2. Empecemos por lo fundamental:
● El disfraz no se compra, se lo hace uno. Se pueden comprar
complementos, faltaría más, pero, más allá del dinero
invertido, ¿qué merito tiene hacerse con una perfecta réplica
del traje de Batman?
● Los disfraces no son para ir “guapo”. Mal. Hay que ir hecho
un mamarracho, chocante, que la gente se ría al verte y te
señalen desde lejos.
3. ● Otro factor importante es la comodidad: hay disfraces
geniales pero más apropiados para un concurso de
máscaras que para moverse entre las bulliciosas y
atestadas calles.
● Por último, si el disfraz incluye referencias a la cultura
popular del momento o, aún mejor, algo de sátira social,
estamos hablando de un disfraz (o “tipo”) prácticamente
perfecto
Empecemos por lo fundamental: