El delfín se ha adaptado bien a la vida en cautiverio. En libertad, los delfines viven en manadas de más de 100 individuos y se divierten saltando en el agua. Tienen un cuerpo en forma de huso de 2 a 2.5 metros, con una aleta dorsal alta y delgada. La gestación dura 12 meses y los bebés delfines permanecen con sus madres de 3 a 6 años para aprender técnicas de pesca y hábitos sociales.
2. De todos los animales acuáticos que habitan en los acuarios de zoos, safaris etc., el que sin duda mejor se ha adaptado a la vida en cautiverio es el delfín. Animal fuerte y ágil, dotado de gran inteligencia, los delfines conquistan las simpatías de los espectadores con sus fantásticas piruetas y su carácter simpático y juguetón.
3. En libertad, los delfines se agrupan formando manadas, a veces de más de cien individuos, que acompañan a las grandes corrientes y constituyen con sus saltos un motivo de diversión para los pasajeros de barcos y cruceros.
4. El delfín tiene una forma de nadar característica, saltando y hundiéndose rítmicamente en el agua como si cabalgara en las olas. Esto se debe a que por ser mamífero, necesita subir a la superficie para respirar, cosa que hace cada vez que asoma la cabeza.
5. El cuerpo del delfín tiene la forma de huso, con una longitud total de 2 o 2,5 metros. Su cabeza es pequeña y el hocico se alarga en forma de pico de pato. Su boca tiene de 20 a 50 dientes en cada mandíbula. Su aleta dorsal, alta y delgada, supone otra característica que tiene en común con los peces normales.
6. La gestación (embarazo) de una delfín dura 12 meses y una vez que haya nacido, el bebé delfín se queda con su madre de 3 a 6 años. Durante este periodo aprende técnicas de pescar y hábitos sociales. Los delfines conviven en grupos relativamente pequeños y de vez en cuando visitan otros grupos sin que esto suponga un problema.
7. Los delfines utilizan gestos para comunicarse, pero también se comunican a través de un ruido que parece a un silbido. Algunas investigaciones en la vida de los delfines parecen demostrar que al nacer un delfín, su madre le silba una y otra vez para que su bebé reconozca su voz y para ayudar al bebé a crear su propia "firma" de voz. Se cree que cada delfín tiene su propia "firma" - un silbido personal que es único, como la firma de las personas.