1. Discurso – Colación
Prof. Ing. Agr. Pedro González González – Rector de la UNA
Prof. Arq. Amado Franco Nacovi – Vice-Rector de la UNA
Prof. Dr. Antonio Rodríguez Rojas – Decano de la FCE
Prof. Dr. Vicente Renna Leguizamón – Vice-Decano de la FCE
Prof. Econ. Nilfa Melgarejo de Rojas – Directora de la Escuela de Economía
Prof. Dr. Adolfo Rodríguez Benítez y Prof. Econ. Pedro Benavente Muñoz – Padrinos de
Promoción.
Familiares y compañeros
Público en general.
Nos encontramos hoy reunidos para la celebración de una etapa muy importante en nuestras
vidas. Hoy tengo el HONOR de contar esta historia de graduación, esta historia que NO es
solamente mía y de mis compañeros; esta Historia que es MÁS que HISTORIA; es FAMILIA, es
AMISTAD, es UNIVERSIDAD y por sobre TODO que es COMPROMISO.
Parece que fue ayer nomás cuando pisábamos por primera vez las aulas de la facultad. Una
rara mezcla de ilusiones, esperanzas y miedos durante el curso probatorio de ingreso. Y
recuerdo también la desbordante alegría que nos invadió cuando supimos la noticia de que
habíamos ingresado y que formábamos ya parte de esta facultad.
Todos estos años de estudio, dedicación y esfuerzo, no solo nos sirvió para formamos en una
profesión, sino también nos sirvió para formarnos como personas con profundos valores y
conscientes de la responsabilidad que nos toca como universitarios. Ante todo esto, no nos
queda más que palabras de agradecimiento a todas las personas que nos han acompañando
en este proceso: a nuestras familias, compañeros, profesores y demás miembros de nuestra
querida FCE.
Hemos alcanzado un objetivo muy anhelado, debemos considerarnos privilegiados ya que
lastimosamente en nuestro país solo 5 de cada 100 niños que empiezan la primaria luego
terminan la educación terciaria. Sin embargo, el camino recién empieza. Ahora debemos dar
nuestros primeros pasos como profesionales comprometidos con la excelencia en el ejercicio
de nuestra profesión para el bien de la sociedad y también para emprender el camino de
continuar formándonos hacia metas académicas y profesionales más elevadas.
Debemos ser conscientes de lo que representa ser un profesional de la UNA. Debemos tener
siempre presente que nuestros estudios han sido financiados en su mayor parte por la
sociedad paraguaya, razón por la cual debemos de retribuir a la sociedad con el ejercicio
2. diligente y honrado de nuestra profesión, buscando ser agentes generadores de cambio y
promoción del desarrollo de la sociedad paraguaya.
Compañeros y profesionales en general: Paraguay nos necesita a todos/as. Un Paraguay mejor
es posible, la decisión está en nuestras manos. Ya debemos dejar de creer que vendrá un
mesías todopoderoso que nos solucionará todos nuestros problemas de la noche a la mañana.
Debemos entender que somos todos y cada uno de nosotros los que día a día decidimos el
destino de nuestro país.
Debemos reconocer que el país ha logrado una admirable estabilidad macroeconómica, hemos
logrado un nivel promedio de crecimiento económico de alrededor del 5% en los últimos años.
Pero existe la gran responsabilidad ahora de seguir avanzando haciendo que a estas
condiciones macro se sume la reducción de la pobreza y el mejoramiento de las condiciones y
oportunidades de empleo. El 25% de la población económicamente activa se encuentra con
problemas de empleo, esto es, o no tiene trabajo o si lo tiene, se encuentra sub-empleado.
Debemos fortalecer nuestras estructuras productivas dotando de mayor valor agregado a
nuestra producción, y creando nuestros sectores de desarrollo más avanzados que lo puede
proporcionar sólo el sector primario.
Es imperiosa la creación de mayor infraestructura para la producción, pero más imperioso aún
es mejoramiento en el funcionamiento de las instituciones y el respeto al medio ambiente. De
las 8 millones de hectáreas de bosque nativo que existían en 1945, hoy solo quedan 1.600.000
hectáreas.
Estas cuestiones no se solucionarán de la noche a la mañana, ni en un par de años. Debemos
trabajar en generar acuerdos a largo plazo que ataquen el problema de fondo. En este sentido
considero vital la apuesta a la educación, investigación y formación científica. Existen
ejemplos, como Japón y Corea del Sur que hace 50 años eran más pobre que la mayoría de los
países latinoamericanos. Sin embargo, la situación hoy es muy distinta.
Es larga la tarea pendiente para el desarrollo económico, para que éste sea suficiente para ésta
y las próximas generaciones. Sinceramente creo que si no aplicamos el ejemplo de los países
asiáticos nunca nos desarrollaremos. Creo en el principio científico del 10-0 que estos países
emplearon para el enorme e inimaginable desarrollo económico que experimentaron en la
post-guerra. Este principio es muy simple: quisieron ser los mejores productores de cámara
fotográfica del mundo, fueron entonces a Baviera, Alemania, y el estándar de excelencia y
eficiencia productiva de Alemania fue el punto de partida para la producción de cámaras
fotográficas del Japón. Hoy día, los japoneses son productores de las mejores cámaras
fotográficas del mundo. Quisieron hacer el mejor acero del mundo. Fueron a Pittsburgh,
EE.UU., que cuándo entonces hacía el mejor acero del mundo, y ese estándar, ese 10 de los
americanos, fue el 0 japonés, el punto de partida, para que hoy Japón produzca con gran
eficiencia productiva el mejor acero del mundo. Este el principio científico que debemos
aprender y aplicar.
Si no aplicamos este principio en nuestro país, seguiremos teniendo estructuras productivas
incapaces de producir las oportunidades económicas que tanto anhelamos. Los cambios de
3. sistemas hacia ideologías que han demostrado su falsedad científica no producirán estas
transformaciones; sólo la aplicación diligente del esfuerzo denodado, la creación y la
innovación científica y tecnológica, en un marco de estabilidad y seriedad política, serán las
bases de la nueva economía necesaria para producir el desarrollo y el empleo deseado.
Para aplicar este gran principio transformador, debemos romper varios paradigmas
equivocados. El rezago educativo que experimentamos a nivel regional no tiene parangón, de
las 100 mejores universidades a nivel mundial ninguna es latinoamericana, esto a pesar que
Brasil y México figuran entre las 13 economías más grandes del mundo.
Nuestra preocupación aumenta cuando notamos que en el contexto regional nuestro país se
encuentra todavía más rezagado. La inversión per-cápita en educación en promedio en
América Latina es de $ 150 anuales, mientras que en Paraguay es sólo de $ 50.
Para luchar contra el rezago científico debemos imitar ejemplos como el de Chile que acaba de
crear un fondo de 6.000 millones de dólares para otorgar 6.500 becas anuales a graduados
universitarios para que hagan doctorados en las mejores universidades de Estado Unidos y
Europa. Podemos notar que ellos están aplicando el principio asiático.
La universidad, a través del estudio y la investigación científica, debe ser el motor principal
para la generación de conocimiento, de nuevos sectores productivos, y de mayor eficiencia.
El país nos necesita a todos, acudamos a su llamado. Convirtámonos todos en héroes de esta
Nación a través de nuestro trabajo diario, desde el lugar que nos toque estar.
MUCHAS GRACIAS
Econ. Diego Adolfo Legal Cañisá
Mejor Egresado de la Carrera de Economía
Promoción 2009