Antología "Edipo: Un viaje inesperado" (E.E.S.T N° 3)

Antología
“Edipo : Un viaje inesperado”
Editorial Tres Picos

No hay nadie que hallándose en estas soledades deje de
conmoverse y sentir que en el hombre existe algo más que
el mero aliento material de su cuerpo.
(Charles Darwin, Diario del viaje de un naturalista alrededor del mundo.)

Prólogo
La presente antología de relatos de viaje surge como instancia final del proyecto de
práctica docente “Un viaje al mundo clásico: La concepción trágica del hombre en el
mito de Edipo rey”. Este recorrido comenzó como un simple esbozo en el marco de
la materia Didáctica específica de la carrera de Letras de la UNMDP y fue realizado
con alumnos de 4to año de la Escuela de Educación Secundaria Técnica N° 3
Domingo Faustino Sarmiento (E.E.S.T N° 3) ubicada en la ciudad de Mar del Plata.
Los autores de estas reescrituras del mito de Edipo pertenecen a la orientación
“Electromecánica”. Cada uno de ellos participó en la redacción, edición, revisión y/o
ilustración de esta compilación que pretende ser una invitación al mundo clásico y a
la lectura. Saludo afectuosamente al grupo y a su profesor titular, Pablo Petruzela,
por el trabajo realizado en el aula durante mi estadía. Agradezco a los alumnos el
tiempo, su predisposición y su infinita curiosidad.
Micaela Concolino

Índice de autores
Sección I
Araujo, Dylan __________________________________________________ pág. 7 Oráculo
Sarmiento, Francisco __________________________________________ pág. 8 Oráculo
Tulli, Julian A. _________________________________________________ pág. 9 Oráculo
Chávez, Hugo _________________________________________________ pág. 12 Oráculo
Ledesma, Yonatan _____________________________________________ pág. 14 Oráculo
Romano, Gabriel _______________________________________________ pág. 16 Oráculo
Sección II
Reynoso, Agustín ______________________________________________ pág. 19 Camino
Nadeo, Ignacio _________________________________________________ pág. 20 Camino
Escudero, Agustín _____________________________________________ pág. 22 Camino
Palas, Ezequiel _________________________________________________ pág. 24 Camino
Mikelsen, Cristian _____________________________________________ pág. 27 Camino
Herrera Dawson, Luciano ____________________________________ pág. 28 Camino
Vismara, Martín ______________________________________________ pág. 29 Camino
Argumedo, Nahuel ___________________________________________ pág. 32 Camino
Pesce, Fabricio ________________________________________________ pág. 33 Camino
Salomón, Nahuel _____________________________________________ pág. 34 Camino
Maguna, Gabriel _____________________________________________ pág. 35 Camino
Sección III
Nocita, Ignacio _______________________________________________ pág. 37 Destino
Auriemma, Enzo ____________________________________________ pág. 38 Destino
Llorente, Facundo ___________________________________________ pág. 41 Destino
Pagnutti, Nahuel ____________________________________________ pág. 42 Destino
Ríos, Imanol _________________________________________________ pág. 43 Destino

Sección I
La mente del hombre es capaz de todo, porque en
ella está todo, tanto el pasado como el futuro.
(Joseph Conrad, El corazón de las tinieblas.)

3 de agosto
Hoy voy en busca de mi destino, hoy sabré quien soy realmente y quiénes son mis
verdaderos padres. ¡HOY!....voy en busca del oráculo. Camino por un bosque largo y
desierto hay mucha niebla… Por aquí no pasa ni un alma, debe ser porque este
lugar no se ubica en ningún mapa…
Trato de mirar bien por donde piso debido a que este bosque se parece más a un
pantano… Debido a esto no sé con qué me podré encontrar. Ya estoy cansado de
caminar y la niebla ya casi no me deja ver nada. Cuando estoy cerca, veo una luz y
escucho una voz: es el Oráculo por fin.
Al llegar me encuentro a una señora con un espejo en la mano quien no me deja
verle su cara. Con el mismo espejo que ella sostenía, me leyó mi trágico futuro el
que hoy en día no quiero recordar. No me imagino cometiendo esas clases de cosas.
Por esto he tomado una decisión. Alejarme lo más que pueda de mis padres y evitar
mi trágico destino.
Dylan Araujo

4 de Agosto
"Camino a la verdad"
Tomé el mapa que me había dado mi padre y emprendí el viaje hacia el Oráculo, en
busca de la verdad que tanto me tenía preocupado. Por lo que me habían
comentado, el camino hacia el paradero del Oráculo no era fácil de recorrer, ya que
era muy peligroso tanto por sus senderos oscuros como por las criaturas que
rondaban por allí. Le eché una mirada al mapa y noté que era un recorrido largo.
Podía acortarlo aunque sería más peligroso. Ante mi inquietante duda, no lo pensé
ni un segundo y decidí tomar un atajo más peligroso que el camino tradicional. Mi
primer obstáculo es el bosque desolado, donde habita el Bifu, un monstruo de 3
metros de alto con aspecto de árbol que se camufla en el bosque.
Logro hacer unos cuantos metros adentro siendo muy cauteloso, pero siento que me
observan. Apuro el paso y escucho pisadas detrás de mí, haciéndose cada vez más
fuertes. Ya sé lo que es, pero lo evito y logro salir del bosque, sabiendo que esto se
repetiría a lo largo del camino. Después de largas luchas, precipicios, montañas y
mucho más, estoy en el ojo de la tormenta donde está el Oráculo. Pero en vez de ser
claro, es un lugar oscuro y tenebroso. Entro al panteón y puedo ver a un anciano
con túnica y una esfera en su mano que me dice que me estaba esperando. Lo
primero que hice fue preguntarle lo que tanto quería saber pero el sabio me dio
otra respuesta y me indicó que mataré a mi padre y desposaré a mi madre...
Francisco Sarmiento

10 de Agosto 8 a.m.
El día de hoy he decidido iniciar mi viaje hacia el Oráculo de Delfos, en busca de mi
verdadera identidad. El viaje sé que será difícil pero el chamán de Corinto me indicó
que la forma más rápida de llegar era cruzando el bosque maldito.
10 a.m.
Estoy preparándome para el viaje, mientras un súbdito de mi padre consigue para
mí una espada y un mapa del bosque maldito. Necesito estar preparado para
enfrentarme a las criaturas y peligros desconocidos con los que me pueda encontrar
en el bosque.
12 a.m.
Aprovecho para escribir esta nota mientras me dirijo en el carruaje hasta la entrada
del bosque. A partir de este momento, empezaré mi viaje en soledad.
18 p.m
Comienza a anochecer y no pude terminar de cruzar el bosque. La niebla y la
oscuridad empiezan a dificultar mi vista por lo cual decidí pasar la noche en una
cueva. Después de un breve momento, logré encender una gran fogata la cual me da
la seguridad de que mantendrá alejada a las criaturas y a los seres malvados.

11 de agosto, 2° día de viaje, 6 a.m.
Luego de una difícil noche en la cual prácticamente no pude dormir, me levanto
abruptamente luego de sentir ruidos extraños fuera de la cueva. Tomo mi espada y
me encuentro con una criatura tan terrible que por un momento pensé que aún
estaba dormido. En cuanto reaccioné de lo que estaba pasando, esta criatura mitad
león y mitad águila llamada grifo desplegó sus garras y se abalanzó hacia mi cuerpo.
La batalla fue ardua pero derroté al grifo y pude salir con vida.
8 a.m.
Después de descansar y recuperarme de la batalla, retomé mi camino hacia el
Oráculo de Delfos, para saber finalmente mi identidad.
12 a.m.
Luego de cruzar el tenebroso bosque me encontré con el templo religioso del dios
Apolo. En su interior me encontré a la sacerdotisa y hable con ella, explicándole que
estaba muy perturbado al dudar sobre mi identidad. Luego de transmitirle mi
inquietud, la sacerdotisa me pidió que esperara afuera del templo mientras que ella
se comunicaba con el dios y le pidiera una respuesta para mí.

Después de un tiempo, la sacerdotisa salió y lo que me transmitió fue un golpe muy
duro para mí ya que me dijo que matare a mi padre y desposaré a mi madre…
Julian A. Tulli

12 de agosto
Hoy emprendí el viaje en busca de mi destino, por fin voy a saber mi razón en este
mundo y la única forma de averiguarlo era ir con el Oráculo de Delfos,
adentrándome en el peligroso bosque donde no se sabe qué criaturas me puedo
llegar a encontrar.
Cada vez voy entrando más en el bosque, la niebla aumenta hasta el punto en que
no puede distinguirse nada. Mientras sigo caminando por el extenso bosque logro
distinguir un resplandor, como una luz demasiado brillante y me digo a mismo:
“Estaré llegando al Oráculo”. De repente, ese resplandor se convierte en una bola de
fuego demasiado grande que viene justo hacia mí. Sin dudar, logro tirarme al suelo y
esquivarla, me levanto del suelo y a lo lejos puedo notar que la bola de fuego
provenía del enorme dragón que custodia la torre del Oráculo.
Desenfundo mi espada y me preparo para la batalla con el enorme dragón. Me
aproximo hacia él sigilosamente, luego tomo mi espada y se la clavo en su pecho
hasta que el cae al suelo, logro sacar mi espada de su pecho y la vuelvo poner en su
funda.

Al fin logro salir del bosque, llego a unos campos verdes donde ahí se encontraba la
torre en la que estaba el oráculo. Subo las escaleras que están adentro de la torre,
llego al último piso donde se encontraba el Oráculo, éste era un espejo de más de
mil años de antigüedad.
Llego ante él y me pongo de rodillas suplicándole que adivine mi futuro. Él me
responde que con gusto me lo diría. Dentro de él, logro visualizarme asesinando a
mi padre, no puedo ni siquiera pensar en hacerles algo como eso….
Por lo que decido irme de la torre y tratar de evitar ese atroz futuro que me espera.
Hugo Chávez

15 de agosto 17:08 p.m
La pregunta que tenía, la cual era saber mi verdadero origen estaba inquietándome y
era urgente saber ¿Quién era yo? y ¿De dónde venía? Después de unos minutos de
pensamientos decidí iniciar una búsqueda para encontrar al Oráculo, su Santuario
estaba localizado en un misterioso pantano con niebla, el mismo parecía a simple vista
desolado y terrorífico. De repente, cuando crucé el pantano y tuve que subir una
montaña me vi frente al Santuario.
Entrando empecé a ver pilares destruidos, todo derrumbado y lleno de rocas. No se
veía nada, el cielo empezó a oscurecer, y dije: “Oráculo Ven!!!”, “¿Dónde estás?”, “Yo,
Edipo, solicito tu presencia”. Y, en medio del Santuario, de la nada apareció un destello
de colores rojo, amarillo y azul, que me dejó segado unos minutos.
Abro los ojos y ahí estaba el Oráculo, su aspecto era escalofriante con cuerpo de tigre,
cabeza de mujer y alas. El Oráculo me responde con una voz atractiva y siniestra:
“Edipo, esperaba tu presencia” y le pregunté: “¿Cómo sabías?”. Respondió: “No te
olvides que yo lo sé todo”. Después de su respuesta irónica, la miré fijamente y le dije:
“Oráculo, he venido hasta aquí, sabiendo que tú eres confiable, a preguntarte sobre mi
origen”. Después de una risa siniestra, el Oráculo me invita a que mire sus ojos para
saber la repuesta: Y al ver sus ojos, me vi matando a mi padre y desposando a mi
madre. Después de conseguir mi respuesta me entristecí al mismo tiempo que quedé
atónito. Miré a mi alrededor y el Oráculo se desvaneció. Y así decido seguir mi camino
recordando mi destino horrible.
Yonatan Ledesma

18 de agosto
“No me lo esperaba”
En este día pude lograr escalar la cima de la montaña y dialogar con el Oráculo. No
sabía con qué inconvenientes me podía encontrar…
Por la mañana emprendí mi viaje hacia el Oráculo, en busca de la flor de loto para
entregársela a ella. En mi trayecto, surqué varios obstáculos los cuales me hicieron
reflexionar sobre lo difícil que era llegar a encontrar aquella flor.
Al fin después de varias horas de caminata, encontré la flor y me preparé para ir
con el Oráculo. En mi viaje logré sobrevivir a varios ataques y luché por mi vida,
pero lo que más valoré, en ese momento, fue tener la flor en mis manos. En fin,
pude llegar.
El oráculo se situaba, en ese momento, en la
cima de la montaña más alta de Wonderland.
En aquel lugar había mucha niebla y rocas
dispuestas como en un santuario, de aspecto
tenebroso.
Allí, en el centro se encontraba el Oráculo: la
mujer más bella de todo el mundo. Para saber
mi destino, le entregué la flor de loto. Ella
empezó a decirme todo sobre mi futuro, el
cual para nada era agradable. Me dijo que yo mataría a mi padre…
Gabriel Romano

Sección II
Mi nombre crece continuamente, de modo que mi
nombre es como una historia. Los nombres
verdaderos nos cuentan la historia de quienes los
llevan.
( J.R. Tolkien, El Señor de los anillos )

Yo emprendía un viaje hacia lo desconocido en busca del Oráculo de Delfos, el cual
podría descifrar mi futuro. En el camino, me encontré con criaturas extrañas como
hombres de un solo ojo, vifús y otros seres los cuales eran indescriptibles.
Al llegar al Oráculo, a la punta del volcán dentro de una cueva donde la niebla
acechaba, le pregunté sobre el oráculo de mi padre y me dijo que yo lo iba a matar.
Al escuchar esta predicción, me alejé tratando de olvidar ese destino…
Agustín Reynoso

Agosto
La duda de saber mi verdadero origen me torturaba y era necesario para mí saber
quién era y de donde venía. Decidí ir en busca del oráculo, su templo se encontraba
en la cima de la montaña, es un lugar osado, con telarañas por las paredes y huesos
utilizados para la estructura del templo.
Acabo de llegar y este lugar tiene un ambiente silencioso y muy temeroso. El oráculo,
vestido con una túnica oscura y con una apariencia siniestra y temerosa, sin mostrar su
rostro y acompañado de dos seres extraños, creo que sirvientes de él, se me acerca y
dice: "¿Qué haces tú por aquí a estas horas de la noche Edipo?". Lo miro fijamente y le
respondo: "vine en busca de mi origen y sé que tú eres el único que me puede decir la
verdad que estoy buscando".

Luego de una risa misteriosa, el oráculo me invita a pasar y los seres extraños me
ofrecen comida pero me negué, estoy tan nervioso y ansioso por descubrir esto que
tanto anhelo que no tengo hambre, miro al oráculo y le vuelvo a pedir que me diga lo
que estoy buscando. Mirando a la nada, el oráculo me afirma que matare a mi padre y
desposare a mi madre. Con la mente en blanco, sin palabras, tratando de procesar lo
que me acaba de decir me quedo unos segundos sin decir nada. Le insisto que me diga
más. Se niega y se retira, veo que se va a su recámara. Los seres estos me preguntan si
quiero hospedarme en el templo esta noche. Decido quedarme y mañana temprano
partir y así no encontrarme jamás con el destino cruel que me otorgaron los dioses.
Ignacio Nadeo

Septiembre
“Se sabrá la verdad”
Me intriga saber de dónde soy y de dónde vengo.
Quiero saber toda la verdad acerca de mi pasado.
Cuando empecé a sospechar acerca de mi procedencia, se me ocurrió visitar al
Oráculo Epílofo para sacarme las dudas. Dicen que vive en una choza en la punta de
la montaña más alta de Croma (bosque al que pocos se atreven a cruzar). Al
parecer, por lo que oí, no está solo, se encuentra con su ave negra Morlack. Es
bastante difícil llegar hasta su morada, la montaña es muy alta, además el tiempo no
es el óptimo porque empieza a llover y yo estoy acá, a mitad de la montaña. Pero no
me voy a rendir, estoy dispuesto a dar todo mi esfuerzo para saber toda la verdad.
Finalmente estoy arriba, me dirijo hacia la puerta y me pregunta quién soy y porque
me encuentro aquí. Nos sentamos en su mesa y le digo mi sospecha. Al enterarme el
trágico final decido salir del lugar y encaminarme por las costas para poder pensar
bien a fondo lo que dijo el Oráculo.
Finalmente, estaba yendo de camino a mi hogar y comienza una pelea en la cual se
produce la profecía de Epílofo. Por último, lamentablemente, no me doy cuenta que
es mi padre y lo asesino…
Agustín Escudero

1 de septiembre
Me levanté en la mañana decidido a marcharme, sabía que no era hijo de mis
pretendidos padres y que de ellos no iba conseguir respuesta alguna. Para satisfacer
mis dudas debía visitar al Oráculo el cual se encuentra muy lejos de Corinto, Tengo
que ser veloz y audaz para poder llegar sano y salvo. Fue así como partí hacia donde
se encontraba el famoso Oráculo. En el camino me encontré con un anciano llamado
Layo, con el que intercambie un par de palabras:
“Layo: - ¡Joven no se dirija hacia allí! Es donde se encuentra el Oráculo.
Yo: - Me dirijo hacia ese lugar porque necesito saber mi verdadera identidad.
Layo: -Sea cual sea tu objetivo no podrás llegar muchacho, es un camino peligroso.”
Hice un gesto de confianza y seguí mi camino. Escalé un enorme monte, lleno de
serpientes, escorpiones y un calor que agobiaba. Una vez que llegué a donde estaba
el Oráculo, temerosamente le pregunte: “¿Usted es el famoso Oráculo?” Éste me
respondió asintiendo con la cabeza. Me dirigí a presentarme pero no hubo caso,
este extraño individuo sabía quién era y qué quería. “Oráculo: - Edipo, sé que vienes
por respuestas relacionadas con tus padres, con quién eres y de dónde vienes.
Yo: - Está en lo correcto señor.”
Este extraño individuo no dejaba verse, estaba vestido con una túnica negra que
cubría todas las partes de su cuerpo a excepción de sus manos y pies. Daba
escalofríos de tan solo verlo. Sin miedo fui al grano:
“Señor Oráculo no quiero ser irrespetuoso pero podría decirme quiénes son mis
padres y en dónde se encuentran.

Oráculo: - ¿En serio crees que te daré las respuestas que tú quieres y te irás como si
nada?
Yo: - ¿Qué pretende usted de mí?
Oráculo: - No pretendo nada de ti, solo que a las personas que les revelo su futuro
tendrán lo que resta de su vida cargando con mala suerte.
Yo: - No me interesa, quiero saber mi verdadera identidad.
Oráculo: - Eres todo un valiente… o, tal vez, ¿Un tonto? Si tanto deseas saber sobre
tus verdaderos padres te lo diré con gusto. Tú eres el hijo del Rey de Tebas, el cual
no hace mucho tiempo vino aquí para satisfacer sus dudas y yo predije su futuro, un
futuro en el que su hijo Edipo lo asesinaba. Este rey llamado Layo te mandó a matar
con un súbdito, el que no tuvo valor y te dejó colgado de pies a un árbol, de ahí tu
nombre (“de pies hinchados”). Como sabrás, un sacerdote te encontró y te entregó a
las manos de tu padre adoptivo Pólibo.”
Sin decir una palabra, me marché lo más pronto posible hacia donde se encontraba
ese anciano llamado curiosamente Layo. Sabía que era él mi padre e intenté
alcanzarlo, no sé por qué ni para qué, fue un impulso. No fue difícil alcanzarlo,
estaba allí parado en medio del camino como si esperara algo, me acerqué y antes
de que pueda decir alguna palabra me dijo:

“Hijo, sabía que eras tú desde un principio por eso no quise que llegaras donde el
Oráculo.”
“Yo: -¡Con todo lo que me has hecho te atreves a decirme “hijo”! Eres un ser
despreciable y no mereces vivir.”
Fue entonces cuando sacó de su bolsa un cuchillo, se acercó y me imploró que lo
matase. En ese momento sentí tantas cosas pasar por mi mente, traté de ignorar su
petición pero en menos de lo que pude reaccionar colocó el cuchillo en mis manos y
se apuñaló. En medio de la nada no pude hacer nada, el pobre anciano empezó a
desangrarse y murió en pocos minutos. Después de lo que paso, no quise volver.
Decidí no regresar a Corinto y empezar de nuevo en Tebas donde nací.
Ezequiel Palas

10 de septiembre
Luego de enterarme que las personas que me criaron, que me vieron crecer, no son
mis verdaderos padres, decidí ir al templo del Oráculo. Espero que él me diga
quiénes son mis padres realmente y de dónde provengo.
Una mañana, emprendí el viaje al templo el cual se situaba encima de una montaña
solitaria. Para llegar a él hay que pasar por el borde de unos precipicios. Un paso en
falso y caería a una muerte segura. Tomé el valor necesario y logré pasarlos.
Finalmente, llego a la cima de la montaña donde está el templo. El lugar está
cubierto por una espesa niebla la cual no deja ver mucho.
Ya dentro del templo me encuentro con el Oráculo: era una mujer cubierta por una
túnica blanca desde la cara hasta los pies. Me quedo paralizado por un segundo al
ver al Oráculo pero no pierdo tiempo y le pregunto lo que vine a buscar. Me da una
respuesta con la cual no estoy satisfecho, le exijo que me responda pero ella
desaparece en la niebla. Decidí huir del templo para que el destino que me dieron
los dioses no se cumpla.
Cristian Mikelsen

12 de septiembre
Hoy empiezo mi viaje para saber mi razón de ser, "mi destino". Para conocerlo debo
ir con el Oráculo de Delfos. Para llegar allí tengo que atravesar un bosque muy
grande lleno de peligros en donde lo único que parece que abunda es la muerte.
Camino por el tenebroso bosque con mi corazón palpitante fijándome cada pisada
que doy sin descuidarme. Empiezo a escuchar una voz y voy visualizando una forma.
Voy caminando hacia ella y a medida que avanzo la voz se va escuchando más clara
y la forma que había visualizado se va haciendo más humana.
Cuando me acerqué me di cuenta que era una mujer mayor con muchas arrugas
pero con una personalidad bondadosa y me dijo: “¿Edipo cuál es tu duda? Dímelo y
veré qué respuesta te doy”. Así, sin más, le pregunté y su respuesta no me agradó.
Le agradecí y seguí mi camino pensando cómo hacer para cambiar el destino dicho
por el Oráculo que era EL ASESINATO DE MI PADRE.
Luciano Herrera Dawson

“Una gran aventura que decidirá mi destino”
Toda mi vida quise saber sobre quién soy yo, quiénes son mis padres, mi identidad…
Así que hoy, siendo adolescente, quiero emprender una aventura hasta al Oráculo de
Delfos ya que se dice que en el oráculo tú puedes preguntar algo y los dioses te
responderán. Sin embargo, éste queda a 100Km. de donde yo vivo y tendré que
aventurarme en un bosque frío y tenebroso.
Luego de cruzar el bosque, a lo lejos se ve un extenso río y, al otro lado, está el
Oráculo de Delfos. Al llegar la noche, decido dormirme al lado del río para así ya
amanezco descansado. En él se escucha el ruido de los peces nadando, la corriente
del agua descendiendo a la boca del lago…
Me puse a pensar que tendría que volver a mi casa, pero al ver el Oráculo tan cerca
y todo lo que había hecho, me dormí.

Cuando me desperté emprendí camino y llegué al lugar por la tarde. Le pregunté al
Oráculo por qué me habían adoptado mis padres postizos y sobre mi fututo, se
escucha un ruido en el cielo y alcanzo a ver un destello de luz brillante chocar
contra la montaña. Justo al chocar en la montaña, me responde y dice que los padres
que me adoptaron me encontraron en una montaña solo, entonces decidieron
cuidarme y quererme. Y sobre mi futuro me dijo que iba a cometer una catástrofe
que podría acabar con mi vida.
Cuando regreso para mi ciudad pensando en lo que me dijo, se me topa un hombre
que me asustó y yo por miedo lo maté con mi espada. Luego de llegar a mi casa, me
entero que el hombre al que yo maté era mi padre biológico…
Martín Vismara

15 de septiembre
Hoy emprendo el viaje en busca de mi destino. Por fin voy a saber mi razón en este
mundo y la única forma de averiguarlo es ir con el Oráculo de Delfos, adentrándome
en el peligroso bosque donde no se sabe qué criaturas me puedo llegar a encontrar…
Cada segundo que llevo en el bosque la niebla empeora hasta el punto de no poder
ver adónde voy. Ya cansado y apunto de rendirme, escucho una voz y veo un
resplandor que me llama…. ”Edipo por acá, ¡Vamos! No hay mucho tiempo”. Al no
tener otra alternativa adónde ir decidí seguir el resplandor.
Cada vez que avanzaba podía visualizar una casa y me preguntaba si podía ser esa la
casa del Oráculo. Al llegar, me encontré a una mujer mayor con un pañuelo en la
cabeza, decaída para hablar, y me dijo: “Siéntate y dime tu pregunta”. Intrigado, le
pregunté que me esperaba en mi futuro y con su bola de cristal me pudo llegar a
visualizar a mí, asesinando a mi padre. No puedo ni siquiera pensar en hacerle algo
como eso…. Por lo que decidí irme y hacer lo posible por evitar ese atroz futuro.
Nahuel Argumedo

Luego de haberme enterado sobre muchos rumores, sobre mi pasado y gente muy
importante, he decidido ir en busca de mi destino, ya que mis dudas son muy
grandes. Por fin ha llegado el viaje de mi procedencia al Oráculo de Delfos. Un
camino temeroso que contiene sus riesgos.
Al día siguiente emprendo mi viaje a aquel Templo el cual estaba ubicado en una
montaña, con un aspecto muy terrorífico. Mi llegada al Templo, no ha sido para
nada fácil… Al llegar discretamente observo con mucho cuidado una casa, parecía
abandonada. Me acerco cuidadosamente, y escucho una voz de fondo. Al instante
pensé que era el Oráculo y le comenté mi gran duda. Éste me dijo: “Tu destino es
asesinar a tu padre. Y ser el próximo Rey”. Al escuchar esas palabras, me quedé con
una gran duda, de decirle ¿Por qué?
Pero había sido ya demasiado tarde. El Oráculo desapareció en un polvo fugaz
dirigido al cielo. Con una gran decepción, escogí alejarme de mi familia un rato o
quizás... Para siempre.
Fabricio Pesce

20 de septiembre
Un día empecé a sospechar que mis padres no eran en verdad mis verdaderos
padres. Entonces decidí ir a visitar al Oráculo de Delfos para saber mi verdadera
identidad, quién era y de dónde venía. Entonces empecé mi rumbo.
Sabía que esto me iba a llevar todo el día así que agarré algo de provisiones, agua y
arranqué a la mañana. A las 8 a.m puse la alarma, me desperté, desayuné algo,
preparé todo y a eso de las 10 a.m salí de mi casa. Para llegar tenía que hacer 10 km
y después subir una montaña no muy alta pero costaba subirla ya que no había
ninguna escalera ni nada y para eso no tenía que estar muy cansado.
Entonces, agarré para el lado de la costa para luego llegar a la ruta. En el camino,
me crucé a un par de conocidos pero a ninguno le dije adónde iba. Nada más yo
sabía, no quería que nadie se enterara.
Cuando termine de recorrer esos 10 km nada más me faltaba escalar la montaña,
entonces empecé a escalar hasta que por fin llegue a la casa. Parecía abandonada
hasta que decidí entrar y el Oráculo me dijo que mi padre no era mi verdadero
padre y que por situaciones muy remotas las cosas se dieron así…
Nahuel Salomón

24 de septiembre
“No fue lo que esperaba”
Recuerdo cuando me adentraba hacia el Oráculo de Delfos para saber mi futuro. El
Oráculo se encontraba en la montaña de la isla Morlack. La isla estaba dominada
por Atenea la diosa de la sabiduría y la razón, quien a cada persona que quisiera ir
al Oráculo, le planteaba un desafío psicológico o físico. A mí por desgracia me tocó
tener que subir toda la montaña sin calzado, debido a que todas las rocas eran
afiladas y puntiagudas. Recuerdo ese dolor como si fuera ayer el día que escalé.
Completando el desafío pude consultarle al Oráculo, quien era una mujer sin ojos
que me dijo al llegar: “Joven Edipo ¿Qué haces por aquí y qué quieres saber? Yo
sorprendido de cómo era que sabía mi nombre le respondí: “No son asuntos tuyos
saber por qué estoy aquí”. “Entonces si no son mis asuntos ¿Qué haces aquí?” me
respondió. Tuve que contarle toda mi historia.
Ella me preguntó “¿Estás seguro que quieres saber tu futuro?” Yo un poco asustado
le dije: “SI!”. Al verlo ella se sorprendió y con pena me contó las desgracias de mi
vida. Asustado me fui a tierras inexploradas tratando de evitar lo imposible…
Gabriel Maguna

Sección III
Nadie es una isla, completo en sí mismo; cada
hombre es un pedazo de continente, una parte de la
tierra (…)
(John Donne, Por quién doblan las campanas)

25 de septiembre
El día en que llegué al Oráculo, sabía que mi vida cambiaría. Estaba yendo hacia el
Oráculo para descubrir mi futuro ya que sospechaba sobre mi origen. Llegué a la
montaña donde se encontraba el lugar. Empecé a escalar, llovía, era muy difícil.
Cuando llegué a la cima era angosta, chiquita, un lugar sombrío y tenebroso. En el
centro había una fogata a la que la cubría un techo de ramas y barro. Ahí estaba el
Oráculo; tres brujas espantosas con un solo ojo para ellas, se peleaban por él, era su
única manera de ver. Me dijeron que si no les daba oro me matarían y comerían.
Por suerte traía conmigo el dinero, se los di y me dijeron lo siguiente: “Matarás a tu
padre y luego desposarás a tu madre.” Entonces me fui a Corinto para huir del
destino, pero eso era imposible.
En el camino hacia Tebas me encontré con el rey Layo, mi padre, en ese entonces no
lo sabía, discutí y lo mate. Luego, me encontré con la Esfinge, un monstruo que
daba la muerte a todo aquel que no pudiera resolver su acertijo, atormentando al
reino de Tebas. Me preguntó cuál era el ser vivo que caminaba con cuatro patas al
alba, con dos al mediodía, y en tres al atardecer. Respondí correctamente y la
Esfinge, furiosa, se suicidó.
Entonces me nombraron Rey de Tebas y me casé con Yocasta, mi madre, tampoco
lo sabía. Con ella tuve cuatro hijos, Polinices, Eteocles, Ismene y Antígona. Pero una
terrible plaga se desató sobre la ciudad, ya que el asesino de Layo no había pagado
por su crimen y contaminaba con su presencia a toda la ciudad. Emprendí
averiguaciones para descubrir al culpable, y gracias al adivino Tiresias descifré la
verdad: yo mismo era hijo de Yocasta y Layo y el asesino que buscaba.
Ignacio Nocita

Metageitnion - 251 E.C
Esta semana fue muy dura para mí. Al enterarme que mis padres no son
mis verdaderos padres me preparé mis cosas para ir al Oráculo de Delfos e
iniciar el largo viaje de tres días. Ya que queda a unos 100 kilómetros de
aquí, todo este año estuve preparando este viaje, ya que los guardias del
Oráculo te piden 80 Talentos para entrar.
Al iniciar mi recorrida al Oráculo de Delfos, tuve que cruzar un misterioso
bosque, el bosque del robledal de Dodona. Fue un gran avance para mí, ya
que desde chico le tengo miedo a cruzar esta clase de bosques solo, pero
como mencioné antes me tuve que preparar con mucho tiempo de
anticipación para este viaje ya que lo tenía que hacer yo solo.

Luego, me topé con un gran río que luego me dijeron que se llama
Éufrates. Así que me armé de fuerzas para cruzar este increíble rio y armé
una gran balsa para cruzarlo.
Después, tuve que caminar con esa balsa durante unos 5 kilómetros, ya que sabía
que me tendría que enfrentar con otro río poderoso, el Rio Tigris, habitado por
grandes bestias debajo de sus aguas. Así que volví a reforzar la balsa para ese arduo
viaje. Luego, dejé la balsa allí en la orilla del río para la vuelta del viaje, y tuve que
caminar los últimos 20 kilómetros rumbo al Oráculo. Me costaron mucho ya que
estaba cansado y me quedaban pocos alimentos.

Al llegar al Oráculo, le di los 80 talentos a los guardias y le pregunté a aquel por
qué me habían adoptado mis padres postizos, y qué pasaría en el futuro. Bajo una
radical llama de fuego que tenía el Oráculo en sus alturas, los dioses me contestaron
que esos muchachos que me habían concebido como padres me apreciaban mucho y
que en el futuro cometería una locura. Descansé un día en Delfos, recuperé mis
fuerzas, y preparé alimentos para emprender mi viaje de regreso a mi ciudad natal.
Enzo Auriemma

29 de septiembre
En este día, atormentado por el trágico presagio que el Oráculo de Delfos me ha
dado, he decidido alejarme de mi tierra natal Corinto y de mis padres para estar
seguro de que ese destino cruel del que me advirtieron no suceda nunca. Por este
motivo viajaré a la ciudad de Tebas donde espero encontrar una buena vida con la
ayuda de los dioses. Para desgracia de algunos, me he cruzado en mi viaje a Tebas,
cerca de la región de Fócide, con un viajero en su carro. Este hombre ya mayor
estaba muy bien vestido pero era arrogante y maleducado; con él tuve una discusión
de mala manera y le di muerte con mi cuchillo.
A no menos de un día de llegar a la ciudad, en mi camino se ha cruzado un terrible
monstruo que ronda estos lugares y trae consigo destrucción y malos augurios. La
Esfinge que daba muerte a cualquiera que no pudiera resolver sus acertijos me
sorprendió por la tarde. Era del tamaño de un gran perro, con alas y patas de león,
sin mencionar sus garras temibles y su
rostro pálido. Ella se posó sobre una piedra
y aclaró su voz para luego hacerme una
difícil pregunta en forma de acertijo, la cual
me tomó varios minutos responder. Cuando
la Esfinge escuchó mi respuesta quedó
paralizada. Luego, dio un horrible grito y
salió volando para arrojarse por el
acantilado. Al llegar a la ciudad todos
comentaban sobre el hecho de que había
dado muerte a la Esfinge, por lo que me trataban como un salvador y me coronaron
Rey de Tebas. También, desposé a la viuda del anterior Rey fallecido, a Yocasta y la
hice mi mujer.
Facundo Llorente

5 de octubre
Después de enterarme que a Layo lo habían matado me sentía perdido, preocupado,
quería saber dónde había sido. Según decían, en una encrucijada de caminos. Decían
que el crimen había sido tiempo antes de mi gobierno, yo solo quería saber el
aspecto de Layo y su edad.
Un criado que se salvó contó los hechos y fue grande mi interés por conocerlo y
hablar con él, terminando este interrogatorio informándome que yo, Edipo, era hijo
del hombre asesinado.
Imanol Ríos

30 de septiembre
Después de escuchar las palabras del Oráculo me di cuenta de lo que significaba y
decidí escapar para que no pasara. Seguí por un camino hasta un bosque que estaba
habitado por monstruos.
Entré al bosque donde estaba muy oscuro y no se escuchaba ningún sonido, de
repente vi algo levantarse: era un león de dos cabezas. Me escondí en los arbustos y
me moví en silencio pero cuando estaba a punto de escapar rompí una rama y el
sonido se escucho en todo el bosque. Corrí como un loco mientras me perseguían y
me resbalé. Caí en un río donde había una serpiente ciega que estaba comiéndose a
un animal. Pude escapar sin hacer ruido y ver que la salida estaba a varios días de
camino. Sabía que llegar a la salida era peligroso así que tomé una rama y una roca,
me hice una lanza. Continúe con mi viaje y vi una estatua con un jarrón y una nota.

Leí lo que decía y el jarrón se prendió fuego. De ahí apareció un ave gigante dorada.
Me dejó subirme a su lomo, me llevo súper rápido a la salida. Una vez que llegamos
ahí, cuando bajé del ave vi a un hombre con una lanza. Aquel la lanzó y atravesó el
corazón del ave. Tomé su propia lanza y lo atravesé con ella. Luego lo enterré y me
dirigí al camino que llevaba a Tebas…
Nahuel Pagnutti

Esta antología fue realizada entre septiembre y octubre del año 2015 por
los alumnos de 4to 5ta de la E.E.S.T. N° 3 en la ciudad de Mar del Plata.

Antología "Edipo: Un viaje inesperado" (E.E.S.T N° 3)

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