El coronel comprueba que queda muy poco café en el tarro y aprovecha hasta la última parte raspando el interior. Mientras espera que hierva la infusión, el coronel se siente extraño con sensaciones estomacales. A pesar de su estado de sopor y haber sufrido una crisis de asma, la mujer del coronel se incorpora para recibir la taza de café que su marido le lleva. Después de terminar el café, el coronel abre la ventana.

1. Ordena estos fragmentos para conseguir un texto con sentido:
1. Eran las siete y veinte cuando acabó de dar cuerda al reloj.
2. El coronel destapó el tarro del café y comprobó que no había más de
una cucharadita.
3. La mujer siguió sorbiendo el café en las pausas de su respiración
pedregosa.
4. Con un cuchillo raspó el interior del tarro sobre la olla hasta cuando se
desprendieron las últimas raspaduras del polvo de café revueltas con
óxido de lata.
5. Después de llevar la taza a la cocina, el coronel dio cuerda en la sala a
un reloj de péndulo.
6. Mientras esperaba a que hirviera la infusión, el coronel experimentó la
sensación de que nacían hongos y lirios venenosos en sus tripas.
7. Su esposa levantó el mosquitero cuando lo vio entrar al dormitorio con el
café.
8. Esa noche había sufrido una crisis de asma y ahora atravesaba por un
estado de sopor.
9. Pero se incorporó para recibir la taza.
10.Cuando terminó el café, su marido abrió la ventana.
Ordena estas ideas presentes en el texto:
1. El coronel comprueba que queda muy poco café.
2. El coronel aprovecha totalmente el café del tarro.
3. El coronel se siente extraño mientras espera que se prepare el café.
4. La mujer del coronel, a pesar de su indisposición, separa el mosquitero y
se incorpora para recibir la taza.
5. La mujer toma el café a sorbitos.
6. El coronel abre la ventana.
7. El coronel lleva la taza a la cocina y da cuerda al reloj.
8. A las siete y veinte, el coronel acaba de dar cuerda al reloj.
Gabriel García Márquez,
El coronel no tiene quien le escriba
(Adaptación)

2. Escribe el tipo de narrador de cada uno de los textos siguientes.
•Cuando salí a la brillante luz del sol desde la oscuridad del cine tenía sólo dos
cosas enla cabeza.
•El inspector de policía Ochumélov, con su capote nuevo y un hatillo en la
mano, cruza laplaza del mercado.
•Recordó todo lo que se habían dicho y que había hablado como con nadie en
el mundocon aquel hombre.
•Lo más increíble fue que mi estancia en aquel balcón duró menos de lo que
los geraniosy yo mismo creíamos.
•Cuando lo vi entrar en mi habitación, sin haber llamado a la puerta, como le
había enseñado mil veces, con sus ojos rasgados, no me pude enfadar.
•Confiada en su ligereza, la liebre dejó partir a la tortuga y se quedó
remoloneando.