Una calle completamente llena de gente en la que reina un silencio sepulcral solo roto por el sonido de una cadena que se arrastra por el suelo. Esta fue solo una imagen de la Procesión más espectacular de la Semana Santa torrejonera, una Procesión que tuvo como invitada de excepción a una impresionante luna llena, pero a la que no acudió, por primera vez en tres años, la temida lluvia.