1. El beso tiene un rol fundamental en la pareja, forma
parte del juego sexual previo y es realmente necesario.

2. Los besos amorosos reviven la pasión, cuando la vida
sexual comienza a transformarse en algo mecánico y
monótono.

3. La mayoría no olvida su primer beso de amor y luego
continuará siendo el placentero preámbulo de futuras
relaciones.

4. Sin embargo, después de algunos años de relación, las
parejas dejan de besarse o por lo menos no se besan
como antes.

5. Puede que el beso, como manifestación erótica nunca
desaparezca del escenario de una pareja, y permanezca
formando parte del erotismo en la vejez, cuando la
genitalidad no sea el centro de la escena.

6. Pero también puede haber factores hormonales o
psicológicos que no favorecen la disposición a expresar
el afecto mediante esa práctica.

7. En la juventud existe una mayor necesidad de
acercamiento a la pareja, cuando no viven juntos y el
beso es la oportunidad de máxima proximidad que se
puede practicar en público.

8. En los adultos se va atenuando esa necesidad, pero los
motivos varían. Puede haber deterioro de la relación
de pareja, debido a exceso de trabajo, problemas
familiares, la crianza de los hijos, etc.

9. El beso expresa el deseo de unión con el otro, algo que
se perdió al nacer pero que siempre buscamos; nos
confirma que nos quieren, que somos importantes
para alguien, que estamos en su mente y nos hace
sentir protegidos.

10. El beso produce una sensación
de bienestar, libera la
hormona oxitocina que
interviene en las funciones
sexuales, el parto y el
amamantamiento. También
produce endorfinas, que son
neurotransmisores también
relacionados con el bienestar.

11. Los besos combaten el estrés, queman calorías, son
antidepresivos, elevan la inmunidad, rejuvenecen y son
estimulantes sexuales; razones más que suficientes
para empezar ya mismo a besar a nuestros seres
queridos.