La web ha evolucionado desde su creación en 1989 como una red de documentos de hipertexto hasta convertirse en una plataforma dinámica e interactiva. Ahora permite la creación y distribución de contenido generado por los usuarios, comercio electrónico, redes sociales y aplicaciones web. La web del futuro probablemente se centrará aún más en proporcionar experiencias personalizadas e inmersivas para los usuarios a través de tecnologías como la realidad virtual y aumentada.