Este documento describe las oleadas revolucionarias liberales y nacionalistas en Europa durante los siglos XIX y XX. Resume las revoluciones liberales de 1820, 1830 y 1848 que llevaron a los liberales al poder en algunos estados europeos. También describe las unificaciones de Italia y Alemania impulsadas por los movimientos nacionalistas y logradas a través de la fuerza militar de los estados de Piamonte y Prusia, respectivamente.
El liberalismo y las revoluciones del siglo XIX en Europa
1. El liberalismo y oleadas
revolucionarias
• El liberalismo creía en el
reconocimiento de los derechos
naturales de la ciudadanía: La
libertad política, economía e
ideología; la propiedad que
incluía la disposición de los
bienes y la abolición de la
propiedad vinculada nobiliaria y
eclesiástica; la igualdad ante la
ley, suprimiendo los privilegios.
Para aplicar estos derechos, se
requería la soberanía nacional,
expresada a través de la
elección de representantes
mediante el voto y la división de
poderes.
2. La evolución y extensión del
liberalismo en Europa.
• Las revoluciones de 1820: el
liberalismo en Europa.
La represión ejercida tras la
Restauración hizo del liberalismo una
ideología subversiva que se movió en
la clandestinidad y operó mediante
sociedades secretas. En la década de
1820, los liberales protagonizaron
levantamientos antiabsolutistas en,
España, Portugal, Nápoles y Piamonte,
que fracasaron y terminaron con el
restablecimiento del absolutismo. Solo
Grecia, que en 1821 se rebeló contra la
dominación turca, alcanzó su
independencia en 1830.
3. • Las revoluciones de 1830: el
liberalismo en el poder.
Las revoluciones de 1830 llevaron a los
liberales al poder en muchos estados de
Europa occidental. Así, Francia destituyó
a Carlos X e implanto una monarquía
constitucional bajo Luis Felipe de
Orléans; Bélgica se independizo de
Holanda a la que había sido unida en el
Congreso de Viena e impuso un sistema
liberal y España y Portugal establecieron
gobiernos liberales. Una vez en el poder ,
el liberalismo se hizo conservador. En
consecuencia, limitó los derechos y
libertades e implantó un sufragio de tipo
censitario. Se excluía así del gobierno a
los grupos populares. El argumento era
de la nación soberana estaba formada
solo por los ciudadanos interesados en
defenderla, por gozar de cierto poder
económico. Estos fueron, pues, los
únicos que tenían derecho al voto.
·
4. • Las revoluciones de 1848: la
democracia frente al liberalismo
conservador.
Las revoluciones de 1848 se
iniciaron en Francia, donde Luis
Felipe se vio obligado a abandonar
el trono y se proclamó la Segunda
República. Otros estados pasaron
también por oleadas
revolucionarias, como Prusia,
Austria-Hungría, la Confederación
Germánica y algunos estados
italianos como Nápoles o Venecia.
En todos ellos, las revoluciones
trabajadoras exigieron más
democracia, resumida en más
derechos soberanía popular,
sufragio universal masculino,
igualdad social y mejoras sociales.
El temor al radicalismo de los
trabajadores asustó a los
burgueses, que reprimieron las
revoluciones e implantaron un
liberalismo conservador.
5. Las consecuencias de las
revoluciones.
• A mediados del siglo XIX las ideas liberales se habían
impuesto en la mayoría de los países de Europa
occidental; la servidumbre se había abolido en gran parte
de los países de Europa central y oriental, y se habían
abierto las puertas a nuevos ideales democráticos, que
acabarán extendiéndose en la segunda mitad del siglo XIX.
6. El nacionalismo. Las unificaciones de
Italia y Alemania.
• El nacionalismo es una ideología política que
considera que la unidad fundamental de la vida de
las personas es la nación, entendida como
comunidad dotada de rasgos propios que
provienen de una historia, una lengua o una
cultura comunes.
• El objetivos del nacionalismo es que cada nación
tenga un Estado propio, lo que quiere decir es que
forme una entidad soberana con capacidad de
autogobierno. Por lo cual reclama los Estados-
nación, es decir, que las fronteras de las naciones
coincidan con las de los estados.
7. La revolución y la extensión del
nacionalismo.
· Los movimientos nacionalistas del siglo XIX surgieron en
los lugares donde existía un desajuste entre las naciones y
los fronteras políticas:
- Los movimientos nacionalistas independentistas:
Lucharon por separar a la nación de un poder extranjero o de un Estado
plurinacional. Los más importantes afectaron a Grecia, que consiguió
separarse del imperio turco(1820-1830) y a Bélgica que se escindió del reino de
los Países Bajos(1830-1839). En cambio en Irlanda, anexionada a Gran bretaña
en el siglo XIX el nacionalismo no logró sus objetivos.
-Los movimientos nacionalistas:
Lucharon para unificar a una nación separada en un solo Estado. Los más
destacados fueron los de Italia y Alemania. Ambas unificaciones las
protagonizó el estado más desarrollado, Piamonte en Italia y Prusia en
Alemania y se lograron por las armas.
8. La unificación de Italia
• Italia estaba dividida en siete estados, alguno de los cuales
se encontraba bajo dominio extranjero, como el reino de
Lombardo-Véneto que pertenecía al imperio austriático. La
unificación fue dirigida por el reino de Piamonte-Cerdeña
bajo el rey Víctor Manuel II y su primer ministro Camillo
Benso, conde de Carvour, que contaron con la ayuda del
revolucionario Giuseppe Garibaldi.
• El proceso atravesó por varias etapas. Entre 1859 y 1860
Víctor Manuel II incorporó Lombardía, luchando contra
Austria, tras lo cual, los territorios centrales de Italia se
reunieron Piamonte; mientras, el ejercito de “los mil
camisas rojas” del revolucionario Garibaldi conquistaba
los territorios del sur. Tras ello, en 1861 se proclamó el
reino de Italia. La unidad se completó con la anexión de
Venecia y la conquista de los Estados Pontificitos.
9. La unificación de Alemania
• Alemania formaba la llamada Confederación
Germánica, integrada por 39 estados entre
los que se incluía Austria. La unificación fue
dirigida por el reino de Prusia, bajo
Guillermo I y su canciller Otto Von
Bismarck.
• Se dividió en dos etapas, la primera, Prusia
se enfrentó con Austria y en la segunda con
Francia.
10. Prusia se enfrentó con Austria
• En 1866 Prusia se enfrentó con Austria,
cuya derrota en Sadowa permitió la
unificación de los estados alemanes
del norte.
11. Prusia se enfrentó con Francia
• Después luchó contra Francia para
lograr la unificación de los estados
alemanes del sur. La derrota francesa
en la batalla de Sedán, supuso para
esta la perdida de los territorios de
Alsacia y Lorena y para Alemania, el
inicio del II Reich o imperio alemán.
12. • La joven Alemania se dotó de un
constitución, que establecía el sufragio
universal masculino, y un sistema político
federal, donde los estados mantenían
amplias competencias. El imperio alemán se
convertía así en el estado más fuerte de
Europa y Bismarck en el director de las
relaciones internacionales.