1. Semana del 27 al 31 de enero.
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En un pequeño rincón del planeta, el único rincón que los seres humanos del
pasado no lograron destruir completamente, se encontraba virgen una pequeña
porción del anteriormente conocido ‘‘Amazonas’’.
Los pocos sobrevivientes de la catástrofe habían logrado sobrevivir gracias a las
constantes lluvias que se extendían por todo el continente americano. Pequeñas
cuevas formadas gracias a las esquirlas del oooyy eran los lugares ideales para
dormir y protegerse del frío y fuerte viento que las acompañaba.
Todos los sobrevivientes vivían cerca uno del otro, compartían el poco alimento
que se encontraba en la superficie terrestre, pescaban peces que flotaban
moribundos a lo largo del río amazonas, se defendían entre todos y formaban una
gran familia. Todos estaban a la expectativa y ansiosos por el llamado de la
presidenta chulia que se suponía haría desde su nave interespacial.
La presidenta era la dueña del planeta donde todo fue próspero una vez. Ella
controlaba todo y a todos. Anunció cuatro horas antes de la catástrofe que si
sobrevivía alguno de los seres sobre la faz de la tierra ella lo acogería en su nave
y lo ayudaría a reconstruir su vida en el planeta escogido para habitar. Linwheitry,
estaba ubicado a 7.000 años luz del planeta Tierra y presentaba las condiciones
óptimas para ser habitado.
El llamado se debió haber hecho desde el cuarto día desde la catástrofe, pero
ahora, tres meses después no había señales en el cielo de la presencia de la
presidenta.
Durante esos tres meses, los sobrevivientes habían adoptado la vida hostil del
planeta Tierra destruido.
Pasados los 92 días de soledad y sufrimiento. Una luz brilló en el cielo de medio
día. Una luz de color morado que llenaba la atmósfera de la tierra. Una voz, una
muy conocida por los sobrevivientes, habló desde el cielo. La presidente chulua
Les indicó que se situaran en una zona despejada de árboles para ser recogidos.
Los sobrevivientes siguieron al pie de la letra sus indicaciones, dichosos de no
encontrarse solos en ese lugar. Todos siguieron el camino y se encontraron con 5
sobrevivientes más tripulando la nave interespacial.
Al ascender en la nave se encontraron con la presidenta. Ella cortésmente les
ofreció la mano y les hizo pasar a una sala amplia que había en el ala izquierda de
la nave. Allí los sobrevivientes encontraron un festín de comida y ropa. Meses sin
ver algo así hicieron que los estómagos de los sobrevivientes vibraran al ver las
delicias que en la mesa se posaban.
Luego de la ostentosa comida, la presidenta estaba ansiosa por escuchar las
historias y experiencias de todos los sobrevivientes. Pero ellos querían conocer a
sus nuevos integrantes, los 5 que habían llegado en el momento de abordar la
nave.
Viendo esta necesidad la presidenta les dio espacio para conocerse y hablar. Ellos
fascinados por la belleza de la nave y su comodidad decidieron descansar antes
de comenzar a hablar. Durmieron unas cuantas horas. Despertaron y comenzaron
la misión de conocerse los unos a los otros.