La teoría de campo propone que los anestésicos actúan alterando las propiedades físicas de las membranas celulares, lo que interfiere con la actividad neuronal. Los anestésicos disuelven en las membranas celulares y causan cambios en su fluidez y permeabilidad. Esto perturba la función de canales iónicos y receptores, lo que previene la generación y transmisión de impulsos nerviosos.