Miley Cyrus visitó la Argentina para realizar un concierto en el estadio GEBA. Pasó varios días en Buenos Aires visitando lugares como el Faena Hotel y el Patio Bullrich, donde realizó compras. Su concierto incluyó actuaciones enérgicas con twerking y bailes provocativos que impresionaron a la audiencia. Miley demostró su talento vocal durante el show de una hora y media.
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MILEY
La cantante más salvaje del
pop provocó a más de veinte
mil personas en GEBA.
A puro twerking y secundada
por transformistas,
la ex Hannah Montana
nalgueó a sus bailarinas y
dejó sin habla a los padres
presentes. Pero antes de
brillar en escena durante una
hora y media con su
inconfundible registro vocal,
también paseó por Buenos
Aires con cena
en el Faena y shopping en
el Patio Bullrich incluídos.
Por Karina Noriega
Fotos: Fabián Mattiazzi, Maxi Vernazza,
Walter Papasodaro y Alejandra Bratin
CYRUS
“Pasé mucho frío,
pero… ¡fue el show
más divertido!”
Ménage à trois
Desfachatada, Miley se entrega
a los aplausos, bien custodiada
por una bailarina enana y
Amazon Ashley, su profesora
de perreo y una de las strippers
más altas del mundo.
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2. Pirotecnia
erótica
Con una versión más
reducida del Bangerz
Tour (sin la lengua
gigante por la que se
desliza cual tobogán,
y el auto dorado
sobre el que canta,
baila y se contonea,
por ejemplo), pero
con la lisergia
intacta, Miley
sorprendió: por
momentos parecía
una rapera en un
club íntimo; por
otros, una atribulada
cantante country. Lo
que no faltó nunca:
autoparodia y sentido
del humor. ¿El
detalle para que se
desmayen los papis?
Se olía a hierba.
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3. Llegó en secreto y se fue como si se hubiera eva-porado.
Se movió con estricta confidencialidad,
por cierto la expresión más repetida durante su
estadía en el país. No es que hubo vidrios polari-zados
ni dobles de riesgo, pero los productores
cumplieron con lo que prometieron: no develar datos. Tanto,
que hasta la reserva de uno de los lugares en los que cenaron
se hizo dando la dirección de un hotel en el que no se hospe-daba.
Cuando llegó, el jueves 2 al mediodía, directo de un vue-lo
de Chile y sentada al lado de su amigo con derecho a roce y
asistente personal Cheyne Thomas, Miley Cyrus (21) se atrin-cheró
en el Palacio Duhau Park Hyatt, donde se dio un baño de
burbujas que instagrameó de inmediato. Chateó con Wayne
Coyne, su amigote y músico de Flaming Lips, hizo skype con su
hermana Noah y se divirtió tuneando fotos de back con apps
psicodélicas. Su primera salida oficial en suelo porteño fue la
del Faena. Esa misma noche, con Cheyne, su amiga
Lisa Marie, y la estilista Jesse Cain, entre otros, de-gustó
los mejores tragos en el restó The Library
Lounge. ¿La comida que eligieron? Carnes y pesca-dos
seleccionados de El Mercado. Antes habían re-corrido
el Bistró y Miley se fotografió con uno de
los icónicos unicornios del lugar. ¿La perlita? An-tes
de irse, exactamente a la una de la madrugada,
se dejó fotografiar con decenas de empleados, po-sando
muy divertida en La Catedral del hotel.
ALTA COSTURA Y SALE. El viernes 3 nadie sa-bía
a ciencia cierta si realmente la chica más escan-dalosa
del pop estaba en el Hyatt. Tanto, que hubo
smilers que hicieron parada en el Faena, especu-lando
que se había quedado a pasar la noche allí.
Pero ni los rumores de que se había cambiado de
hotel nos hicieron abandonar la posta. Así fue que
pasadas las 13, salió oculta en un auto con una de
sus amigas a hacer shopping. Con los jeans rotos,
botas cortas, un crop top, prendedor Chanel y gafas
Marc Jacobs, Cyrus primero fue a la boutique
Hermès que, claro, quedaba a sólo tres cuadras de
su hotel. El siguiente point fue el Patio Bullrich. Lo
primero que la cautivó fue Breeders, en donde, des-pués
de probarse varias pieles, compró dos carteras
básicas y el tapado animal print que pagó ella mis-ma
con tarjeta de crédito y prefirió llevarse puesto.
Un rato más tarde y en el countdown para la prueba
de sonido del show, hizo cerrar el local brasileño
Osklen, en el que se probó infinidad de prendas
en liquidación, entre jeans, camisas y vestidos. Fi-nalmente,
cuarenta minutos después, se decidió
Chica
de moda
En el Bullrich la
esperaban decenas
de fans, a quienes
saludó con la mano.
¿Su look? Muy cool:
cabello engominado,
jeans rotos,
prendedor Chanel y
gafas Marc Jacobs.
Abajo: en la noche del
jueves cenó con sus
íntimos en The Library
Lounge, del Faena.
por un par de faldas, incluida una de red, y algunos
sweaters para hombre.
ESTE ES EL SHOW. En el back, y antes de subir-se
al stage de GEBA. Miley hizo un cerradísimo meet
& greet con doce seguidoras, y posó junto a Sonia
Rovi, cantante de la banda electropop Lúdico. “Me dejaste el
público caliente”, la felicitó, y enseguida, como en un acto re-flejo,
desenvolvió la lengua para el flash. Cinco minutos antes
de las 21, la reina del cotillón hizo su estruendosa aparición
tras un cortinado de serpentinas plateadas. Durante una hora y
media, y bajo una intensa lluvia, hubo altas dosis de sarcasmo,
parodia y provocación. Por momentos parecía una rapera que
se dirigía a unos cientos en cualquier club cool; por otros, una
porrista pasada de grageas. También fue la que emocionó a su
público en Adore you, en el que performeó con la stripper
Amazon Ashley, mientras en pantalla la kiss cam invitaba a su
público a besarse y hasta a salir del closet. Hizo twerking con
un trasero de goma espuma, “fumó” un porro de cartulina y se
zarandeó con bananas inflables, todos adminículos regalados
por sus fans. Lo mismo pasó con la camperita de jean bordada
en la espalda con la leyenda “It’s Miley, Bitch”, que lució con
gesto paródico, como si fuera una Zoolander de la pasarela.
Una estrella
suelta en B.A.
El viernes, a las 13, se
fue de shopping al Patio
Bullrich con su amiga y
maquilladora Lisa
Marie. En Osklen, una
firma brasileña, hizo
cerrar el local por
cuarenta minutos. Antes
compró este tapado
sintético de animal print
en Breeders, que pagó
con tarjeta –junto a dos
carteras básicas– y se
lo llevó puesto.
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Al ser una puesta reducida (tercermundista, también)
del Bangerz Tour, pero no por eso menos divertida,
Miley se apoyó más que nunca en sus “motherfuc-kers”:
se guardó la mayoría de fan gifts en unos fas-hionistas
bolsos playeros. Y es por eso que hubo más
atención en las visuales a cargo de John Kricfalusi, cre-ador
de Ren & Stimpy, y en las “madonnescas”, dirigi-das
por Tong Tied, en estricto blanco y negro. Hits co-mo
We can’t stop la mostraron en su mood más
radiable y contundente; también fue muy festejada
cuando entregó el electro-country de 4x4, o cuando
reinterpretó su viejo Can’t be tamed. ¿El cierre? Fue
con Party in the USA, de su época como Hannah Mon-tana,
aquella sombra de lo que fue, lo que quedó atrás,
acaso como ese Ziggy Stardust de David Bowie, sal-vando
las distancias y la revolución digital, claro.
LOVE, MONEY, PARTY. Ninguna de esas tres
cosas le faltan. Después del show de la otrora chi-ca
Disney, su tecladista Mike Schmidt nos dice que
la fiesta se acabó, que no hay plan para esa noche,
que se van inmediatamente. Lo mismo nos confie-sa
Cheney, el asistente de Cyrus –que con MC mez-cla
mucho amor (o coqueteo) y dinero–, quien ju-ra
que están “molidos” con éste, el final del tramo
de la gira latinoamericana. A pesar de eso, un rato
más tarde, el amiguito de Miley instagramea el lo-co
neón de Unik, el restó palermitano con barra
de mármol donde se sirven los mejores old fashio-ned
de la ciudad. La locura por Miley renace en las
redes, mientras sus fans se vuelven a pellizcar para
sentir de verdad que esto sucedió. Más tarde o
más temprano. ■
¡Lengua
larga!
Exclusivo: Miley en el
back junto a Sonia
Rovi, cantante de la
banda electropop
Lúdico (editados por
Crack), a quien la
chica de Nashville le
dijo: “Me dejaste el
público caliente”, y
otra representante de
las smilers argentinas
con un libro hand
made para MC.
Los regalos de las smilers
El club de fans Miley Cyrus Argentina
(Facebook.com/CyrusArgentina) le dio en
persona algunos de los regalos, muchos de
ellos inspirados en la estética de su propia
línea de joyería, Dirty Hippie. A la izquierda,
el portarretrato psicodélico que enmarca
una foto suya rodeada de sus mascotas
(incluido su fallecido perrito Floyd, a quien
homenajea en el show), que más tarde MC
instagrameó. También, el colgante de plata
con su nombre que diseñó Marcelo Toledo.
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