Lo importante y original de W. James está no tanto en el planteamiento del problema de la psicología, como en los finos análisis introspectivos que ha llevado a cabo en la psicología general y en la de la religión. En estos análisis ha tratado de sorprender la actividad psíquica en su fluir vital, en sus palpitaciones, expresándonos de una manera figurada; que la actividad mental es algo vivo y fluyente, y no algo fijo y esquemático, es precisamente una afirmación capitalísima de su psicología y de gran influjo. En consecuencia de ello, ha tratado de exponer, con una brillante forma literaria, este fluir y palpitar del espíritu. En resumen: también el espíritu es vida, y es preciso sorprenderlo y seguirlo en este vivir.