2. LA TURQUESA
◦ La turquesa es un mineral de la clase 9
(fosfatos), según la clasificación de
Strunz, de color azul verdoso. Es un
fosfato de aluminio y cobre. Su fórmula
es: CuAl6(PO4)4(OH)8·4H2O. Es escaso y
valioso por su calidad. Ha sido muy
apreciado como piedra preciosa y
ornamental durante miles de años
debido a su color inigualable. En la
actualidad, como tantas otras gemas,
tiene gran popularidad en el mercado
debido a la introducción de tratamientos
e imitaciones, algunas muy difíciles de
detectar aun por expertos.
3. ORIGEN DE LA PALABRA
◦ La palabra "turquesa"' es muy antigua
y de origen indeterminado. Deriva
del francés pierre turquoise,
significando "piedra turca". Se piensa
que esto surge de una confusión, ya
que en Turquía no hay turquesas, pero
eran comercializadas allí, y entonces la
gema fue asociada con ese país.
4. FRAGILIDAD
◦ Incluso la más fina de las turquesas es
bastante frágil, llegando a un máximo
de dureza justo por debajo de 6 en
la escala de Mohs, o ligeramente
menos que un vidrio de ventana
común. Es un mineral criptocristalino y
casi nunca forma cristales simples y
todas sus propiedades son altamente
variables. Su sistema cristalino es
triclínico. A menor dureza presenta
menor peso específico (oscilando
entre 2,9 y 2,3) y mayor porosidad.
5. BRILLO
◦ El brillo de la turquesa es ceroso a casi
vidrioso, y generalmente es opaco,
aunque puede ser semitraslúcida en
pequeñas secciones. El color es tan
variable como el resto de sus
propiedades, abarcando desde el
blanco hasta el azul oscuro y el azul
cielo, y desde el azul-verdoso hasta el
verde-amarillento. El color azul es
atribuido a cobre, mientras que el
verde puede ser el resultado de
impurezas de hierro o la
deshidratación.
6. ◦ Es un mineral raro, de formación secundaria y se encuentra principalmente en
regiones desérticas. La turquesa se encuentra entre las primeras gemas en ser
extraída, y aunque muchos sitios históricos han sido mermados, algunos se
encuentran en funcionamiento hasta la actualidad. Estos son todos a
pequeña escala, generalmente operan temporalmente debido a la lejanía
de los yacimientos entre otras razones. La mayoría son extracciones a mano,
con escasa o ninguna mecanización. Sin embargo, la turquesa algunas veces
es obtenida como un subproducto en las explotaciones mineras de cobre a
gran escala, especialmente en los Estados Unidos.
7. USOS EN LA ANTIGÜEDAD
◦ Las tonalidades de la turquesa han sido apreciadas en muchas culturas importantes
de la antigüedad: han adornado a los gobernantes del Antiguo Egipto, a
los incas, moches, chimúes, aztecas (y posiblemente otras
culturas mesoamericanas precolombinas), a los persas, Mesopotamia, Civilización del
valle del Indo y China desde al menos, la Dinastía Shang. A pesar de ser una de las
gemas más antiguas, y probablemente la primera en ser introducida a Europa a través
de Turquía, junto con otros productos provenientes de la ruta de la seda, la turquesa
no se convirtió en una piedra ornamental importante hasta el siglo XIV.
Aparentemente fue desconocida en la India hasta el período Muhgal, y en Japón
hasta el siglo XVIII. Una creencia compartida por muchas de estas civilizaciones
sostiene que la turquesa posee ciertas cualidades profilácticas: se pensaba que
cambiaba de color de acuerdo al estado de salud de quien la usaba y protegía de
fuerzas malignas.
8. ◦ Los aztecas incrustaban turquesas
junto con oro, cuarzo, malaquita,
azabache, jade, coral y conchas en
objetos posiblemente ceremoniales,
tales como máscaras (algunas de las
cuales tenían como base una
calavera), cuchillos y escudos. Resinas
naturales, betún y cera eran usados
para unir las turquesas a la base de
material, que generalmente era
madera, aunque también se utilizaban
huesos y conchas marinas.
9. COLORACIÓN
◦ La pureza de color es el factor
determinante del valor de una turquesa:
en general, el color más apreciado es el
azul oscuro, decreciendo el valor con el
incremento de matices verdosos, el
desvanecimiento del color y las
manchas. Sin embargo, en el Tíbet se
prefieren en color azul más verdoso.
Cualquiera sea el color, la turquesa no
debe ser excesivamente blanda o
calcárea, incluso si está "curada", tal
material (que la mayoría de las turquesas
poseen) es capaz de desvanecerse o
decolorarse después de cierto tiempo y
no es apropiado para el uso en joyería.
10. EXTRACCIÓN
◦ La roca madre en la cual se encuentra la turquesa algunas veces puede ser
vista como una mancha irregular o como una red de vetas marrones o
negras que surcan la piedra. Estas vetas pueden aumentar el valor de la
piedra, o disminuirlo. Las turquesas con vetas son muy apreciadas en el
Sudeste de los Estados Unidos, pero no en Asia, ya que se prefiere la pureza y
las piedras sin vetas. La uniformidad del color es muy apreciada, y en las
piezas terminadas, la calidad del trabajo también es un factor positivo: como
el brillo y la simetría de la piedra. Las piedras ajustadas o calibradas -piedras
adheridas a la bisutería ajustando su medida- suelen ser las más codiciadas.
Al igual que el coral y otras gemas opacas, la turquesa es comúnmente
vendida a un precio acorde a su tamaño en milímetros más que por quilates.
11. ◦ Las turquesas pueden ser tratadas de
diversas formas, algunas de manera más
radical y permanente que otras. Existen
controversias sobre si algunos de estos
tratamientos deberían ser aceptables,
pero el más aceptado es aquel que
mediante la aplicación de cera o aceite
se mejora la coloración y el lustre de la
gema: si ésta es de alta calidad, absorbe
poca cera o aceite, y la turquesa no
necesita de este tratamiento para
conservar el color y belleza. Ante la
igualdad de todos los factores, la
turquesa que no han sido tratada
siempre será la más cara.
12. ◦ Siendo un material de fosfato, la turquesa es intrínsecamente frágil y sensible a
los solventes; los perfumes y otros cosméticos pueden alterar su color, al igual
que las pieles grasas. Exposiciones prolongadas a la luz solar también pueden
decolorarla o deshidratarla. Deben tomarse ciertos cuidados cuando se utiliza
como joya: los cosméticos, incluyendo los bronceadores o protectores solares
y el aerosol para cabello deben ser aplicados antes de ponerse los
accesorios, y no debe ser utilizada en la playa u otros lugares soleados.
Después de su uso, la turquesa debe ser limpiada con un paño suave para
evitar la acumulación de residuos, y debe guardarse en un recipiente, aislada
de otras piezas, para evitar rayaduras ocasionadas por otras gemas más
duras y mejor pulidas.