El documento describe la controversia sobre la hipótesis no vírica del SIDA. Muestra que el conocimiento de esta hipótesis alternativa es muy bajo (sólo un 15% la conoce), y que los medios de comunicación y la industria farmacéutica silencian esta visión para proteger sus intereses económicos. La ignorancia sobre la hipótesis no vírica alcanza al 95% de los médicos encuestados.
1. desconocimiento de esta otra alternativa es abrumadoramente mayoritario. Únicamente el 15% de los que
respondieron dicen conocer la hipótesis no vírica. Con lo que se demuestra una de las hipótesis de
partida, esto es, que el cierre informativo ha llegado incluso hasta los círculos de población más
directamente interesados/afectados por el tema. La fuente de información sobre el tema más extendida
entre los encuestados son los medios de comunicación (73%), a la que siguen en orden de importancia
las propias Asociaciones de referencia (44%), seguidas muy de cerca por los que dicen consultar
literatura médica especializada (41%), los que se nutren de la información recogida durante su formación,
en el Colegio, la Universidad, etc. (38%), seguida de los amigos (37%), y figurando en último lugar el
médico personal como fuente de información sobre el tema, opción a la que de forma significativa se
refiere tan sólo el 10% de la muestra. Particularmente serio y grave resulta ser el desconocimiento de la
hipótesis no vírica entre los que se declaran médicos de profesión, puesto que sólo 1 de los 24 médicos
captados como respondentes dice tener conocimiento de la misma. La ignorancia por tanto de la visión
alternativa alcanza a más del 95% de los médicos encuestados, lo que es una prueba palpable de la
clausura informativa existente sobre la controversia.
De lo anteriormente señalado se desprende que, en el estudio de la controversia mediática en el
SIDA, ésta aparece de puntillas en los medios de comunicación de masas, al menos en España. Los dos
puntos de vista científicos son tratados con radical asimetría, tanto en la literatura médica especializada
que boicotea claramente la hipótesis no vírica en las revistas consideradas de impacto, como en los
medios de comunicación, fuente principal del imaginario público. Por lo tanto, la controversia está abierta,
existe, es pública y ya oficiosa, pero a la vez pretende ser silenciada y es por ello que los medios de
comunicación apenas se hacen eco de la misma, sólo algunos y no los más accesibles. Esto repercute
irremediablemente en la opinión pública, en el caso que nos ocupa especializada en el tema, que no
recibe más que el punto de vista científico oficial, perteneciente a la ciencia normal. No obstante, a pesar
de la pretensión de clausura, la controversia sigue abierta en el marco de la llamada por Kuhn, ciencia
revolucionaria.
Esa intención de silenciar la hipótesis no vírica del SIDA, tanto en la ciencia como en la esfera
pública, obedece a unos intereses creados, económicos y de poder, que terminan supeditando la ciencia
al sistema, en este caso neoliberal. Se observa cómo la industria farmacéutica busca el poder de las altas
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2. instancias políticas para conseguir la mayor rentabilidad posible, al margen de los principios hipocráticos
a favor siempre del paciente. Lo que parece importar menos es la salud de la humanidad, que se ha
convertido en un negocio globalizado más, al amparo del sistema neoliberal vigente que lo permite y
alienta sin restricciones. Habida cuenta de la magnitud de los beneficios económicos que se dirimen tras
la disputa que se mantiene en torno a la cuestión de las patentes y los precios de los fármacos en el caso
del tratamiento antirretroviral para el SIDA, sería inimaginable que la investigación de este síndrome diera
un giro a favor de las teorías no víricas del SIDA. Ello terminaría con este tratamiento vigente, al no ser
considerado eficiente por esta hipótesis, que lo considera perjudicial y iatrogénico. Los miles de billones
que se darían por perdidos por la industria farmacéutica en este caso hipotético, ayudan a entender el
boicot a la controversia científica, motivado sin duda en buena parte por intereses económicos y
subsidiariamente políticos.
Tras el análisis simétrico e imparcial de las hipótesis alternativas, el análisis de la controversia
científica y la descripción de la acumulación de intereses al respecto, estamos en condiciones de afirmar
que nuestra hipótesis de trabajo para el caso que nos ocupa se sustenta ampliamente a la luz de la
evidencia disponible: la controversia científica oficial y privada del SIDA que transcurre en el estricto
universo científico y es censurada por la ciencia normal, sobrevive a su pretendida clausura al convertirse
en controversia oficiosa, aunque sea mínima su presencia pública, al ser ésta silenciada por
determinados grupos de interés.
Este trabajo que poseerá sin duda diversas limitaciones, presenta una, que a mi entender,
resulta ser la más importante y relevante: África. Se necesitaría explorar con mayor profundidad, en la
línea del estudio de caso aquí propuesto, todos los condicionantes, particularidades y aspectos puestos
en relación con los intereses creados, que sitúan prácticamente a todo el continente más empobrecido del
planeta al borde de la catástrofe incontrolada, más trágica de la historia de la humanidad, aunque eso sí,
aparentemente todo se produzca de la forma más impersonal y aséptica. La relevancia de este estudio
adicional que creemos urgente, obedece a la necesidad de lograr un replanteamiento de la ciencia del
SIDA que dé respuesta a tantos interrogantes como presenta África en relación a esta enfermedad y que
se ven materializados en muertes masivas de personas, tan personas como las del mundo enriquecido.
La pregunta en la nos que proponemos indagar y materializar esfuerzos adicionales en el futuro es la
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3. siguiente: ¿África muere de SIDA o muere de pobreza y hambre? Una respuesta afirmativa a la hipótesis
SIDA debería llevar a la ciencia, a la política y, especialmente a la industria farmacéutica, a replantearse
las estrategias de actuación implantadas en la actualidad cambiándolas por otras más eficientes y
rentables en términos de estricta humanidad. Una respuesta afirmativa a la hipótesis de pobreza y
hambre, debería llevar a asumir por parte de los principales actores la responsabilidad micro y
macrosocial al planteamiento de un nuevo sistema político y económico global, basado en unas elaciones
equitativas de intercambio que llevarían a modificar todo el sistema actual basado en relaciones de
intercambio comercial asimétricas y en la dominación que ejercer los países enriquecidos sobre los
empobrecidos, lo que cada vez amplía más las desigualdades existentes.
Al hilo de la propuesta anterior y una vez que se puede afirmar después del trabajo desarrollado
que, actualmente las relaciones internas de la ciencia son motivadas en gran medida por los principios
capitalistas neoliberales. Sería interesante realizar una interpretación desde la sociología crítica que
explique desde un análisis macrosocial, cómo la superestructura económica y política condiciona el
funcionamiento del conjunto de la sociedad. Es decir, en que grado el sistema capitalista determina el
desarrollo de la ciencia. Para ello, se propone, entre otras, la perspectiva del Sistema-Mundo de Inmanuel
Wallerstein.
Finalmente para concluir, se considera que este estudio de caso presenta una línea de
investigación abierta como análisis paradigmático de las controversias científicas, pudiéndose aplicar la
tesis de partida a otras realidades científicas actuales: las controversias científicas oficiales y privadas
que transcurren en el estricto universo científico y son censuradas por la ciencia normal, sobreviven a su
pretendida clausura al convertirse en controversias oficiosas, aunque sea mínima su presencia pública, al
ser ésta silenciada por determinados grupos de interés. Podría ser el caso del cáncer, las medicinas
complementarias, o el calentamiento de la tierra, entre otras.
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