Oskar escribe una carta a Grace expresando lo especial que es cada día que pasa con ella y lo mucho que desea pasar más tiempo conversando en lugar de trabajando. Cada mañana lo primero que piensa es en Grace, encontró en ella un tesoro maravilloso que desea conservar para siempre. Oskar desea escuchar la voz y la sonrisa de Grace porque se convertirían en su melodía preferida.