2. En 1947, tras el estallido de la violencia por
grupos militantes judíos y árabes y ante la
imposibilidad de conciliar a ambas poblaciones,
el gobierno británico decidió retirarse de
Palestina y puso en manos de la ONU la
resolución del conflicto. Tras el informe de la
comisión Peel, una comisión internacional que
evaluó la situación sobre el terreno, la Asamblea
General de las Naciones Unidas aprobó el 29 de
noviembre de 1947 un plan que dividía a
Palestina en dos Estados, dando a los árabes y a
los judíos una extensión similar de terreno (un
48,7%, unos 11.500 km², para el Estado árabe; y
un 53,6%, unos 14.100 km², para el Estado judío,
que incluía el desierto del Néguev, un 45% de la
superficie del país).
3. Un 2,7% del territorio (700 km²) en
torno a las ciudades de Jerusalén y
Belén fue considerado corpus
separatum y sería administrado por
las Naciones Unidas. La ONU no
adoptó ninguna disposición para
ejecutar el Plan y, apenas dos
semanas después, en una reunión
pública celebrada el 17 diciembre,
la Liga Árabe aprobó otra
resolución que rechazaba de forma
taxativa la de la ONU y en la que
advertía que, para evitar la
ejecución del plan de la ONU,
emplearía todos los medios a su
alcance, incluyendo la intervención
armada
4. El 14 de mayo de 1948, horas antes de que expirase el
Mandato británico sobre Palestina, el Estado de Israel fue
proclamado en el territorio otorgado por el plan de las
Naciones Unidas, aboliendo como primera medida las leyes
antiinmigratorias británicas que impedían desde hacía años
la entrada legal de nuevos judíos a Palestina.
No hubo ningún intento por parte de la ONU de evitar la
intervención armada que había proclamado la Liga Árabe
meses atrás y, al día siguiente de la declaración de
independencia, los cinco países árabes vecinos declararon
la guerra al naciente Estado de Israel y trataron de
invadirlo. En la guerra intermitente que tuvo lugar durante
los siguientes 15 meses (con varias treguas promovidas por
la ONU), Israel conquistó un 26% de terreno adicional al del
antiguo mandato, mientras que Transjordania ocupó las
áreas de Judea y Samaria, actualmente conocidas como
Cisjordania, y Egipto ocupó el territorio correspondiente a
la actual Franja de Gaza.
5. Al término de la guerra, una población árabe
estimada por la ONU en unas 711.000 personas
se vio privada de sus hogares en las zonas
controladas por Israel. Según la terminología de
la propia ONU, solo un tercio son técnicamente
«refugiados», aquellos que encontraron acogida
en los países árabes vecinos; el resto, los que se
instalaron en la Franja de Gaza y
Cisjordania, son «desplazados» dentro del propio
país. Por la otra parte, un número significativo
de judíos quedaron en territorio árabe y fueron
igualmente expulsados, incluidas algunas
comunidades judías establecidas en Palestina
desde antiguo, entre las que sobresale la de
Jerusalén Este.
6. La inmigración de los supervivientes del Holocausto y
la de los refugiados judíos que habitaban en países
árabes, en algunos casos desde antes de la
arabización e islamización, duplicó la población judía
en Israel al año de haberse declarado la
independencia del país. Durante la década siguiente
aproximadamente 600.000 judíos orientales, una
cifra equivalente a la de refugiados
palestinos, huyeron o fueron expulsados de territorios
árabes, en los que algunas comunidades judías
llevaban viviendo desde hacía casi 2.000 años, y se
refugiaron en Israel (adicionalmente unos 300.000
judíos emigraron a Francia y a los Estados
Unidos, quedando una ínfima población judía en los
países árabes, principalmente en Marruecos y
Túnez).38 En total unos 900.000 judíos se
convirtieron en los "otros refugiados" que se
menciona en la resolución 242 de la ONU).
7. La guerra del Sinaí se desencadenó a raíz de la
nacionalización del canal de Suez por parte de
Egipto y a los ataques de fedayines que sufría
Israel. Francia y Reino Unido establecieron una
alianza militar secreta con Israel, y atacaron por
sorpresa y de forma coordinada a Egipto,
desmantelando por completo el ejército egipcio
y aniquilando su fuerza aérea. En solo una
semana, Israel conquistó la península del Sinaí al
completo, incluyendo zonas estratégicas, como
Sharm el-Sheij, que es clave para el acceso al
estrecho de Tirán y el golfo de Akaba,
fundamental para liberar la salida al mar desde
el puerto israelí de Eilat.
8. Si los objetivos de Israel fueron todo un éxito militar,
para Francia y Reino Unido fue totalmente lo
contrario; últimos fracasos de las antiguas potencias
colonialistas en declive.
La guerra del Sinaí representó una derrota militar
para Egipto, pero una victoria moral y política. La
presión diplomática conjunta de los Estados Unidos y
de la Unión Soviética, insólitamente de acuerdo
frente a la sorpresiva maniobra de Londres y París
que pretendían recuperar el canal de Suez, obligó a
Israel a retirarse de la península del Sinaí y de la
Franja de Gaza, es decir, tuvo que regresar a la
situación pre-bélica que le había llevado a conquistar
60.000 kilómetros cuadrados en solo una semana.
9. Tras el alto el fuego
decretado por la
ONU, Egipto aceptó la
fuerza de
interposición de la
ONU en la frontera
(UNEF, una «Fuerza
de Emergencia»
creada al
efecto), para
mantener la
desmilitarización de
la región y evitar los
incidentes
fronterizos.
10. A Israel le costó renunciar a las enormes conquistas
obtenidas en esta guerra relámpago, pero a cambio
de la retirada logró que la frontera con Egipto
quedase protegida de infiltraciones
guerrilleras, gracias al despliegue de la fuerza
multinacional, y ganó con ello nueve años de
tranquilidad.
Las consecuencias de la guerra de 1956 dejaron a la
región en una situación inestable, con una aparente
paz fronteriza (aunque los Estados árabes seguían sin
reconocer a Israel), pero con un ascenso del
nasserismo panárabe que tiene a la causa palestina
como elemento movilizador. Siria, alineada con el
bloque soviético, comenzó a patrocinar asaltos
terroristas en Israel a principios de los años
1960, como parte de su «guerra de liberación», con
el propósito de desviar la atención de la oposición
doméstica a la dictadura baazista.
11. El Estado de Israel limita con Líbano en el norte, frontera
reconocida oficialmente por la ONU tras la retirada israelí
del sur de dicho país; con Jordania al este y con Egipto al
sur, ambas fronteras reconocidas a partir de los acuerdos
de paz firmados con ambos países.
Israel aún no ha fijado sus fronteras con Siria ni con la
Autoridad Palestina en la zona de Cisjordania, aunque en
este sentido la comunidad internacional suele considerar
como frontera la Línea Verde, la línea de armisticio entre
Israel y sus vecinos árabes que funcionó como frontera de
facto hasta la Guerra de los Seis Días. Israel también
mantiene grandes bloques de asentamientos próximos a
dicha línea e incluso más allá, especialmente en torno a
Jerusalén Este y el Bloque Etzión, y en la ciudad de Ariel
en Cisjordania. En septiembre de 2005, Israel culminó su
retirada unilateral de la Franja de Gaza hasta la «Línea
Verde».