Este documento resume los principales grupos políticos e ideologías que surgieron durante la construcción y consolidación del Estado liberal en España entre 1833 y 1874, incluyendo carlistas, moderantes, progresistas, republicanos federales, cantonalistas, y los líderes que representaron cada tendencia como Espartero, O'Donnell, Prim y Pi Margall.
Construcción del Estado liberal español (1833-1874
1. TEMA 11.-CONSTRUCCIÓN Y CONSOLIDACIÓN ESTADO LIBERAL (1833-1874).
PRONUNCIAMIENTO. Forma de rebelión político-militar característico de la España del siglo
XIX y los pueblos hispanohablantes. Consistía en un levantamiento militar, que mostraba con
proclamas y manifiestos sus tendencias ideológicas al tiempo que buscaba apoyo político y del
ejército. Si triunfaba, se accedía al poder o se obligaba a la Corona a realizar cambios
gubernamentales. Los hubo de todas les tendencias ideológicas, y era el mecanismo de cambio
por excelencia.
CARLISMO. Grupo partidario del acceso al trono del hermano del rey Fernando VII, Carlos Mª
Isidoro. Su ideario, defendido con las armas en varias guerras, se movía siempre en el
pensamiento más tradicional y conservador, antiliberal y antirrevolucionario, que en sus
orígenes defendía los preceptos del Antiguo Régimen. Esta concepción política controló el
ámbito rural, destacando las vascongadas.
MODERANTISMO. Tendencia en la que se dividió el liberalismo del siglo XIX que consideraba
demasiado avanzados los planteamientos de la Constitución del 1812, por lo que defendía la
representación política de los intereses de la nueva clase dominante (aristocracia y alta
burguesía), y un conservadurismo reflejado en la soberanía compartida, el sufragio censitario
muy reducido, la limitación de los derechos y libertades y la defensa de la religión católica
como oficial. Grandes líderes serían Narváez y Bravo Murillo.
PROGRESISMO. Tendencia en la que se dividió el liberalismo del siglo XIX identificada con los
ideales de cambio y progreso. Estaba representado por las clases medias y reivindicaba una
ampliación del sufragio y una soberanía nacional (Cortes Unicamerales), además de la lucha
por las libertades individuales y de prensa, y la tolerancia de la religión pero en privado.
Grandes progresistas serían Mendizábal y Espartero.
SUFRAGIO CENSITARIO. Fórmula de manifestación para la elección de cargos o para tomar
decisiones colectivas que defendía que sólo podían votar los ciudadanos varones que
disponían de un determinado nivel de riqueza. Este tipo de sufragio es característico de los
primeros momentos del régimen liberal.
SUFRAGIO UNIVERSAL. Fórmula de manifestación para la elección de cargos o para tomar
decisiones colectivas que defendía el derecho a voto para todos los ciudadanos mayores de
edad y con nacionalidad española. Se consiguió en 1890 para los hombres y en 1931 para las
mujeres.
REPUBLICANISMO FEDERAL. Ideología que entiende la República como asociaciones locales
de ciudadanos y promueve la participación ciudadana en los asuntos públicos. Se buscada el
federalismo, que distribuyendo las unidades de administración y gestión en más pequeñas
pretendía evitar gobiernos centrales fuertes con una alta concentración de poder. Fue la
antesala al cantonalismo. Pi i Margall y el Partido Republicano Democrático Federal son los
referentes de esta tendencia.
2. CANTONALISMO. Movimiento político que se dio en la España de la I República y que
pretendía dividir las diversas zonas de la península en Estados soberanos. Sus influencias
procedían del republicanismo federal más radical y del movimiento obrero. Estalló en 1873 y
se extendió rápidamente, fue progresivamente sofocado pero se mantuvo en Cartagena hasta
el año siguiente.
PACTO DE OSTENDE. Acuerdo de 1867 entre el Partido Demócrata y Progresista, por iniciativa
del General Prim, para derribar la monarquía a de Isabel II. Se adhieren unionistas como
Serrano, que aportará apoyo militar para que en La Gloriosa (1868) se consiga deponer a la
reina.
MANIFIESTO DE SANDHURST. Escrito político por el cual Alfonso de Borbón (futuro Alfonso
XII) mostraba en 1874 su disposición para convertirse en rey de una monarquía parlamentaria,
de carácter liberal conservador y católico, con orden.
BALDOMERO ESPARTERO (1793-1879). Líder emblemático del progresismo. Participó en
diversas campañas en América contra los rebeldes sublevados, pero su verdadera fama como
militar la adquirió con la I Guerra Carlista (1833-1840), de la que se le considera el auténtico
vencedor con la firma del Convenio de Vergara. Su prestigio le llevó al cargo de regente (1840-
1843), pero su autoritarismo le obligó a abandonar el cargo y exiliarse a Inglaterra desde 1843
a 1854, año en que tras una nueva revolución regresó para presidir el último gobierno
progresista (Bienio progresista 1854-1856). Después se retiró de la política activa.
LEOPOLDO O’DONNELL (1809-1867). Natural de Santa Cruz de Tenerife, ascendió en la carrera
militar por su labor en la I Guerra Carlista (1833-1840). Emigró a Francia durante la regencia de
Espartero por sus planteamientos moderados. En 1854 encabezó el pronunciamiento militar
de Vicálvaro, del que se aprovechó Espartero para comenzar el Bienio Progresista (1854-1856)
en el que fue nombrado ministro de Guerra. Desde 1856, como jefe indiscutible de la recién
creada Unión Liberal, se alternó en el gobierno con los moderados.
FRANCISCO SERRANO (1810-1885). Inició desde muy joven la carrera militar y destacó en la I
Guerra Carlista (1833-1840). Participó en la conspiración para acabar con la regencia de
Espartero en 1843. Declarada la mayoría de edad de Isabel II, se convirtió en su favorito, lo que
provocó intrigas en la Corte. Contribuyó a la creación de la Unión Liberal y fue su jefe tras la
muerte de O’Donnell. Fue uno de los protagonistas de la Revolución de 1868, venciendo a las
tropas gubernamentales en Alcolea (Córdoba). Durante el Sexenio (1868-1874) tuvo un
destacado protagonismo político: fue, sucesivamente presidente del Gobierno provisional,
regente presidente de varios gobiernos en el reinado de Amadeo I y tras el golpe de estado de
Pavía, presidente de la “dictadura republicana”.
RAMÓN NARVÁEZ (1799-1898). Militar y político español defendió la causa del liberalismo y el
trono de Isabel II en la I Guerra Carlista (1833-1840). Ascendió rápidamente por los éxitos
obtenidos en los frentes del Norte. Narváez se inclinó hacia la rama conservadora,
convirtiéndose pronto en el máximo dirigente del partido moderado. Dirigió la sublevación
3. militar que derrocó a Espartero en 1843. En 1844 era llamado a formar gobierno, iniciando una
serie de siete períodos como Primer Ministro de Isabel II: 1844-46, 1846, 1847-49, 1849-51,
1856-57, 1864-65 y 1866-68. Impulsó la elaboración de la Constitución de 1845, que se
mantuvo vigente hasta 1868. En suma, conformó el Estado español contemporáneo según la
ideología liberal-conservadora de su partido y según su temperamento autoritario: detuvo el
proceso de desamortización de los bienes eclesiásticos, amordazó a la prensa, organizó una
Administración centralizada y reprimió los movimientos populares impidiendo el
resurgimiento del carlismo.
JUAN PRIM (1815-1870). Natural de Reus inició su carrera militar en la I Guerra Carlista,
siguiéndole con varias victorias en la Guerra de Marruecos (1859-1860). Se afilió al Partido
Progresista y participó en la sublevación contra la regencia de Espartero. Durante un tiempo
militó en la Unión Liberal pero volvió al Partido Progresista, desde el que propició el cambio
dinástico y el Pacto de Ostende (1867) contra Isabel II, y tras el que participó activamente en
la Revolución Gloriosa del 68. Fue ministro de Guerra en el Gobierno Provisional de Serrano y
Jefe de Gobierno durante su regencia. Impulsó la candidatura de Amadeo de Saboya para el
trono español y fue el primer Presidente del Gobierno que murió víctima de un atentado,
cuyos autores nunca fueron descubiertos.
AMADEO I DE SABOYA, REY DE ESPAÑA (1871-1873). Propuesto por el general Prim tras la
Revolución Gloriosa de 1868 y la elaboración de una nueva constitución monárquica
democrática. Era hijo del rey de Italia Víctor Manuel II y por lo tanto, duque de Aosta. Prim fue
asesinado antes de su llegada al trono, y gobernó tan sólo dos años, acosado por múltiples
problemas: la oposición de la alta burguesía partidaria del retorno de los Borbones, del
movimiento obrero anarquista, de los republicanos y federales, y de los carlistas que
comenzaron una nueva guerra (III Guerra Carlista 1872-76). Esta situación de rechazo y
aislamiento le llevó a presentar su abdicación en febrero de 1873, proclamando las Cortes la I
República.
FRANCISCO PI I MARGALL (1824-1901). Natural de Barcelona, se doctoró en Derecho e
ingresó en el Partido Demócrata. Tras la revolución del 68, fue diputado de las Cortes por
Barcelona. Dirigió el Partido Republicano Federalista en 1870. Elegido presidente de la
República en junio de 1973, pretendió aplicar un ambicioso y avanzado programa de reformas
políticas económicas y sociales, pero las dificultades del país y las presiones de los
republicanos intransigentes le obligaron a dimitir. Fue el gran ideólogo de un federalismo de
avanzado carácter social.
NICOLÁS SALMERÓN (1838-1908). Fue diputado en las Cortes por Badajoz desde 1871,
ministro de Justicia en el primer gobierno republicano y tercer presidente de la República tras
la dimisión de Pi i Margall. Era partidario de un Gobierno fuerte para restablecer el orden y la
autoridad de una República desbordada por los conflictos, pero prefirió dimitir por problemas
de conciencia antes que firmar dos sentencias de muerte.