1. El COVID nos quita las ganas de compartir.
Las gradas del Estadio Quisqueya lucen vacías con algunos asientos "ocupados" por un público
artificial.
Steven Tapia.
Santo Domingo, RD
Sin el ajetreo ni la alegría que la afición añade a los partidos, anoche comenzó la temporada de
béisbol para vivir la dura realidad que le ha impuesto la era del coronavirus.
Los Tigres del Licey y los Leones del Escogido se enfrentaron a puerta cerrada en un Estadio
Quisqueya Juan Marichal con gradas vacías, sin el sabor que les da el llamado jugador número
diez.
Las caras de cartón
inanimadas que ocupan
algunos asientos en los
palcos bajos intentan tapar
algunos huecos y hacer
menos fría la transmisión
televisiva, pero no ayudan a
subir la adrenalina de los
jugadores.
Siempre han aplaudido las
buenas actuaciones de sus
compañeros, pero ahora sus
vítores pueden ser
escuchados claramente por
los fotoperiodistas y otros
integrantes que trabajan
desde el área preferida y en
las cabinas de transmisión,
así como el personal de seguridad de los equipos y la Liga Dominicana de Béisbol.
¡Claramente el “Striiiiikee!" decretados por Hardlen Acosta, árbitro principal del partido, y
también los cantados por algunos integrantes de la Liga de Béisbol a los tres lanzamientos de
honor realizados por el presidente Luis Abinader, aunque no todos cayeron en la zona.
"Jugar sin aficionados es como bailar sin música", escribió el poeta paraguayo Eduardo Galeano
(f), quien era un amante del fútbol.
2. "Por supuesto que no es lo mismo", dijo el periodista especializado en béisbol Dionisio
Soldevila, subdirector del diario Hoy.
“La verdad es que un estadio sin público es desalentador. El béisbol invernal de República
Dominicana, más allá del talento que normalmente se ve en la cancha, tiene como ingrediente el
fervor del público”, enfatizó.
“Lo dicen los fanáticos, lo dicen los jugadores, los importados, una de las cosas más interesantes
de jugar a la pelota de invierno es el fervor, lo caliente que es la pelota dominicana. La forma en
que se maneja al público”, resaltó Soldevila.
“Sin embargo”, agregó, “no tendremos esto al menos a partir de la temporada, pero es algo a lo
que debemos acostumbrarnos. Lamentablemente, la pandemia lo cambió todo, lo cambió todo.
La temporada comenzó el 15 de noviembre y no el 13 de octubre, como solía hacer. Es parte de
los ajustes que hay que hacer”.
“Es el tiempo que estamos viviendo. Es nuestra realidad y el béisbol no puede escapar a esa
realidad”, argumentó Juan Mercado, subdirector del matutino El Día.
"Lo más importante es valorar el gran esfuerzo que ha hecho la liga, que el Gobierno y todos los
que están involucrados en el torneo han hecho para que esto suceda", dijo, esperando que la
afición lo apoye desde casa siguiendo las retransmisiones.
La buena parte.
3. Mercado destacó que la pandemia permitirá participar en la campaña a un grupo de jugadores,
establecidos en Grandes Ligas como los jardineros Víctor Robles y Gregory Polanco, de Águilas
Cibaeñas y Leones del Escogido, respectivamente; el antesalista Luis Andújar y el lanzador
Domingo Germán, compañeros de los New York Yankees y ahora de los Toros del Este; el
receptor Francisco Mejía, de los Stars, y el prometedor lanzador Deivi García, también de Bronx
Mules, que en las próximas semanas lucirá el uniforme de Tigres del Licey, entre muchos otros.
Asimismo, jugarán valiosos prospectos como el infielder Wander Franco y el guardameta Julio
Rodríguez, del Escogido; los lanzadores Albert Abreu y Luis Gil, así como el torpedero
Anderson Tejeda, del Licey, que jugó poco en verano porque el Covid-19 abortó los circuitos
minoritarios del béisbol organizado.
"El torneo servirá como una vía de escape para lo que está viviendo el país y el resto del mundo",
dijo Mercado.
“La gente tiene que distraerse de alguna manera de esta pandemia y qué mejor manera de ser
como principal pasatiempo nacional”, dijo, por su parte, el narrador y coordinador de la Cadena
Azul, Ildefonso Ureña.
Marino Pepén, cronista que desde hace años produce junto a su hermano Junior el programa
radial "Conversando de Deportes", en la ciudad de Boston, dijo que los estadios sin vida son una
triste realidad que se vivió este año en las mayores y ahora aquí.
"Qué les puedo decir ... un estadio vacío, sin público, ya lo vivimos en las Grandes Ligas. Hay
que ver si los jugadores van a tener la motivación necesaria porque el público no.