La comunicación en familia es clave para el desarrollo intelectual y social de los niños, ya que les permite compartir ideas, información y actitudes e incrementar su vocabulario. Una buena comunicación familiar implica dedicar tiempo para hablar, enriquecer el lenguaje, pedir opiniones, mostrar interés, compartir experiencias, crear una red social y desarrollar habilidades como el liderazgo, la asertividad, la empatía y la escucha activa.