2. Erase una vez una pequeña hada, que vivía en un país muy muy lejano: Nunca Jamás. Nuestra pequeña hada, llamada Estela, tenía un problema: no era capaz de alegrar a un niño llamado Jorgito.
3. Estela tenía el don de alegrar a la gente, pero cuando se encontró con el pequeño Jorgito, le fue imposible sacarle una sonrisa. Estela se propuso como reto alegrar a este niño, ya que quería ver a todo el mundo feliz.
4. El país de Nunca Jamás era un lugar alegre, todo el mundo iba regalando sonrisas por las calles. Pero Jorgito desentonaba en este ambiente tan feliz...
5. Jorgito se dedicaba a ir todas las tardes al parque, aunque con otra finalidad distinta a la de los otros niños. Nuestro pequeño se pasaba las tardes viendo jugar a los niños de Nunca Jamás, con ojos melancólicos.
6. Este niño llevaba poco tiempo viviendo allí, y todos los días recordaba a sus antiguos amigos, les extrañaba y nadie se daba cuenta.
7. Cuando llegaba a su casa se dedicaba a ver las fotos de sus amigos, en silencio, en un rincón de su cuarto, sin llamar la atención de sus más allegados.
8. Un día, Estela decidió seguirle hasta su casa. Desde una ventana pudo ver al pobre niño en su rincón, como todas las tardes al volver del parque.
9. En este instante, decidió que no podía permitir que Jorgito siguiera triste, y habló con todos los niños de Nunca Jamás para encontrar una solución.
10. Cada niño propuso una cosa, unos decían que volviera a su antiguo hogar con sus amigos; otros no prestaban demasiada atención, y el ánimo de Estela empezaba a desvanecerse por momentos.
11. De repente, una niña pequeña, con ojos saltones y que pasaba desapercibida, propuso que todos los niños hicieran amistad con Jorgito para que así este noextrañara tanto a sus amigos.
12. A la tarde siguiente, Jorgito salió de su casa como siempre, de camino al parque, sin imaginarse que ese día todo iba a cambiar.
13. Al llegar al parque, para su sorpresa, todos los niños se le acercaron. Por primera vez, alguien se fijaba en él, por primera vez no pasaba desapercibido, y por primera vez se dió cuenta de que en Nunca Jamás podía también hacer amigos.
14. Sin darse cuenta, se le dibujó en la cara una gran sonrisa, y Estelavió conseguido su objetivo. Jorgito ya era uno más de Nunca Jamás y se dedicó a hacer lo que todos los demás miembros de este encantador país: iba regalando sonrisas que siempre son agradecidas.
