La canción describe las confesiones de una persona que se siente diferente a los demás y no se identifica con las masas. Se basa en cuatro acordes musicales y expresa remordimientos y pensamientos poco convencionales sobre temas como la justicia, la economía y los símbolos nacionales. Al final, acepta que es incapaz de cambiar y seguirá siendo un rebelde hasta el final.
1. Confesiones a cuatro acordes
(Esta canción, como su propio nombre indica, se basa en cuatro acordes:
Solm - Dom - La# - Re)
Remordimientos nublan mi cabeza,
me quiero confesar,
pero no soy muy dado a acudir a la iglesia,
así que, si vas a escuchar
disponte de Cura y limpia tus orejas,
no debes revelar
lo que para otros no es una sorpresa,
pues llevan el mismo pesar...
Yo no lo puedo evitar,
si veo al madero correr tras el caco
me alegra que no le consiga alcanzar.
No, no se puede explicar,
¿Por qué me divierte ver la economía
viajar en un barco rumbo a naufragar?
(Aquí se produce una variante en la sucesión de un acorde al siguiente, Solm y La# se
mantienen un poco más tiempo que en las estrofas anteriores)
No me interesa que en España se haya ganado el mundial,
las banderas me dan asco, las ovejas me dan pena,
yo no siento representatividad.
Sé que en gran medida esto a muchos no les debe de agradar,
pero a mí el 12 de Octubre me parece una blasfemia
que jamás me ha convenido celebrar
(Aquí se produce una variación en la velocidad de cambio de los acordes, cada acorde
se toca en la mitad de tiempo que en las anteriores estrofas)
Soy como una línea que destroza
el paralelismo de la masa,
soy como la corriente de un río
que se mueve en dirección contraria,
soy como una ola que se rompe
frente al horizonte y no en la playa.
(Aquí se recupera el toque tal y como era al comienzo)
No, no sé porque será,
condenado a vagar por caminos
que nadie a querido pisar,
Si, pero a mi me da igual,
vagaré con otros muchos perros
que jamás dejarán de ladrar,
No, no lo puedo evitar,
soy así, he sido así, seré así
hasta el día del juicio final.