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Máquina de pulir metales casera
Uno de los elementos que más nos gusta hacer y que más intentamos hacer en casa es el pulido de los aluminios de
nuestras clásicas, tengo que reconocer que yo nunca he conseguido un acabado de tanta calidad como un
profesional, en parte debido a que carezco tanto de la formación como de los materiales y maquinaria adecuados
para un acabado profesional, sin embargo me conformo con los resultados caseros.
Lo cierto es que somos pocos los que decidimos acudir al profesional para estos menesteres y procuramos realizar
este trabajo por nosotros mismos, hasta ahora siempre es la misma historia, empezamos por usar una taladradora
en posición horizontal, pero pronto vemos que le falta fuerza y no termina de ser una herramienta versátil, el
siguiente paso es comprarnos una amoladora del hipermercado (los que acuden a una ferretería se ahorran este
paso ya que el ferretero ya les avisa que no sirven), pero claro como son baratas la mayoría terminan por llevársela a
casa y usarla finalmente como afila cuchillos (es una herramienta fundamental en un taller, pero para usarla
adecuadamente), finalmente nos damos cuenta que necesitamos una pulidora profesional, algo grande y potente
que no se frene cuando obligamos la pieza contra el disco, pero..... el precio de cerca de 300 euros frena nuestras
expectativas.
Yo ofrezco una alternativa probada por mí con un éxito fuera de lugar, yo actualmente no utilizaba este invento
porque he podido rescatar una vieja pulidora de 125 voltios que me solventa la papeleta adecuadamente, pero hubo
un tiempo que carecía de pulidora y el ingenio me llevo a fabricarme este aparato, ahora con la intención de realizar
este reportaje desempolvé la vieja idea y el resultado es tan bueno que he decidido dejarlo permanentemente
instalado ya que su versatilidad es muy superior a lo que yo recordaba.
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Básicamente es una maquina radial de bajo coste (apenas 12 euros), se le ha suprimido las protecciones y en el
agujero donde se atornilla el mango de sujeción se le ha puesto un tornillo que sujeta la maquina en su parte
delantera a una garra de antena, estas garras las podéis conseguir en cualquier tienda de electricidad, electrónica o
cualquier antenista, es muy importante que compréis una garra de 40 cms o mas, el motivo es simple, necesitamos
"tolerancia", digo tolerancia por que cuando empecemos a usar esta herramienta veremos que la radial es una
máquina que impone, su motor carece de desmultiplicadora, con lo cual gira a cerca de 11000 revoluciones,
cualquier pequeño error que cometamos durante el pulido (que se enganche la pieza o apretemos demasiado la
pieza sobre el cepillo) se convertirá en una catapulta que disparará la pieza con gran virulencia, con lo cual trato de
deciros que el proceso de pulido puede ser peligroso, unas gafas protectoras (mejor una máscara), unos guantes y
un cubo de agua serán imprescindibles para empezar a trabajar.
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En cualquier tienda de electricidad las podremos conseguir por unos 5 euros, son garras reforzadas atornillables.
El primer paso será quitarle a la radial todas las partes que no nos van a ser útiles, hay que tener en cuenta de
utilizar una maquina de al menos 710 w, si utilizamos una maquina inferior seguramente se nos frenará y no
cumplirá su cometido adecuadamente.
Lo siguiente es adaptar el cepillo de discos de algodón cosido adecuado al tamaño de la máquina, podemos probar
un cepillo de mayores dimensiones siempre que la potencia nos lo permita.
Ahora procederemos a atornillar la garra a la pared, importante es utilizar unos buenos tacos de metal o en su
defecto unos de plástico específicos y recordar dejar los agujeros hacia arriba para atornillar la maquina.
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Ahora vamos a proceder al anclaje de la máquina a la garra.
Aprovechando el agujero de la garra y la rosca que ha dejado la máquina al eliminar el mango atornillamos la
máquina en su parte delantera, la parte trasera podemos usar dos ó tres bridas de plástico bien tensadas para que se
sujete bien.
Llego la hora de empezar a pulir, primero enchufamos la máquina y pronto vemos que el monstruo se despierta a
11000 rpm, la verdad que impone, impone la gran velocidad y la virulencia con la que se come la pasta de pulir y es
que estamos trabajando a 4 veces la velocidad habitual, cuando acercamos la pieza observamos que hay poderío, la
pieza empieza a brillar rápidamente los hilitos de algodón vuela al libre albedrío, esto es jauja, cierto pero hay que
tener cuidado, el utilizar una garra de antena de 40 ó más centímetros tiene su fundamento, cuando la pieza se
enganche no hay manera de parar la maquina, por lo que necesitamos que la garra ceda un poco, que le de cierta
elasticidad al conjunto y que absorba las vibraciones, si intentamos mantener la radial muy rígida con respecto a la
pared seguramente arrancará los ladrillos, de esta manera no hay problema y el riesgo se reduce ostensiblemente.
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Un dato importante es el sentido del disco, tiene que girar hacia abajo, de esta manera en caso de que la máquina
nos arranque la pieza de la mano esta caerá al suelo.
Cuando empecemos a pulir deberemos tener a mano un cubo con agua y usar guantes gordos, esto es para poder
refrigerar la pieza antes de que se caliente mucho y podamos causar deformaciones por un exceso de dilatación.
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Los resultados están ahí, yo no voy a decir ni que sí ni que no, pero el que carezca de una pulidora en condiciones
tiene con este invento una solución transitoria a su problema.
Fin, espero que me digáis que os a parecido el invento.
Autor: Jorge Galán (Oxidado)
Recogido de la web:
http://www.lamaneta.net/oxidao/inicio.html
Rebollas 19 de septiembre de 2008