Josh Goldberg describe cómo era de pequeño: era callado pero juguetón, tenía el pelo castaño oscuro y pecas, y le gustaba aprender y era curioso. Disfrutaba viendo dibujos animados por las mañanas, jugar deportes con amigos, trepar a los árboles en el bosque donde vivía, y jugar al pilla-pilla en el recreo. De niño quería ser arquitecto.