La pascua conmemora la décima plaga en Egipto cuando Dios pasó por alto las casas de los israelitas marcadas con sangre de cordero, salvándolos de la muerte de sus primogénitos. Los israelitas debían comer el cordero pascual con panes sin levadura y hierbas amargas para recordar su liberación apresurada de la esclavitud en Egipto. Para la iglesia primitiva, la muerte de Cristo durante la Pascua fue muy significativa, ya que Él es nuestra Pascua y
1. Iglesia Refugio de Paz y Amor Rodolfo Fermín Maldonado 1
IGLESIA REFUGIO DE PAZ Y AMOR
LA PASCUA:
La pascua fue la primera de las tres fiestas anuales en la que se Se requería la presencia
de todos los hombres en el santuario (Ex. 23:14 17). El sustantivo Pesah se deriva del verbo
Pasah, “Pasar por alto” en el sentido de eximir o librar de algo (Ex.12:12,13). hebreos. (Ex. 23:15)
La pascua está asociada a la fiesta de los panes sin levadura (Hag Mamassot), la semana durante la
cual la levadura estaba rígidamente excluida de la dieta de los hebreos. (Ex. 23:15.
Históricamente la pascua está relacionada con la décima plaga: la muerte de los primogénitos en
Egipto. Israel fue instruido en el sentido de preparar un cordero para cada familia.
Debía untarse con sangre el dintel y los postes de la
puerta. (Ex.12:7). El símbolo de la sangre sería el
mejor seguro para cada casa así designada.
En el atardecer del día décimo cuarto de nisán
(Ábib), se sacrificaban los corderos pascuales.
Después de asarlos, se comían con panes sin
levadura y con hierbas amargas (Ex.12:8),
enfatizando la necesidad de una partida apresurada
y recordando a amarga esclavitud de Egipto.
(Dt.16:3).
La muerte de Cristo en el tiempo de Pascua fue
tenida como muy significativa por la iglesia primitiva.
Cristo es nuestra pascua. (1 cor.5:7), por el mandato
de no quebrar un hueso del cordero pascual
(Ex.12.46), confirmado por Juan cuando dijo:”No será
quebrado hueso suyo” (Jn.19:36). El cristiano debe
apartarse de la vieja levadura de malicia y de
maldad, y debe reemplazarla con panes sin levadura
de sinceridad y de verdad (1 Cor 5:8)