Eloy Alfaro fue un militar y político ecuatoriano que fue presidente de Ecuador en 1895-1901 y 1906-1911. Representó el liberalismo radical y llevó a cabo transformaciones ideológicas como la separación entre la iglesia y el estado. Promovió obras públicas como el ferrocarril entre Quito y Guayaquil. Sin embargo, también fue criticado por su militarismo y carácter dictatorial que conculcaron los derechos de sus opositores. Alfaro tuvo una influencia duradera en el liberalismo ecuatoriano a pesar de ser una fig
1. Eloy Alfaro
(Montecristi, Ecuador, 1842 - Quito,
1912) Militar y político ecuatoriano,
máximo representante del liberalismo
radical, que fue presidente de la
república en los períodos 1895-1901 y
1906-1911.
Eloy Alfaro era hijo del comerciante
español Manuel Alfaro y la manabita
Natividad Delgado. Su padre se
dedicaba a la exportación y Alfaro
participó en los negocios paternos,
viajando al Perú, Colombia, América
Central y el Caribe. En lo político, se
inclinó por el liberalismo y en 1864 participó en una fracasada insurrección contra
García Moreno. Exiliado en Panamá, allí emprendió varios negocios con éxito. En
1872, y siendo ya un hombre rico, contrajo matrimonio con Ana Paredes Arosemena,
hija de uno de los notables del Istmo.
Más tarde, el 12 de enero de 1897, una Asamblea Constituyente, tras expedir la
undécima Constitución, se pronunció por el liberalismo y eligió como presidente a
Alfaro. Durante su primer gobierno, que concluyó en 1901, Alfaro se dedicó a
consolidar el triunfo liberal, a establecer la separación entre la Iglesia y el Estado y a
impulsar la construcción del ferrocarril entre Quito y Guayaquil.
Trasladados a Quito, el 28 de enero de 1912 una turba asaltó la prisión y acabó con Eloy
Alfaro, Flavio y Medardo Alfaro, Luciano Coral, Ulpiano Páez y Manuel Serrano. Sus
cuerpos, arrastrados a modo de trofeos sangrientos por la ciudad, fueron quemados en
El Ejido. Al parecer, una oscura alianza entre el placismo y los conservadores fue el
origen de esta acción criminal.
La obra de Alfaro, apelado el viejo Luchador, es una de las más notables de los
gobernantes del Ecuador, tanto por las transformaciones ideológicas que logró, como
por las obras que realizó. Fueron también numerosas sus intervenciones en el campo
social: exoneró del tributo territorial a los indios de la Sierra y a los montuvios de la
Costa; suprimió la prisión por deudas; permitió la participación de la mujer en cargos
administrativos; promovió escuelas y centros de educación. En el campo internacional
promovió una reunión de representantes hispanoamericanos en México para la
formación de un Derecho Público Americano; intervino ante la reina María Cristina en
favor de la independencia de Cuba y luchó por resucitar la idea bolivariana de la Gran
Colombia; en torno a él se unió el pueblo frente al Perú, pero no lo respaldó en su idea
de alquilar a Estados Unidos las islas Galápagos.
Alfaro es una de las más fuertes personalidades que han guiado al pueblo ecuatoriano.
Considerado, por unos, paladín de las libertades e instaurador de la democracia en su
país, es, para otros, la encarnación del anticlericalismo y del despotismo político. Su
militarismo, prepotencia y carácter dictatorial lo llevaron a conculcar los derechos de
sus adversarios en nombre de la ideología radical de su partido, y le ganó la airada
2. protesta de los intelectuales del país y el rechazo, y el odio incluso, de muchos de sus
copartidarios. Para el partido liberal ecuatoriano -e incluso de otros países-, Alfaro ha
pasado a la historia como el arquetipo y mártir de las ideas libertarias.