Este documento critica varios aspectos de la cultura y sociedad mexicanas, incluyendo la corrupción, deshonestidad, falta de valores éticos, y baja productividad. Argumenta que estos problemas sistémicos son la causa fundamental de los fracasos del país, más que los políticos o gobernantes individuales. Concluye que para progresar, los mexicanos deben cambiar y enfocarse en adoptar una educación basada en valores universales como la honestidad y la integridad.

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MEXICO SIN VALORES
ADVERTENCIA: DESPUES DE LEER ESTAS FUERTES LINEAS, MUCHOS SE
SENTIRAN IDENTIFICADOS, ES DECIR, “A QUIEN LE VENGA EL SACO QUE SE
LO PONGA”, PERO NO SE ENOJEN, CAMBIEN, QUE NUESTRO PAÍS ESTA ÁVIDO
DE MEXICANOS QUE CAMBIEN HACIA UNA CONDUCTA ETICA.
POR LO TANTO, NO GENERALIZAMOS, PORQUE HAY MEXICANOS
MARAVILLOSOS.
La creencia general es que el presidente en turno no funciona, que el
presidente es inepto y corrupto y asi responsabilizamos a todos los presidentes
de la mediocridad de nuestro país. Actualmente ya estamos pensando que
Calderón no sirve, que Fox fue un bocón, que Zedillo un idiota, que Salinas de
Gortari un ladrón, que etc, etc y el que venga después de Calderón tampoco
servirá para nada. Por eso estoy empezando a sospechar que el problema no
está en lo ladrón que haya sido Salinas, en la ineptitud de Zedillo o en lo
hablador que fue Fox y en lo atrabancado de Calderón.
El problema está en nosotros. Nosotros como pueblo. Nosotros como materia
prima de un país. Porque pertenezco a un país donde la corrupción es la
moneda que siempre es valorada tanto o más que el dólar. Un país donde
hacerse perniciosamente rico de la noche a la mañana es motivo de
admiración y pareciera la virtud más apreciada, mucho mas que formar una
familia a largo plazo basada en valores y respeto por los demás. Un país en
donde se erogan alrededor de $30.000 millones de pesos al año en materia de
corrupción.
Pertenezco a un país donde, lamentablemente, no podemos vivir la
maravillosa experiencia de la Honestidad. En Nueva Zelanda, donde tú
puedes ir por la carretera, pararte en una miscelánea, adquirir tus productos
y no hay nadie que te atienda, solamente depositas tu dinero en una urna y te
retiras lleno de orgullo de ser honesto. En Berlín, Alemania, puedes llegar a
una gasolinera, servirte personalmente tu gasolina y pagarla en la urna para
tal efecto o no pagarla y al otro día vas al banco y depositas el dinero de lo que
consumiste.
Pertenezco a un país donde las empresas privadas, oficinas de gobierno,
Hospitales del sector salud, secretarías de estado, son papelerías o misceláneas
particulares de sus empleados deshonestos, que se llevan para su casa todo lo
que pueden: hojas de papel, bolígrafos, carpetas, marcadores, clips, lápices,
papel sanitario, gasas, alimentos, documentos oficiales, medicamentos,

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material de curación, borradores, instrumental quirúrgico y todo lo que falte
en casita. Y en ocasiones hasta lo presumimos con nuestros hijos ¡Mira hijo lo
que te traje de la oficina y el idiota del jefe ni cuenta se dio!
En mi tierra la gente se siente triunfadora si consigue robarse la señal de
Cablevisión del vecino, o se piratea el sky, se roba la luz colgándose de un
diablito, se roba gasolina de los oleoductos de Pemex o agua de la toma oficial
sin pagarla o le tira la basura al vecino. Un país donde la gente inventa a la
hora de llenar sus declaraciones de Hacienda para no pagar o pagar menos
impuestos.
Me ofende pertenecer a un país en donde una gran mayoría de personas son
desleales a su empresa o infieles con sus parejas (Se supone que el 70 % de los
mexicanos son infieles), Que pena vivir en un país en donde el 60 % de las
parejas se está divorciando, en donde vivimos matrimonios light, en donde
frecuentemente el seno del hogar es el ring de nuestras culpas, sospechas del
pasado, mentiras, falta de lealtad y compromiso profundo con nuestros hijos,
en donde somos candil de la calle, oscuridad de su casa, fiesteros en la calle y
penas en purga en la casa.
Me indigna vivir en un país en donde ser indígena es motivo de rechazo, de
discriminación, de burla, de marginación o de ironía, pero en donde también
el ser indígena es pretexto para no instalarnos en la cultura del esfuerzo y del
trabajo. En donde todavía muchas personas tratamos a las trabajadoras
domésticas como esclavas (la gata, la criada).
Pertenezco a un país donde la impuntualidad es un hábito y robarme el
tiempo laboral es una costumbre que pareciera una virtud: Platicar horas en
el trabajo, chismeando, intrigando, vender todo lo que se pueda desde comida,
perfumes, zapatos, joyas, armas loterías y apuestas. En donde los directivos de
las empresas, instituciones y organismos laborales son incapaces de aplicar
medidas disciplinarias porque en muchos de los casos los excesos sindicales
han acotado la autoridad de las empresas y ello, finalmente no permite la
productividad, la excelencia, la competitividad y generar capital humano de
calidad.
Me entristece pensar que vivo en un país en donde no hay interés por la
ecología, donde las personas tiran basura en las calles y luego le reclama al
gobierno por no dar mantenimiento al drenaje. En donde tirar la basura por
la ventanilla del coche es un deporte y si te atreves a decirles algo te juegas el
pellejo o tu integridad materna. En nuestro México destruimos los bosques
con la mayor de las voracidades y la impunidad se regodea del éxito obtenido.

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Un país donde no existe la cultura por la lectura (En México se lee un libro
promedio por mexicano al año y en los paises europeos se leen mas de 30
libros al año) y no hay conciencia ni memoria política, histórica ni económica.
Me deprime escuchar la respuesta a preguntas tan sencillas y de radical
importancia. ¿Cuántas personas viven en México? ¿Cuántas personas viven
en mi estado? ¡No sé, ni me importa! Imagínense un poquito más de cultura
general: Reprobados.
Donde nuestros diputados y senadores trabajan pocos días al año (y cobran
todos los demás como altos ejecutivos) para aprobar una reforma
(miscelánea) fiscal al vapor que lo único que hace es hundir al que no tiene,
fregar al que tiene poco y beneficiar sólo a unos cuantos. Un Diputado
Federal gana más de $140,000 pesos al mes y me pregunto ¿Para que? No se
pisará profundamente el valor de la Integridad, en un país de sueldos
miserables, el que un diputado gane un sueldo que no se lo acaba y sobre todo
cuando siendo diputado del ala izquierda del congreso, no tienen escrúpulos
para estirar la mano y cobrar tamaño sueldo, pero nunca hemos sabido o
escuchado que se opusieron a los onerosos aumentos que se autodesignan y
mucho menos que lo reparten entre los pobres, pero eso si desconocen a las
instituciones. Lo más triste del caso es que los partidos políticos tienen la
consigna en el Congreso de la Unión de impedir que el otro triunfe y asi que
todos pierdan ¿Que le vaya bien al partido en el poder? Ni pensarlo hay que
acabarlo y ¿México y los pobres? ¡Esos bueyes que se esperen?
Pertenezco a un país donde las licencias de conducir y los certificados médicos
se pueden comprar sin hacer ningún examen. Un país donde puede subir una
persona de edad avanzada, o una mujer con el niño en brazos o algún
minusválido a algún autobús y la persona que viene sentada en el asiento
especial para estas personas se hace la dormida para no dárselo y si alguien le
reclama, se levantará, pero para dar un golpe o decir una mala palabra.
Un país en el cual el derecho de paso es para el automóvil y no para el peatón
y al peatón no le importa cruzar a media calle. Vivimos en un país en donde el
refrán popular dice que las leyes se hicieron para violarse. Un país donde gran
parte de su gente esta llena de faltas, pero que disfruta criticando a sus
gobernantes, a sus maestros, a sus vecinos, a sus compañeros de trabajo y de
manera muy particular al jefe.
Mientras más le digo rata a Salinas o idiota a Fox, mejor soy yo como persona,
a pesar de que apenas ayer compré discos y ropa piratas y me consiguieron
todas las preguntas del examen de matemáticas de mañana. Mientras más le
digo falso a Fox, inepto a Calderón, mejor soy yo como mexicano o mexicana,
a pesar de que apenas esta mañana me fregué a mi cliente a través de un

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fraude que me ayudó a pagar algunas deudas. O me robe unos tomates de más
en el mercado. No. No. No. ¡Ya basta!
Me apena vivir en un país en donde frecuentemente pisamos la ética escolar y
la forma de aprobar el examen o pasar de año es a través del acordeón,
copiando al compañero de banca, llevar las respuestas pegadas en los zapatos,
en los brazos o en las piernas, sobornando a los maestros, comprando las
calificaciones con maestros corruptos, intercambiando exámenes dentro del
aula, comprando los Títulos profesionales, usando la tecnología del Internet a
través de los Teléfonos de tecnología avanzada, fotografiando los exámenes y
luego enviárselos al compañero a través de un mensaje ¿y la calidad
educativa? Esa que se espere.
Tenemos la materia prima, los recursos naturales, un territorio gigantesco,
tenemos muchas cosas buenas, pero nos falta mucho para ser los hombres y
mujeres que nuestro país necesita. Esos defectos, esa sagacidad congénita, esa
deshonestidad a pequeña escala que después crece y evoluciona hasta
convertirse en casos de escándalo, esa falta de calidad humana, ES UNA
CARENCIA ABSOLUTA DE REGLAS O PRINCIPIOS LLAMADOS
VALORES UNIVERSALES, ESTA DEBILIDAD MORAL Y ETICA NOS
TIENE NOQUEADOS, más que Salinas o que Fox, o que Calderón, es esta
ausencia o carencia de educación en valores, lo que nos tiene real y
francamente mal.
Debemos de luchar intensamente para quitarnos las Medallas de Plata:
MEXICO: 2º LUGAR EN CORRUPCION A NIVEL MUNDIAL
MEXICO: 2º. LUGAR EN PROSTITUCION INFANTIL
MEXICO: 2º LUGAR EN SECUESTROS EN EL MUNDO
MEXICO REPROBADO EN EDUCACION
MEXICO: 2º LUGAR EN EL MUNDO EN CONSUMO DE REFRESCOS
ENGORDADORES Y SEGUNDO LUGAR EN CONSUMO DE CERVEZAS
EN LATINOAMERICA. (Respiren tranquilos, ocupamos el 16º. lugar a nivel
mundial)
MEXICO: 2º. LUGAR EN EL MUNDO EN OBESIDAD. (65 % de los
mexicanos son obesos. En México nos morimos por comer, no por no comer,
que quede claro, lo contrario es argumento de políticos en campaña)
Lo siento. Porque, aunque Calderón renunciara hoy mismo, el próximo
presidente que lo suceda tendrá que seguir trabajando con la misma materia
prima defectuosa que, como pueblo, hemos sido gran parte de nosotros. Pero
repito, no generalizo, al que le venga el saco que se lo ponga. Y este presidente,
aunque tenga las mejores intenciones, no podrá hacer nada, No tengo ninguna
garantía de que alguien lo pueda hacer mejor, pero mientras nadie señale un
camino destinado a erradicar primero los vicios que tenemos como pueblo, a

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adquirir la cultura de los grandes valores que distinguen a las gentes
confiables, nadie servirá. No sirvió Salinas, no sirvió Zedillo, ni sirvió Fox, ni
servirá Calderón.
¿O qué?, ¿Necesitamos traer a un dictador, para que nos haga cumplir la ley
con la fuerza y por medio del terror? Aquí hace falta otra cosa. Algo más que
cacerolazos o paros, marchas o tapar las calles, destruir las ciudades,
obstaculizar las carreteras, tomar los centros históricos. Y mientras esa otra
cosa no empiece a surgir desde abajo hacia arriba, o desde arriba hacia abajo,
o del centro para los lados, o como quieran, seguiremos igualmente
condenados, igualmente estancados... ¡igualmente fregados! ESA OTRA
COSA SE LLAMA EDUCACION ETICA, EDUCACION EN VALORES,
QUE PENAN QUE AHORA EN MUCHOS DE LOS HOGARES YA NO SE
MAMEN LOS VALORES, TENEMOS QUE APRENDERLOS.
Es muy sabroso ser mexicano y vivir a la mexicana, pero cuando esa
mexicanidad autóctona empieza a hacerle daño a nuestras posibilidades de
desarrollo como Nación, ahí la cosa cambia. No esperemos andar con un
escapulario en la mano o encenderle una velita a todos los Santos, a ver si nos
mandan un Mesías milagroso (Corremos el riesgo que nos mande un populista
y acabemos como Cuba o Venezuela). Nosotros tenemos que cambiar, ya que
un nuevo presidente con los mismos mexicanos no podrá hacer nada. El gran
cambio es personal, el gran cambio es de adentro hacia fuera. Basta ya de la
cultura pediche. El Siglo XXI es el siglo de dar, ya no de pedir. El Siglo XX
fue el siglo de los derechos humanos, el Siglo XXI es el Siglo de las
obligaciones humanas.
Está muy claro... ¿qué no?...Somos nosotros los que tenemos que cambiar. Yo
creo que esto coincide muy bien en todo lo que nos pasa. Hacemos una fiesta
nacional por un segundo lugar (medalla de plata). Héroes nacionales a quienes
ganen algo, lo que sea, porque nos urge vernos reflejados en alguien ganador
(porque nosotros no nos creemos ganadores). Por eso cuando perdemos en el
Foot Ball y que casi siempre perdemos, nos sentimos fatales, porque nuestros
éxitos descansan en los hombros de otros. Tenemos que reflejarnos en los
triunfos de otros porque los nuestros son muy escasos. De tal manera que
hasta sus derrotas las hacemos nuestras.
Disculpamos la mediocridad mediante programas de televisión nefastos y
francamente tolerantes con el fracaso. México ocupa uno de los primeros
lugares en ver Telenovelas (pornografía emocional) a nivel mundial. Es la
industria de la culpa, la inferioridad, la compensación, la disculpa y la
estupidez.

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BASTA YA, LLEGO EL MOMENTO DE CAMBIAR, LLEGO EL
MOMENTO DE DAR, DE EDUCAR EN VALORES COMO UNA
POLITICA DE ESTADO DESDE LOS PRIMEROS AÑOS DE LA
FORMACION ESCOLAR. EL CAMBIO, QUIZAS SEA GENERACIONAL.
Ahora, después de este mensaje, francamente he decidido buscar al
responsable, no para castigarlo, sino para exigirle, sí, exigirle que mejore su
comportamiento y que DEJEMOS DE SER MEXICANOS DE SEGUNDA,
REPROBADOS EN COMPETITIVIDAD, REPROBADOS EN
EDUCACION, REPROBADOS EN CULTURA, REPROBADOS EN
HONESTIDAD. SÍ, HE DECIDIDO BUSCAR AL RESPONSABLE. ESTOY
SEGURO QUE LO ENCONTRARÉ CUANDO ME VEA EN EL ESPEJO.
¡¡¡AHI ESTÁ!!! ¡NO NECESITO BUSCARLO EN OTRO LADO!
Y tú... ¿qué piensas?...
REITERO: JAMAS VOY A GENERALIZAR, HAY MEXICANOS
SENSACIONALES, SOLAMENTE: “AL QUE LE VENGA EL SACO QUE
SE LO PONGA Y QUE NO SE ENOJE, QUE CAMBIE”
“LA UNICA SALIDA QUE TIENE LA HUMANIDAD, ES VIVIR
CON REGLAS CLARAS QUE SE LLAMAN VALORES,
PORQUE CADA DIA SEREMOS MAS Y MAS SERES
HUMANOS Y CADA DIA HABRÁ MENOS Y MENOS
RECURSOS”
CONFUCIO
Esto lo dijo hace 2500 años
Servando Nava Echeverría