamente; desde el compromiso social, hasta
el disfrute que nos dan el deporte o el arte.