2. collige, virgo, rosas ("coge, doncella, las rosas"). Es una derivación que
parte de un verso de Ausonio, poeta latino: "Corta las rosas doncella, mientras
esté fresca la flor y fresca la juventud’’. Es una incitación a gozar del día, del
carácter irrecuperable de la juventud y la belleza: invitación a gozar del amor
(simbolizado en la rosa) antes de que el tiempo robe nuestros mejores años (los
marchite). Nos invita a disfrutar de la belleza mientras la poseemos, mientras
que el Carpe Diem pone más su acento en aprovechar el tiempo que huye, la
vida que se nos escapa.
Ejemplos:
3. Tu ne quaesieris, scire nefas, quem mihi,
quem tibi finem di dederint, Leuconoe, nec
Babylonio temptaris numeros.
Ut melius, quidquid erit, pati, seu pluris
hiemes seu tribuit Iuppiter ultimam,
quae nunc oppositis debilitat pumicibus
mare
Tyrrenum:sapias, vina liques, et spatio brevi
spem longam reseces.
Dum loquimur, fugerit invida
Horacio (65 a.C – 8 a.C)
Oda XI ( A Leuconoe)
Tú no indagues, es ilícito saberlo, qué fin
a mí o a ti
los dioses te han concedido, Leuconóe, ni
consultes
las cábalas babilónicas. ¡Cuánto mejor es
sufrir lo que venga,
tanto si Júpiter te ha otorgado más
inviernos o si éste es el último,
que ahora deshace el mar tirreno
oponiendo arrecifes:
sé lista, escancia vino y, en nuestra breve
vida,
ata corto largas esperanzas. Mientras
hablamos, habrá huido el
tiempo envidioso:
corta la flor del día, sin fiarte lo más
mínimo del mañana.
4. haec [rosa], modo quae toto rutilaverat igne
comarum,
pallida conlapsis deseritur foliis.
mirabar celerem fugitiva aetate rapinam,
et dum nascuntur consenuisse rosas.
ecce et defluxit rutili coma punica floris
dum loquor, et tellus tecta rubore micat.
tot species tantosque ortus variosque novatus
una dies aperit, conficit ipsa dies.
conquerimur, Natura, brevis quod gratia florum:
ostentata oculis ilico dona rapis.
quam longa una dies, aetas tam longa rosarum,
quas pubescentes iuncta senecta premit.
quam modo nascentem rutilus conspexit Eoos,
hanc rediens sero vespere vidit anum.
sed bene quod paucis licet interitura diebus
succedens aevum prorogat ipsa suum.
collige, virgo, rosas dum flos novus et nova pubes,
et memor esto aevum sic properare tuum.
Plinio (S.I): Lib. 20
5. TRADUCCIÓN :
La rosa que hacía poco brillaba con el fuego
intenso de su corona, perdía el color al
caerse los pétalos. Yo estaba sorprendido de
ver el robo implacable del tiempo huidizo,
de contemplar cómo envejecen las rosas
apenas nacidas. He aquí que la purpúrea
cabellera de la flor orgullosa la deja
mientras hablo y es la tierra la que brilla
cubierta de rubor. Tales bellezas, tantos
brotes, tan variados cambios un único día
los produce y ese día acaba con ellos.
Nos quejamos, Naturaleza, de que sea efímera
la belleza de las flores:
les arrebatas rápidamente las gracias
mostradas a los ojos.
La edad de las rosas es tan larga como un solo
día,
la vejez inminente las agobia, aun jóvenes.
A la que el lucero brillante vio nacer,
a ésa la vio anciana al regresar por la tarde.
[...]
Recoge, doncella, las rosas mientras la flor
está lozana y lozana la juventud,
y acuérdate de que así se apresura también tu
edad.
6. En tanto que de rosa y azucena
se muestra la color en vuestro gesto,
y que vuestro mirar ardiente, honesto,
enciende al corazón y lo refrena;
y en tanto que el cabello, que en la vena
del oro se escogió, con vuelo presto,
por el hermoso cuello blanco, enhiesto,
el viento mueve, esparce y desordena;
Coged de vuestra alegre primavera
el dulce fruto, antes que el tiempo airado
cubra de nieve la hermosa cumbre.
Marchitará la rosa el vienta helado,
todo la mudar. A la edad ligera,
por no hacer mudanza en su costumbre.
Garcilaso de la Vega.
Niña, arranca las rosas, no esperes a mañana.
Córtalas a destajo, desaforadamente,
sin pararte a pensar si son malas o buenas.
Que no quede ni una. Púlele los rosales
que encuentres a tu paso y deja las espinas
para tus compañeras de colegio. Disfruta
de la luz y del oro mientras puedas y rinde
tu belleza a ese dios rechoncho y melancólico
que va por los jardines instilando veneno.
Goza labios y lengua, machácate de gusto
con quien se deje y no permitas que el otoño
te pille con la piel reseca y sin un hombre
(por lo menos) comiéndote las hechuras del alma.
Y que la negra muerte te quite lo bailado.
Luis Alberto de Cuenca