2. Es verdad que no supe reconocer entre los otros ese beso que siempre se recuerda. Lo reconozco ahora, muchos años después de haberlo abandonado: en el banco de un parque, en las afueras solitarias de la ciudad, en la penumbra artificiosa de las cafeterías... Como otras muchas noches, he soñado con él, y tengo que decir que aún me conmueve. . . Del libro "Amores Colaterales" Mar [email_address]